¡¡Él es mío!! {En Correción}

Capítulo 7

-¿Qué hacemos con él?- Stiles escuchaba una voz lejana entre sueños.

-¿Le borramos la memoria?- preguntó la voz que parecía ser la de Azazel

-Eso no servirá- repuso el que parecía ser Azazyel.

-Decídanse rápido. Me tengo que ir- dijo la voz de otro hombre que no conocía.

En el fondo oía lo que parecía ser jadeos cansados y el forzeo de alguien.

-Ya sé, lo torturamos para que no diga nada, o le cortamos la lengua- sugirió Azazel.

-Nada de torturas o mutilaciones mientras estemos con Stiles- negó el peliplata.

Stiles frunció el ceño. ¿Qué demonios pasaba y por qué hacían tanto ruido?. Abrió los ojos con pereza, parpadeando un poco para acostumbrarse a aquella semi prenumbra en que estaba su cuarto.

Se incorporó lentamente, retendiendo un quejido por el dolor en sus caderas. Aún estaba desnudo así que procuró que las sábanas le taparan de las caderas hacia abajo.

-¿Qué demonios está pasando?- preguntó somnoliento frotandose los ojos con el dorso de la mano.

Enfocó su vista en la escena que tenía enfrente y su mandíbula cayó.

Allí estaban Azazel y Azazyel vistiendo solamente unos pantalones dejando ver esos magníficos cuerpos que tanto había disfrutado. Junto a ellos había otro hombre que no conoció, pero que tenía una mirada fría y gélida, y vestía de negro de pies a cabeza.

Pero lo que lo dejó en shock fue que en medio de ellos tres estaba nada más y nada menos que su mejor amigo Scott, el latino estaba sentado en el suelo, atado como un cordero con cuerdas y cintas adesivas.
El Alfa forjeaba tratando en vano de liberarse de aquellas cuerdas, que nisiquiera usando su fuerza sobrenatural podía romperlas.

Scott ya estaba desesperado. Miró a Stiles con los ojos aguados a punto de soltar el llanto.

-¡Scott!- gritó Stiles con un grito ahogado- ¿Qué le hicieron? ¡Suéltenlo ahora!- les exigió a los dos ángeles caídos mirandolos severamente.

Los dos se miraron entre ellos.

-Te dije que había sido mala idea retenerlo aquí- susurró Azazyel. El otro asintió imperceptiblemente.

-Stiles, él sabe demasiado, hay que eliminarlo- dijo seriamente Azazel señalando a Scott con el dedo.

Scott forzeaba en vano, a punto de soltarse a llorar frente a tres desconocidos a punto de matarlo.

Stiles ignoró al otro hombre que no conocía y se incorporó poniendose el primer pantalón que encontró, que era de uno de los dos ángeles caídos, no le importó si le quedaba grande o si el trasero le dolía.

-¡Suelten a Scott ahora!- les exigió mirando seriamente a los dos hombres que estaba seguro que eran los responsables de esto.

Ambos se miraron entre ellos antes de soltar un suspiro resignado.

-Azrael, liberalo- le pidió Azazyel a el otro hombre.

Stiles miró al otro chico, era alto y atlético, vestido de negro de pies a cabeza. Tenía el cabello completamente blanco, la piel clara y unos impresionantes ojos de un tono glacial que parecían congelar a cualquiera con su fría mirada.

Azrael...¿No era ese el nombre del Arcángel de la Muerte?

El chico bufó antes de hacer un elegante movimiento de la mano desapareciendo las cuerdas que mantenían atado al pobre Scott quien al verse liberado corrió y se abalanzó sobre Stiles, abrazandolo como si no hubiera mañana.