CAPITULO 18 PROMESAS

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Después de meditarlo por un largo tiempo la decisión estaba tomada y no es que tuviera mas opciones, pero una parte de mi no quería irse aún y la otra estaba convencida de que era lo mejor, así que me marcharia a Madrid y seguiría con mi vida normal como si nada de esto hubiera pasado, aunque lo cierto es que algo había cambiado dentro de mi y no estaba segura de poder ser la misma persona que llegó a Texas hace unos meses...

Esa noche después de la cena y en donde se anunció la noticia del nuevo miembro de la familia, simplemente fui a mi habitación porque no soportaba más estar ahí fingiendo alegría cuando solo había tristeza en mi corazón.
De nuevo me sentía muy mal, y al día siguiente me negué a salir de la cama y aunque de verdad quería hacer como si nada pasara, mi cuerpo y mi alma no eran capaces de fingir tal bienestar.

Recordé la última vez que me sentí así y fue cuando tuve que dejarla por primera vez, en aquella ocasión me deprimí tanto que llore por días y perdí peso, hasta que poco a poco fui levantándome de nuevo.
La solución fue la misma hace 9 años, ir a Madrid me hizo olvidar un poco mis penas y logré vivir tranquila, así que está vez opte por la misma cura...

Decidí viajar esa misma semana pero en lo que llegaba el día, solo quería estar ahí oculta para que nadie se diera cuenta de lo que ocurría, aunque estoy más que segura que ellos tenían una leve idea, pero decidieron creer mi mentira de sentirme resfriada, lo que les agradezco demasiado.

Sin embargo mi madre si que estaba preocupada por mi estado, ella era la única que conocía  realmente mis sentimientos pero ni siquiera ella sabe que fui feliz unos días teniendo a Lauren a mi lado y que ahora estoy destrozada porque esa felicidad se esfumó sin siquiera darme una pequeña advertencia.

- Como estás?...

Pregunto mamá cuando entro a mi habitación y se sentó en mi cama mientras yo le daba la espalda.

- Mejor, creo que mañana estaré como nueva... Sabes que siempre suelo resfriarme en estás épocas...

- Deja de engañarme Camila...

Dijo con seriedad y no me quedo más que girar mi cuerpo para mirarla de frente.

- Mamá yo...

- Es por el bebé verdad?...

Pregunto sin ningún filtro y volver a recordar la situación me quebró de nuevo.

- Si...

- Hija, debes hacerte a la idea, te dije que si esa chica era feliz con su novio, tu deberías seguir adelante y ese bebé es una muestra clara de que ellos van bien en su relación...

De nuevo más mentiras, de nuevo tenía que escuchar a alguien hablar de la feliz pareja cuando ellos no tenían ni puta idea de lo que pasaba realmente.

- Ella no es feliz mamá...
Mierda, ella me ama a mi!!
Ella me había elegido a mi!!...

De nuevo la amargura de mi voz se hizo presente y el inconsciente me traicionó y terminé revelando uno de los secretos que crei guardaría solo para mí.

- De que estás hablando Camila?...

Pregunto con sorpresa y aunque me arrepentí de haber dicho eso, sentía que tenía que desahogarme con alguien y mamá ya conocía mi situación

- Lauren y yo estabamos juntas mamá, ella iba a dejar a Bernardo para estar conmigo pero ahora, ahora nosotras no podemos...

Comencé a llorar una vez más, pero de verdad era inevitable sentirme así, mi madre abrió sus ojos con gran sorpresa y vi como dejo salir un gran suspiro y solo se quedó en silencio observandome mientras al mismo tiempo me hacía algunos cariñitos en la espalda.

LOS VERANOS TRISTES DE RODEO HILLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora