Las lágrimas de trece años (Traducción ESP)

Capítulo 5

A medida que cambian las estaciones, sucede lo inevitable.

Se despertó en el suelo del Jingshi, se derrumbó ante su guqin a la luz del amanecer. El sudor empapó su túnica y las vendas que cubrían su espalda, la piel insoportablemente caliente e increíblemente dolorosa.

Se sentía vacío y flotaba a la deriva como un barco que se abre camino río abajo, mientras las corrientes lo invitan a seguir. Una sonrisa brillante, un cuerpo elegante elevándose con el viento, girando y fluyendo como agua corriendo ... Wei Ying.

Cualquier preocupación que pudiera haber sentido lo abandonaba, como la nieve derritiéndose a la luz del sol. Si Wei Ying estaba aquí, no tenía nada que temer.

Sus heridas estaban alcanzando un nivel donde el movimiento de cualquier tipo era difícil. Wangji estaba demasiado debilitado para levantarse de la cama, su energía espiritual era demasiado baja para ayudar a curar las heridas. Esto no fue sorprendente. Los discípulos habían sido azotados antes, no al número que él había soportado normalmente, pero las secuelas podían tardar entre uno y tres años en sanar por completo. La razón era bastante simple. Los golpes de la caña se infligen en capas, provocando inevitablemente heridas abiertas, mientras que la piel intacta esconde heridas internas supurantes y magulladuras musculares.

Se consideró importante la rigidez y el dolor impresionante en cada movimiento, disciplinar la mente mientras el discípulo trabaja emocionalmente a través de la humillación y la vergüenza, la ansiedad y el deshonor. Por lo general, para los no cultivadores, las ronchas y los hematomas se curarían eventualmente dejando poca evidencia atrás. Su espalda estaría estropeada por el resto de su vida, las cicatrices servirían como un conmovedor recordatorio de arrepentirse y nunca repetir. Por eso era posible el perdón, el recuerdo de la Secta desde hacía mucho tiempo, pero su naturaleza era la de regalar segundas oportunidades.

Algo que no consideraron cuando asesinaron a Wei Ying.

¿Por qué no pudo salvarse? ¿Perdonado y protegido?

Solo sintió dolor y desesperación, una tormenta de sentimientos que se centró en Wei Ying. Estaba obsesionado con lo que su amada pudo haber sentido cuando murió, el volver a contar su muerte que había escuchado por error, que Wei Ying había sido destrozado, vivo y solo, enviándolo aún más al estado de ánimo más oscuro.

No hubo vergüenza porque no se arrepintió de nada. Había aceptado lo que se avecinaba, comprendiendo la naturaleza misma de su castigo antes de que lo ataran a los postes. Había pensado que el miedo y la ansiedad habían muerto con Wei Ying, pero los sintió, mirando a Yuan, desesperado por cumplir su promesa, ser un buen padre para el niño dejado atrás.

Se había levantado de la cama durante la noche, inestable y lleno de pavor desesperado por volver a jugar a Inquiry, las lágrimas de desesperación escapaban a su control, mientras el dolor recorría su corazón, le recorría la espalda y lloraba como sangre fresca que manchaba los vendajes limpios.

El suelo estaba frío contra su mejilla mientras yacía allí, mirando el árbol de magnolia afuera. Era tan fácil imaginarse a Wei Ying allí, apoyado contra las ramas, despreocupado con una brizna de hierba entre los dientes, con los brazos cruzados pensativamente mientras contemplaba los Recesos. De improviso, una pequeña sonrisa apareció en sus labios, mientras observaba su precioso espejismo, girar la cabeza, esos cautivadores mechones mantenidos en un rebelde moño en la parte posterior de su noble cabeza, su flequillo bailando con la ligera brisa.