⍉ growing pains; jjk

doce

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―Vamos, entra ahí y agradéceme luego. ―Sun me sonrió empujándome dentro de ese salón de clases y cerrando la puerta.

Todo estaba a oscuras, porque las cortinas estaban cerradas y el proyector enseñaba una imagen negra. Después esta cambió dejándome ver solo texto.

“Odio que me odies” leí y fruncí el ceño. Cambió de nuevo. “Pero odio más saber que es mi culpa”. “Odio lo que me hiciste hacer, Miu”, confirmé que era JeongGuk solo por el apodo tonto. “Me haces actuar como un idiota”. “¿Crees que podrías perdonar al idiota que te quiere?”. Levanté mis antebrazos y toqué mis codos con las manos contrarias. Mi corazón empezó a acelerarse. “Voltea”. Pasé mi lengua por mis labios y luego me mordí el inferior.

¿Hacer o no caso de eso? ¿Se lo merecía después de todo? ¿Mis sentimientos eran suficientes para perdonarle?

Acabé girando en el momento que las luces se encendían. Apreté mis labios para no sonreír. El castaño estaba ahí con un gran ramo de flores de tonos azules.

―Miu, por favor, perdóname. ―Extendió el grupo de flores a mí.

―Es broma, ¿no? ―Respuesta: no, mis sentimientos no eran suficiente razón.

―Cometí muchos errores, Miu. Fui un idiota, pero espero que puedas perdonarme. Quiero que seas mi novia.

―¿Sabes? ―Tomé el ramo, porque estaba bonito y tampoco era amable no aceptarlo―. Muchas veces imaginé que esto pasaba. Hace meses esto era lo que quería. ―Empezó a sonreír, sin embargo, no le duró mucho―. Sí, lo era, ya no lo es.

―No digas eso, Miu.

―Ya pasó un mes desde que dije lo que sentía y, en lugar de hacer esto, decidiste salir con SunHee.

―Me equivoqué. Actué mal. Miu, me gustas mucho. Te quiero.

―Prefería mil veces que me buscaras el día siguiente y me explicaras en lugar de montar todo este jodido teatro. Fue tonto.

―Intenté buscarte, pero me evitaste. Quise hacerlo.

―Sí, te evité. ―Sonreí con pena desviando mi atención a las flores―. Pero sólo tenías que pedirlo y hubiera aceptado hablar contigo.

―No lo creo, Miu. No querías verme.

―¿Y por eso saliste con SunHee? ―solté sin más―. ¿Qué te hizo pensar que me iba a dejar tratar así? ¿Qué pensaste? Literalmente jugaste conmigo.

―No sabía cómo actuar contigo. Fui idiota. Tú me hiciste idiota, MiRae.

―Jeon JeongGuk, perdón, pero no. No quiero ser tu novia. Ya me perdiste por esa estupidez.

―MiRae, no me rechaces. ―Sus ojos se cristalizaron.

Mi corazón se estrujaba de verle tan vulnerable, pero había sido una estupidez la forma en que decidió actuar. En lugar de ser sincero desde el inicio, intentó darme celos con SunHee. ¿Con qué objetivo? ¿Que fuera a quejarme con él por eso o qué? Encima ella sabía lo que él quería y fingió ser su novia. Me lastimaron los dos y mi dignidad importaba, así que no iba a ceder.

―Tenías razón en algo, no nos conocemos. Yo nunca ―remarqué― iría detrás de un chico que me trate como tú lo has hecho este tiempo.

 ―No quería hacerlo así. Me gustas. ―Se acercó y tomó mi mano. Me dejé hacer porque era débil ante él―. Sé que también te gusto.

―Sí, tienes razón, aún me gustas ―dije con ironía―, pero no, eso no hará que deje pasar todo. Me lastimaste y puedes volver a hacerlo; no estoy dispuesta a pasar por eso.

―Por favor, perdóname. Mira que estoy dejando de lado mi orgullo. Incluso me arrodillaría para que me perdones, Miu.

―Ya es tarde para dejar de lado tu orgullo. ―Tomando su muñeca, alejé su mano―. Tal vez existan mujeres que se dejen pisotear por hombres creyendo estar enamoradas, pero yo no soy de esas.

―No volveré a tratarte así. Seré mejor para ti, solo déjame intentarlo.

―Es muy fácil decir las cosas, pero es muy difícil cumplirlas.

―Miu, te prome-

―No quiero nada que venga de ti. Mi respuesta es y será no, JeongGuk. Eres un completo patán.

Bufó tomando mis mejillas entre sus manos y se acercó a besarme con desespero. Quería corresponderle, obvio que quería, el idiota me gustaba, sin embargo, no lo haría. Tampoco me separé por voluntad. Esperé a que se frustrara de que no le seguí el beso para que se alejara. Me vio muy dolido.

―Tú no sabes respetarme ni un poco. ―Alejé sus brazos y manos de mí. Le lancé una mirada de nostalgia―. Eras mejor en mi mente, ¿sabes? Te idealicé muchísimo, pero las mentiras tienen patas cortas. En definitiva, eras mejor antes de que me dejaras conocerte. Eres inmaduro, impulsivo, patán, irrespetuoso, orgulloso y ambicioso en el peor sentido, por eso no me pesa rechazarte.

―Ámame y déjame amarte. Si te gustara en serio, me aceptarías como soy.

―Añade manipulador a la lista. ―Silencio. Se quedó sin cosas por decir―. ¿Es todo? Me voy entonces. ―Me encogí de hombros y caminé hasta la entrada de la clase. Me detuve unos segundos―. Esta es la definitiva, no quiero que te involucres conmigo de nuevo. Adiós, JeongGuk.

Salí de ahí, dejando solo al chico que me había gustado desde hace años. JeongGuk fue el chico que me gustó lo suficiente como para declararme. Fue el chico que, después de rechazarme, empezó a salir con mi mejor amiga. Fue el chico que dijo que le gustaba, pero nunca me trató bien.