Estaban todos en el comedor, ya era la hora de la cena y disfrutaban de su comida. Al menos Izuku trataba de hacerlo.
Sentía el aire un poco tenso, su madre y su padrastro miraban de vez en cuando el alfa rubio, y bueno, Katsuki los ignoraba por completo mientras comía, no utilizaba ni tenedor, solo cuchara para la sopa.
Pero el resto de las cosas las tomaba con sus manos, Katsuki tenía los dedos llenos de la salsa que tenía untada la carne, aparte los lamía para quitarla de ellos, pero después volvía a tomar la carne con las manos y la comía directamente.
Una parte del pecoso envidiaba eso, pues el alfa podía comer con libertad, osea como se le venga en gana, en cambio el, había recibido clases de etiqueta para saber hasta cual tenedor usar a la hora de la ensalada.
No le parecía desagradable la forma en la que el rubio tomaba las cosas, pero el podía hacerlo, se le tenía prohibido, pues era el hijo del señor Yagi y tenía que comportarse como tal. Se preguntaba si cuando fuera para la aldea del rubio podría comer así también, sin que nadie le estuviera juzgando al hacerlo.
Era algo tedioso tener que mantener una "figura elegante" todo el tiempo, el recuerda que cuando estaban en su granja solo tenían que utilizar un tenedor y una cuchara, no habían tantas cosas en la mesa.
Ninguno de los adultos le decía algo al alfa pues, obviamente sabían que era un bárbaro, no tenía ningún tipo de modales, y que se metiera en la habitación de su hijo, estando en celo y lo marcara, era muy aclarante.
Aunque ciertamente al pecoso no le había importado mucho eso, pues había estado gimiendo toda esa tarde su nombre mientras buscaba bajar el libido de su calor.
Izuku cortaba la carne en trozos pequeños de manera tranquila, los llevaba a su boca y disfrutaba del delicioso sabor y la textura de la tierna carne.
Katsuki por otro lado no entendía el comportamiento de los demás allí, ¿Por qué usaban tantas cosas para comer una simple carne?
¿No era más fácil tomarla directamente y comerla a mordiscos?
Los "civilizados" eran demasiado complicados, al menos eso pensaba el alfa rubio. Katsuki miró de reojo como el pecoso comía tranquilo, haciendo muecas de satisfacción mientras pasaba bocados.
Quería seguir viendo ese tipo de cosas, ver que su Omega estuviera satisfecho con lo que lo rodeaba, y si eso significaba cambiar algunos hábitos que tenía por él, lo haría, aunque notó que al pecoso no le molestó en lo absoluto que comiera de esa forma, así que no cambiaría eso.
—Oye Kacchan, ¿Está buena la carne?- Izuku preguntó sonriendo divertido, y más con la boca de Katsuki toda sucia y untada de comida.
Katsuki, quien tenía las mejillas llenas de comida, sintió levemente mientras tomaba más del plato para llenar más su boca. Esa acción sacó una mueca en los dos mayores y una pequeña risa en el pecoso.
La alegre cena fue interrumpida por Iida que llegó corriendo al lugar, se miraba muy agitado y preocupado.
Antes de que alguno pudiera preguntar él habló.—¡Señor Yagi, tenemos problemas en la ciudad!- exclamó angustiado, Izuku solo miró al rubio un momento, y después miró a sus padres quienes también estaban confundidos y preocupados.
(...)
—¡Bakubro!- Kirishima gritó a todo pulmón parado sobre el tejado de una casa, habían estado buscando desde hace un buen rato a su amigo rubio y no habían dado con el.
Aunque primero estuvieron mirando a los alrededores para ver si encontraban algún rastro, pero después de algunas horas, y sin éxito, recurrieron al plan B, gritar su nombre hasta que los oyera.
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Bárbaro. (Katsudeku./Omegaverse.)
FanficIzuku vivió quince años en una granja, era feliz allí, hasta que su madre llegó con la noticia de que se había enamorado de un alfa. Su vida dió un giro de 180 grados, ahora tiene que cambiar su vida pacífica a ser el hijo de nada más que un señor. ...