Capitulo 16

2.9K 311 17
                                    


LENA POV

― ¿Qué era lo que estábamos buscando?

Kara se levantó por detrás de una pila de cajas y un mechón de su cabello cayó entre sus ojos. Lo sopló fuera de su rostro.

―Una lata de pintura brillante y transparente en spray.

Miré alrededor del garaje hacia las pilas de cajas y las herramientas extrañas puestas por ahí.

― ¿Estás segura de que está aquí?

―Sí. Por lo menos, creo que sí. ―Caminó delante de mí y se inclinó para asegurarse de que no hubiera rodado debajo del estante.

Inclinando mi cabeza, mis ojos recorrieron todo el trasero de Kara hasta el suelo y de vuelta hacia arriba otra vez. Suspiró en frustración y se dio la vuelta rápidamente, atrapándome.

― ¿Estabas chequeándome?

― ¿Yo? No. ¿Por qué iba a mirarte? Eres horrible con tu redondo y perfecto culo, y tus sensuales, labios rosados. Quiero decir, vamos. Ewww.

Pisoteó hacia mí y me dio un puñetazo en mi brazo.

―Oye. Esto es serio.

― ¿Para qué la necesitas otra vez?

Cajas vacías salieron volando cuando empezó a arrojarlas desde la parte superior de la mesa de trabajo.

―Para Alex. Perdió su primer diente hoy en la escuela.

―No puedo creer esta mierda. Me perdí su primer día de escuela el otro día y ahora me perdí la caída de su diente.

―No vas a echar de menos demasiado lo del diente ―discrepó―. La verdadera emoción vendrá por la mañana cuando se despierte y se dé cuenta de que el hada de los dientes ha venido a casa. Aunque no va a haber ninguna emoción si no encuentro la maldita pintura en spray.

Me agaché cuando una caja estuvo a punto de golpearme en la cabeza.

―Obviamente soy una idiota, pero, ¿qué tienen que ver la pintura en spray y el hada de los dientes?

―Tomas el dólar que vas a poner debajo de la almohada y lo rocías con la pintura en spray brillante. Es transparente, por lo que todavía pueden usarlo si quieren, pero está cubierto de destellos, por lo que piensan que el hada de los dientes realmente lo tocó. ―Una pequeña sonrisa apareció en su rostro mientras se encogía de hombros―. Mi madre lo solía hacer conmigo y quería continuar la tradición con mis niñas. Todavía tengo todos los dólares brillantes.

Nunca me gasté ni uno.

―Vaya. Tu mamá tiene unas ideas bastante impresionantes.

―Las tiene, pero nada de eso va a importar si no encuentro la maldita lata. ―Levantó las manos al aire y se dio la vuelta hacia la fila de estantes de metal que se alineaban en el lado del garaje.

― ¿Qué hora es?

Sacó su teléfono de su bolsillo.

―Un cuarto para las nueve.

―La ferretería cierra a las nueve, ¿verdad? ―Tomé mis llaves y me dirigí hacia la puerta.

―Sí, pero son quince minutos en auto hasta la ciudad. Nunca lo lograrás.

Me reí.

―Desafío aceptado.

...

Cuarenta y cinco minutos más tarde, entré de nuevo en el garaje para ver a Kara sentada en el suelo con un montón de cajas esparcidas a su alrededor, ninguna de las cuales parecía tener pintura en spray.

ROOM FOR MORE(supercorp gip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora