CAPITULO 21

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Alejandra

Estaciono el auto y bajo de este.

Me duele todo el cuerpo y la cabeza. Jamás había hecho algo parecido a lo sucedido en el club y eso hace que me sienta ansiosa y, cuando me siento así, es porque algo se me vendrá encima.

Entro a mi habitación, me acerco al estante donde tengo todos mis libros y abro uno de ellos.

"El Gato Negro" de Edgar Allan Poe tiene mi arma favorita justo en el centro, un revolver calibre 38 de cañón corto. Las ganas que de utilizar mi pequeño juguete hace que cierre repentinamente el libro y lo devuelva a su sitio.

En algún momento tendrás que sacarte las ganas.

Detesto en lo que me convertí. Lo detesto.

Mi celular vibra y ya se que es un mensaje de Hades.


*Número Privado*

Esas ganas de sangre jamás se irán de ti.

Están en tu ser.

Las tenias escondidas y yo solo te ayude a sacarlas a la luz.

H


Tiro el celular lejos.

Lo ultimo que necesito es que él me recuerde lo que soy.

Busco en mi mesita de noche las píldoras de Xanax. Ninguna está haciéndome efecto, debo tomar dos para poder bajarle algo a mi ansiedad y eso solo me da mas ansiedad pues siento que en cualquier momento de emociones fuertes perderé el control.

- Estas tomando las pastillas – la voz de mi hermana interrumpe mi tranquilidad.

- Vete, Ada, no estoy de humor para verte.

Se acerca a paso lento a mi pero se detiene cuando la miro.

Esta mujer no se tiene un mínimo de autoestima.

- ¿El trabajo es lo que te tiene así? – no respondo – ¿es Hades lo que te tienes así?

- Ada, en serio vete de la habitación.

Tal vez si le demuestras de lo que eres capaz te dejará tranquila.

- ¿Por qué eres así? – dice desesperada – solo trato de saber lo que te pasa, trato de conocerte.

Demuéstraselo.

- Ada, vete – intento calmarme – no quieres saber lo que me pasa y menos quieres conocerme.

Le doy la espalda yendo hacia el baño.

- ¡Estoy hablando contigo! – me jala del brazo

¡Demuéstraselo!

- ¡Te dije que no! – la encuello contra la pared.

Veo el miedo en sus ojos y eso solo saca lo peor de mí. Intenta zafarse de mi agarre en vano y me sonrisa maquiavélica aparece. Su respiración empieza a acelerarse y aflojo un poco.

- Suéltame por favor – habla entrecortadamente – tú no eres así.

- Soy peor de lo que crees – niega con lagrimas en los ojos – tu linda hermanita ya no existe, murió hace 10 años frente a tus ojos. La que vez ahora es una hija de puta que no le va a importar lograr su felicidad cueste lo que le cueste, así tenga que quitar de su camino a personas como tú.

Su secreto se llama PerséfoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora