Epílogo

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Había pasado un mes desde el fatídico día en que dos demonios y un ángel se llevaron a Stiles al Purgatorio.
Aún les costaba asimilar el hecho de que Stiles hubiera vivido por tanto tiempo con dos demonios bajo su techo. Y que uno de ellos les hubiera dado clases.

Pero bueno ¿De qué se sorprendían? Era nada más y nada menos que Stiles Stilinski de quie hablaban.

Había pasado un mes desde que vieron por última vez a Stiles.
La última vez que lo vieron, estaba ahogandose en su propia sangre y en brazo de un demonio de alas negras mientras desaparecían en la oscuridad.

Un mes donde la manada no había dejado ir ni un solo día a la casa del Sheriff.
Nunca lo dejaban solo.
No sabían de lo que sería capaz de hacer sin Stiles.

Derek prácticamente se había mudado a la habitación de Stiles, se pasaba encerrado allí, lamentandose y sufriendo en silencio. El aroma dulce del castaño y las cosas de Stiles eran la única cosa que lo mantenían cuerdo a él y su lobo.
Había terminado desde hacía mucho tiempo con Braeden.

Scott y Melissa eran los que se encargaban de cuidar a Noah, porque si fuera la voluntad del Sheriff, se hubiera ahogado en alcohol desde hacía mucho tiempo.

Lydia, Erica y Kira pasaban todos los días limpiando la casa, preparando la comida y a veces le compraban ropa nueva a Stiles, con la esperanza de que volvería algun día.

Isaac le tomaba las notas en el colegio y le hacía los deberes. Ya que dijeron en el Instituto que Stiles estaba enfermo y que estaría en casa por un tiempo, así que él se encargaba de hacerle los deberes.

E incluso Jackson y Boyd habían cooperado reparandole su viejo Jeep y dejandolo como nuevo.

Peter y Cora eran los que se encargaban de que Derek comiera algo todos los días. El Alfa estaba devastado, se la pasaba todo el día encerrado en la habitación de Stiles sin hablar con nadie.
Peter prácticamente habia tomado el rol de Alfa ya que ninguno de los dos Alfas parecían querer hacer algo útil.

Nadie lo sabía, pero Azazyel le había pedido a Amrafel que cuidara la manada. Era el demonio de las sombras quien se encargaba de eliminar todas las amenazas antes de que causaran estragos en el pueblo.
Por eso vivían en paz.

La manada practicamente se había mudado a la casa del Sheriff. Todas las noches sin exepción se reunían a ver las películas y series que tanto amaba a Stiles.

-Nunca estuvimos con él cuando se lo diagnosticaron- susurró Scott una noche viendo El Retorno de Yedi en la sala.

-Debió estar devastado...y no estuvimos con él- suspiró Kira a su lado.

-No lo acompañamos en las quimioterapias, ni lo consentimos, ni estuvimos con él cuando nos necesitó- decía Lydia con la mirada perdida.

Todos se quedaron en silencio.
La manada estaba apagada desde que Stiles se fue, ya casi nadie sonreía ni hacian bromas...ni fiestas.

-Él volverá- sentenció Derek con un gruñido, molesto de que pensaran lo contrario. Sin decir mas nada se levantó y se encerró otra vez en el cuarto de Stiles.

Los demas suspiraron antes de seguir viendo la película.
....

Era un día hermoso, el sol brillaba y los pajaros cantaban.
Lydia propuso hacer una parrillada para alegrar un poco el ambiente.
Aunque sin Stiles las cosas no eran iguales.
Pero les gustaba la idea de la pelirroja de distraerse un poco.

Les había costado convencer a Noah y Derek de salir, pero lo habían logrado despues de mucho insistir.
La frase "A Stiles no le gustaría verlos así", era cruel pero funcionaba.

¡¡Él es mío!! {En Correción}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora