Capítulo 3: Adelantado. Reclamar.

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Ayer en la noche me entró la inspiración, hoy solo revisé el cap, Agarrence que vengo con todo (ಠ_ಠ)━☆゚.*・。゚

Por favor comenten!!!

Enyoii!!
(...)

-¿Que mierdas estás tratando de hacer?- la voz, obviamente molesta y ronca del alfa, le envío más de un escalofrío al cuerpo.

Quiso hablar, pero las palabras no le salían de la boca, tragó saliva sintiendo su garganta seca, además también sentía sus mejillas arder, de la vergüenza o tal vez por algo más.

-Y-yo no...- apenas pudo responder eso en un susurro, Izuku trató de apartarse, pero el rubio lo tenía sujetado de la muñeca fuertemente.

Izuku apenas pudo parpadear un par de veces, antes de terminar sobre el rubio, él lo había tirado de su mano, ahora no solo estaba siendo apresado por el alfa, si no que él aprovechaba para pasear su nariz por su cuello.

—¡Espera!, ¿¡Que estás haciendo!?- Izuku chilló cuando sintió el aliento cálido pegando en su cuello y tembló.

Se retorció tratando de safarse del agarre, pero un gruñido que salió del alfa le hizo quedarse quieto, Izuku ni siquiera sabía del porqué su lado Omega se mostraba tan obediente a un alfa que no conocía siquiera.

El pecoso se encontró a si mismo echando su cabeza hacia un lado, dejando más libertad para que el rubio pudiera acceder a gusto, y sin inconvenientes.

Izuku sintió como el rubio pasaba su nariz cerca de su glándula del aroma, enviándole escalofríos en todo el cuerpo de manera continua, podía decirse que estaba lleno de espasmos, y casi suelta un ronrroneo cuando escuchó un gruñido de satisfacción venir de él.

-Su-sueltame.- jadeó quebradizo y temblando cuando sintió la boca del alfa abrirse para sacar su lengua y pasarla por su cuello y glándula del aroma, saboreando su esencia.

-Tu cuerpo me dice lo contrario.- escuchó que le contestó el rubio, siendo totalmente cierto.

¿Como era posible que su cuerpo lo traicionara de esa forma?

Soltaba jadeos y gemidos pequeños cada vez que sentía la lengua del rubio pasar por encima de su glándula, además de ofrecer su cuello abiertamente y sin ningún tipo de inconvenientes.

Si su madre le mirara ahora no tendría pelos en la lengua para decirle que se comportaba como una ramera necesitada.

Y tal vez lo era.

-Por favor, sueltame.- Izuku le suplicó como último recurso, dejó salir sus lágrimas de impotencia y vergüenza.

Eso pareció tocar alguna fibra sensible del rubio, pues arrugó la nariz y le dejó. En cuanto el pecoso se sintió liberado saltó, apartándose del alfa, y se echó hacia atrás quedando pegado a la puerta de la habitación, respirando agitado, y con las mejillas sonrosadas.

-Pareces un pequeño conejo acorralado.- se burló el alfa sentándose en la cama y miró a los lados, detallando la estancia, miraba curioso y algo desconfiado el lugar.

-No hagas algo como eso de nuevo.- Izuku pidió colocando una mano en su pecho, para después suspirar profundamente tratando de calmarse.

El pecoso vió como el alfa dirigía su mirada hacia el de nuevo y tragó al sentir esos ojos intensos sobre su persona.

-¿Por qué no?, No tienes poder sobre mí.- el rubio le retó bajándose de la cama y caminó hacia el pecoso quien temblaba como una hoja de papel.

-N-ni siquiera sabes mi nombre, ni yo el tuyo.- Izuku le respondió buscando con su mano la perilla de la puerta, necesitaba salir de allí, sentía que en cualquier momento iba a ser comido por el alfa.

Bárbaro. (Katsudeku./Omegaverse.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora