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 ―¿Listos? ―les pregunté a los seis chicos frente a mí

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 ―¿Listos? ―les pregunté a los seis chicos frente a mí.

―Más que nunca ―respondieron todos.

―Esos son mis chicos a prueba de balas. ―Dibujé una sonrisa. Ellos se veían espectaculares.

Sin embargo, había algo que me estaba molestando. De reojo veía a JeongGuk caminar de un lado al otro mientras hacía llamadas que no respondían. Tenía el ceño fruncido hasta que por fin le contestaron. Era SunHee. Él quería saber dónde estaba y ella, bueno, debía estar en el spa con su hermana, como cada domingo.

―¿Cómo que no vas a venir? Teníamos un trato, SunHee. ―Se detuvo y se calló, supuse que le estaba respondiendo―. No quedamos en eso… Te necesito aquí ahora… Por esta tontería se puede arruinar. ¿Qué? Ah, sí, sí está aquí… ¿Para qué me insulte? No gracias. ―Frunció el ceño y suspiró―. Olvídalo, ya veré que hago, pero me la debes, Sunny.

Colgó y me vio directamente. Aparté la mirada y me fui a sentar entre Hobi y Tae. El primero me abrazó y recargó su cabeza en la mía. El corazón me dolía solo de ver a JeongGuk. Era peor si estaba con SunHee.

Todos conversamos, bromeamos y reímos hasta que los chicos tuvieron que alistarse. Harían cuatro presentaciones: la grupal y las otras tres, centradas en canto, baile y rap; como el otro instituto. Era la definitiva, la final, quien ganara sería de lo mejor y un referente. Además, que tendrían más chicas a la fila de pretendientes que todos se cargaban.

Cuando estuvieron en el pequeño escenario, los gritos empezaron y las luces principales se fueron. Todos los chicos se lucieron y dejaron en el piso a más de una y, ¿por qué no?, a más de uno. Sin importar el resultado de los jueces, ellos ya eran unos ganadores para todo el instituto. No había duda de sus habilidades.

Pero ¿saben qué sucedió realmente? ¿Se los digo o adivinan? Vamos, les doy tres segundos. Uno, dos y tres. Bueno, vencieron al instituto contrario con diez puntos. Hubiese sido una menor diferencia, pero escuché que uno de los chicos desconocidos se equivocó varias veces en la coreografía. Ojalá no le amedrenten por sus errores. Seguro no fue su intención.

Cuando bajaron del escenario, tomé el six-pack de botellas de agua que tenía y se las entregué a medida que salían. Solo tenía seis, porque Hobi me avisó que, se suponía, SunHee iría y asumí que ella se encargaría de su novio. Lo menos que quería eran malentendidos.

Arrugué el plástico y lo tiré en una gran funda de basura que estaba ahí. Me di la vuelta con intención de ir a dar un paseo hasta que los chicos se vistieran, pero me congelé cuando vi que JeongGuk estaba a centímetros de mí con los brazos cruzados.

―¿No compraste agua para mí?

―Creí que tu novia lo haría.

―Como su mejor amiga, debiste saber que no vendría.

―Como su mejor amiga, no haría nada por ti si ella no me lo pide.

―Creí que eras mejor persona. Debiste ser considerada. ―Me hirió con cada palabra―. ¿No te doy pena?

―No estoy obligada a hacer cosas por ti. Ni siquiera somos amigos, pero te doy el dato: afuera hay una tienda.

Le esquivé y me fui. Tenía muy interiorizadas mis intenciones de alejarle y eso hacía. No era fácil, porque teníamos amigos en común, pero lo intentaba, porque, si no lo hacía, no podría superarle nunca y eso no estaba en mis planes. Papá odiaría saber que lloro por un chico que no es Lee MinHo.

Al llegar con los chicos fui al sofá y me senté a hacer tiempo viendo Instagram. Segundos después, él entró. Solo fue a un rincón y empezó a secar su cabello, cara y cuello con una toalla. Suspiró agotado.

―NamJoon hyung, dame agua.

―No, lo siento. ―Se bebió hasta la última gota―. Se acabó.

Vi a mi alrededor y conté las seis botellas de agua vacías, igual que Jeon. Hicimos contacto visual unos segundos y luego él siguió en lo suyo. Apreté mis labios sabiendo que mi conciencia y mis sentimientos no me iban a dejar en paz. Me levanté y salí para comprar una botella de agua helada para el séptimo.

Cuando volví, me paré frente a él y la pegué a su mejilla haciendo que diera un respingo antes de tomarla. Me vio con recelo y me dieron unas malditas ganas de quitarle la botella para beber su contenido yo misma.

―Soy considerada y no soy mala persona. ―Di la vuelta y fui a sentarme de nuevo.

 ―Di la vuelta y fui a sentarme de nuevo

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⍉ growing pains; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora