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Capítulo 15: El Reino Lunaris – Parte 2

Luna se despertó abruptamente, con los ojos abiertos de par en par, respirando agitadamente como si le faltara el aliento. Un escalofrío recorría su cuerpo, y las gotas de sudor perlaban su rostro.

Una intensa sensación de quemazón en la muñeca, donde reposaba la marca, la sacudió. A pesar del dolor, dirigió la mirada hacia Selene, quien también estaba inmersa en la misma experiencia. Sin embargo, la marca en la muñeca de Selene brillaba de forma violenta, provocando que esta se retorciera de dolor.

"¿Selene, estás bien?", preguntó Luna, acercándose rápidamente a su amiga y examinando la marca.

"Duele... esta marca... duele...", se quejó Selene entre dolor y desconcierto.

"Tranquila, aguanta un poco. Desaparecerá en unos segundos."

Siguiendo las palabras de Luna, el dolor de la marca se desvaneció, y su resplandor cesó. El sudor cubría el cuerpo de Selene, quien se recuperaba del impacto.

Confundida, Selene se preguntaba sobre el propósito de Zero al ponerle esa marca, causándole dolor y llevándolas a ese extraño sueño.

"Luna... ¿ese sueño era real? ¿O solo fue...?", comenzó Selene.

"No, yo también lo viví. Ambas compartimos ese sueño, o lo que sea que nos haya sucedido", interrumpió Luna.

Luna se cuestionaba si la última voz que escucharon fue realmente la de Zero y qué significaba.

"No vuelvan a entrar en este lugar. Es peligroso".

Aunque no tenía respuestas, sentía una curiosidad creciente por ese lugar, por cómo llegaron allí. Era como un sueño, pero algo dentro de ella la instaba a descubrir más.

Pero Selene se encontraba desconcertada. ¿Por qué Zero le había colocado esa marca en primer lugar? ¿Para causarle dolores que casi la hacen llorar, o existía algún significado más profundo detrás de ello?

Luna suspiró levemente, secándose el sudor de la frente con un pañuelo que guardaba en su bolsillo. Dirigió la mirada hacia afuera; el nuevo día había amanecido.

"Vamos, Selene, tenemos que seguir adelante. No podemos quedarnos aquí", instó Luna mientras apagaba su extraño artefacto, reduciéndolo al tamaño de una canica y guardándolo en su bolsillo.

Selene asintió sin decir palabra, observando la marca en su mano y preguntándose qué depararía el futuro. También se cuestionaba si volvería a encontrarse con Zero. Aunque recordaba las palabras de Zero acerca de tener solo meses de vida, se preguntaba sobre la veracidad de esas afirmaciones. Si eran ciertas, ¿cómo? ¿Por qué solo le quedaba ese tiempo?

"¿Te quedarás ahí sentada, Selene?" gritó Luna desde fuera de la cueva.

"Ya voy..." respondió Selene, levantándose solo para darse cuenta de que su cuerpo estaba agotado por completo. Sus piernas se sentían tan débiles que apenas podía ponerse de pie.

"¿Pero qué demonios..." pensó Selene.

Con esfuerzo, se puso de pie y comenzó a caminar apoyándose en las paredes. Poco a poco, sus piernas se aclimataron, permitiéndole caminar más cómodamente.

Ya afuera vio como Luna ya estaba montado en el lomo de su guardián. Selene apresuro el paso y se subió para después salir volando de ahí.

***

El Legado Del Sistema SupremoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora