Izuku miraba a su, ahora alfa, con el ceño fruncido. Le dió un sorbo a su taza de té sin quitar su mala mirada de él.
Katsuki por otra parte no daba su brazo a torcer tampoco, el Omega le parecía alguien obstinado que no dudaba en encararlo, sinceramente le prendía, con ese sonrojo tierno, viéndose tan lindo molesto.
¡Pero no debía pensar con su polla en ese momento!
Estaban "discutiendo" algo muy importante.
—Mi respuesta sigue siendo, ¡No!- exclamó el pecoso dándole otro sorbo a su té con elegancia.
—¡Maldita sea, Deku!- gruñó el rubio molesto, el pecoso era más difícil de lo que pensó.— ¡Te irás conmigo quieras o no!
—¡No pienso irme contigo, y menos mientras mi madre está a punto de tener a mi hermano!- Izuku chilló sin dejarse intimidar.
Hace unas horas, Katsuki había dicho que ya era hora de que partieran a su aldea, y obviamente Izuku tendría que ir con él, pero el se negaba completamente.
Inko y Yagi miraban la discusión, ni ellos sabían que hacer en ese momento. Izuku no dejaba de mirar al rubio como si le quisiera matar, y Katsuki solo estaba serio, aunque la casi imperceptible sonrisa en su rostro les hacía saber que el alfa estaba algo divertido o emocionado, no se sabía.
—Debemos volver pronto a mi aldea, ninguno de ellos sabe en donde estoy.- Katsuki dijo con una voz un poco más calmada, pero Izuku solo terminó su té y se cruzó de brazos.
—Nadie te pidió que me marcaras, ahora te aguantas.- el pecoso le contestó alzando el rostro creyendo que ya tenía su victoria asegurada.
Katsuki se acercó al pecoso de manera amenazante, el pecoso se sintió un poco intimidado por eso, y se iba a levantar, pero el rubio fue más rápido en apresarlo en su lugar.
—Pues déjame decirte que eras tú, quien me pedía que te marcara mientras gemías mi nombre.- el rubio murmuró con morbo en uno de los oídos del pecoso.
Izuku se sintió mareado, el aroma del alfa le envolvía de una forma peligrosa, además recordar lo que habían echo en la noche de su celo no le ponía mejor.
El aire alrededor del Omega se volvió pesado, Izuku suspiró cuando el rubio pasó una mano por sus caderas y apegó más el rostro en su cuello.
—Te irás conmigo a mi aldea.- Katsuki habló de manera baja, mientras seguía acariciando al pecoso y lo envolvía con su aroma.
—S-sí,- respondió el pecoso, y Katsuki sonrió victorioso.— pero será después de que mi hermano nazca.
—¡Por una mierda!- exclamó el rubio molesto al ver que no podía hacer nada para cambiar la opinión del Omega.
El rubio fue hasta un mueble que había, al frente del pecoso en el lugar, y se echó allí. Sentía su orgullo golpeado, solo un poco, porque secretamente estaba orgulloso de su Omega.
—Bien, pero campresto haya nacido y lo veas, nos vamos, y es todo.- Katsuki sentenció cruzándose de brazos, e Izuku aceptó a regañadientes.
Era algo completamente normal que el alfa se llevará al Omega había elegido como pareja a su hogar, de todas formas si se volvía pareja oficial de alguien tendría que irse de la mansión, para convivir con ella en su entorno.
Ahora no solo era pareja oficial del rubio, por ley y derecho, su Omega, la marca en su cuello era más válido que un acta de matrimonio.
Esa era otra cosa, las marcas de los alfas en los omegas eran como un matrimonio, solo se hacía una ceremonia para presentar a la pareja y listo, ya no habría caso de alguna boda.
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Bárbaro. (Katsudeku./Omegaverse.)
FanfictionIzuku vivió quince años en una granja, era feliz allí, hasta que su madre llegó con la noticia de que se había enamorado de un alfa. Su vida dió un giro de 180 grados, ahora tiene que cambiar su vida pacífica a ser el hijo de nada más que un señor. ...