La historia habla sobre el trayecto de una demonio llamada T/n, dedicada a torturar almas con culpas en el infierno, que fue castigada de parte de alguien anónimo para hacer el bien. Su misión, era nada más, y nada menos, que hacer nuevamente de un...
Después de caminar unos cuantos minutos más por las calles de Toronto, T/n llega a un hotel de clase media.
Al ingresar él recepcionista dice:
-R: ¡Buenas noches, señorita! ¿Gusta una habitación? *Amable*
-T/n: No, de hecho vengo a adoptar un perro. *Seria*
-T/n: ¡Pues sí! Sinó no estaría aquí.
-R: Amm..si, lo siento. *Apenado*
-T/n: Quiero la mejor que tengan. *Seria*
-R: ¡Claro! ¡Por supuesto!
*Deja la llave de la habitación sobre el mostrador junto a una hoja de papel*
-R: Habitación 22, piso 3.
-R: Firme aquí, por favor. *Señalando*
*El recepcionista le entrega una lapicera/bolígrafo*
*T/n lo agarra y firma con un dibujo de un demonio*
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-R: Ammm... señorita...el pago es por adelantado. *Apenado y asustado*
-T/n: ¿A, si? ¿Crees en el diablo?
-R: P-p-por supusto...*Asustado*
T/n se acerca lentamente hacia él con el mostrador de por medio mientras el recepcionista asustado se echa hacia atrás, y le dice:
-T/n: Pues que el diablo te lo pague.
*Toma la llave y se va*
*T/n llega a la habitación*
*Se sienta en la cama*
T/n estaba exhausta, había sido una noche pesada. Agarró una de sus maletas y sacó de dentro una caja que se habría con una extraña llave que tenía en su collar. La abrió con mucho cuidado mientras algo brillante salía hacia el exterior. Allí había un anillo con una piedra especial del infierno, que le había dado como herencia su madre antes de morir, cuándo ella era tan solo una niña pequeña. Éste lo otorgaba la inmortalidad.
Suavemente la luz se comenzaba a desvanecer, y es ahí cuando T/n cierra la caja, la vuelve a guardar y se acuesta a esperar a qué sea mañana.
