⍉ growing pains; jjk

seis

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06
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―Sabes que a mí no me importa, pero tu papá te meterá en un convento si ve ese chupón.

Abrí los ojos de forma descomunal. «¿¡Me hizo un maldito chupón!? ¿Cómo carajo voy a explicar eso?».

―Es un piquete de mosquito. ―Tapé la zona con mi mano.

Mamá soltó una carcajada cálida. ―No tienes que mentirme. Aunque no parezca, tuve tu edad. ―Su mirada cambió a una pícara―. ¿Quién es? ¿Es guapo? Tráelo a cenar.

Apreté mis labios. ―No creo que eso vaya a pasar, ma.

―¿Fue un desconocido? ―Sonó a regaño.

Negué y fruncí el ceño. ―Estudiamos en la misma escuela, es amigo de Hobi, pero… él… es el novio de SunHee.

―Okey, cariño. Ven, siéntate. ―De la mano me hizo sentarme en el sofá―. Cuéntame que pasó. No creo que estés siendo la amante, ¿no? Nosotros no te educamos así.

―No, yo nunca haría eso y menos a mi mejor amiga.

―¿Entonces? ¿Qué sucedió?

―Creo que sería un poco extraño hablarlo contigo. ―Apreté mis labios.

―Solo quiero saber que sucede hasta para aconsejarte. No seré tu mamá sino una mujer adulta cualquiera. Vamos, dime.

Pasé mi lengua por mis labios. ―Se llama JeongGuk. ―Ella asintió―. Él me gustaba, así que me declaré, pero me rechazó. Una semana después empezó a salir con Sun.

―¿SunHee sabía?

―¿Qué? ¿Qué me gustaba? ―Confirmó―. Sí, lo sabía bien. ―Ella frunció el ceño―. A mí no me importa que ellos salgan. Si son felices, está bien.

―¿Y el chupón qué?

―No sé por qué lo hace. Me pidió un beso el otro día y ayer. ―Mordí mi labio―. Solo creo que está jugando conmigo. Y, antes de que preguntes, si lo he rechazado y mi excusa es Sun. Ayer él dijo que no iban en serio, pero yo no puedo hacerle eso.

―¿Y tú? ¿Cómo te sientes?

―Antes de nada, recuerda que no eres mi mamá justo ahora. ―Asintió―. Me siento de la mierda ―dije y cerró sus ojos para calmarse y no pegarme por la palabra mal sonante― y como una basura. Me duele muchísimo como se han estado desenvolviendo las cosas. Sé que me dolería menos si Sun y yo fuéramos extrañas. Eso es lo que más me jode, que se supone que es mi mejor amiga.

―Ay, cariño. Esto es muy fuerte. Debes sentirte traicionada.

―Fue una puñalada en la espalda. Ella habla de él cada segundo y no lo soporto. Quiero alejarme de él y el otro día Sun hizo que él me prestara un cuaderno. Por eso él empezó con lo del beso. Mamá, yo no entiendo. Ya me rechazó, pero sigue molestándome. Cada oportunidad me pregunta por Sun y me quema.

―Recuerda que no eres la segunda opción de nadie y que no debes dejarte pisotear. ―Empezó a acariciar mi mejilla―. Eres fuerte.

―¿Qué debería hacer?

―Lo único que puedes hacer con este tipo de dolor es dejar que te ayude a crecer.

―¿Y con Sun y él?

―Depende de ti. Puedes incluso alejarte de SunHee para estar tranquila o simplemente aguantarlo. Aunque, si ese chico sigue así, deberías contarle.

―¿Por qué este tipo de cosas me pasan a mí? ―Lloriqueé―. ¿Dónde está mi príncipe azul o caballero con brillante armadura? Mamá, tu hija se va a morir sola con mil gatos y no va a darte nietos.

Carcajeó por mi manera de exagerar. En realidad, solo quería suavizar el ambiente. ―No te apures, apenas tienes dieciocho. El amor de tu vida puede estar por llegar. Con respecto a mis nietos, pues espero que no hables en serio, porque quiero muchos.

―Antes de pensar en tener hijos, debo pensar en tener dinero. Quiero hacer todo lo que quiera y vivir lo que tenga que vivir antes de tener esa responsabilidad.

―Lo harás todo. Serás una gran artista. Siempre me harás sentir orgullosa.

―Mamá, gracias. Me hacía falta desahogarme.

―Siempre estoy aquí, chiquita. Ahora anda a cubrir esa marca antes de que tu papá la note. ―Vio la zona unos segundos―. En serio se pasó de la raya.

―¿Tan mal está? ―Abrí más mis ojos.

―Dejaré que tú misma lo descubras.

Sin perder tiempo, me levanté de un tirón y subí hasta estar en mi habitación. Me senté en mi tocador y ¡carajo! No era una rojez leve, esa maldita marca estaba demasiado oscura. Incluso me dolió un poco cuando estaba poniéndome corrector y base ahí.

Que estúpido y animal era JeongGuk. ¿Cómo se atrevía a asaltar mi lindo y hermoso cuello? Mi claro tono de piel tampoco ayudaba mucho. Me dieron unas tremendas ganas de ir y darle una patada en la entrepierna que le doliera hasta la otra vida.

No se me olvida que me gusta, pero no había manera de que soportara sus actitudes. Sentir atracción por alguien no era justificación suficiente, no para mí.