Alejandra
Viernes 27 de Junio
Abro por enésima vez la ventanilla del avión, cansada de llevar más de 10 horas sentada. En menos de 20 minutos aterrizare en Milán, Italia.
Sigo pensando que debí escoger otro destino pero, era el boleto de avión más económico que encontré.
Para mi suerte, lo único pesado ha sido la duración del viaje. En mi fila no me ha tocado compañía y he tenido tres asientos para mi sola. Agradezco a todos los dioses por esto y porque, a pesar de que hubo un bebe a bordo, no lloro ni grito.
Satisfacción total.
"Estimados pasajeros, bienvenidos a la maravillosa ciudad de Milán. En breves minutos estaremos aterrizando y se les pide por favor conservar sus asientos hasta que se apague la luz de uso del cinturón...
Sigo sin entender porque recalcan eso si igual la gente hace los que sea. Rueda que toca el piso, pasajero que se para a buscar su mochila.
...siendo las 2:46 pm, la temperatura es de 27° con una leve aparición de nubes. Por favor, no olvidar ninguna de sus pertenencias y recordarles que la manga para recoger sus respectivos equipajes es la numero 16. Gracias por confiar en KLM y los esperamos en su próximo vuelo."
Suspiro esperando que Milán sea la ciudad para mí. No me malinterpreten. Adoro mi país pero ¿nunca les ha pasado que sienten que pertenecen a otra ciudad? Desde que empecé a viajar que fue a los 5 años, siempre he pensado que mi lugar no es Lima
Sí, soy de Perú. Para los que no lo conocen pues se ubica en América del Sur. Y no, no en el país Estados Unidos, en el continente americano. Detesto cuando confunden América con Estados Unidos. Uno es continente y el otro país.
Como decía, soy peruana y orgullosa de serlo pero Perú no es para mí, ni para mi profesión. Soy arquitecta, hace dos años me gradué y saqué mi título. Titulo que, en vez de hacerme bien, me ha hecho más daño del imaginado. Lo importante es que se logró.
El avión aterriza y me voy estirando a todo dar.
Busco mi bolso en los compartimentos superiores, reviso no olvidarme nada y me pongo en la fila para poder salir.
No hay mucha gente en el aeropuerto el cual no es enorme como otros pero tampoco pequeño. Es grande si, nada del otro mundo.
La primera revisión: aduanas. Rebusco en mi bolso los papeles que me pedirán. Constancia de si regreso a mi país, donde me voy a hospedar, itinerario, etc. todo a la mano.
- Da dove viene? – un rubio, alto, delgado y castaño de ojos miel recibe mi pasaporte y todos los documentos que le muestro.
"¿De dónde viene?"
- Perú – respondo en italiano.
Dato irrelevante mío, a pesar de no haber estudiado traducción, me va bien en los idiomas. Hablo 5 idiomas: español, inglés, portugués, italiano y francés. En el colegio me enseñaron chino. Sin embargo no era para mí.
- Quanti giorni e dove starai a Milano? – vuelve a preguntar.
"¿Cuántos días y donde se quedará en Milán?"
- Un mese. Starò a casa di mia sorella. Nei pressi della cattedrale.
"Un mes. Me quedare en la casa de mi hermana. Cerca de la catedral."
Mitad mentira, mitad verdad.
No esta en mis planes regresarme ni irme a otra parte. ¿Como solucionar eso? Pues aún no lo sé. Lo que si es seguro que estaré viviendo con mi hermana. Por un tiempo.
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Su secreto se llama Perséfone
Genç KurguJamás pensé que la muerte me jodiera de la forma más cruel. Desde que tengo memoria, la muerte a sido mi fiel compañera. Nos llevamos bien, no voy a mentir. Prueba de esa relación, aun sigo viva. Vaya a donde vaya, ella estará allí. Este donde este...