Capítulo 10

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Narra Jean

Llegamos a la casa con las bolsas de las compras, los chicos se asustaron un poco cuando nos vieron, habían pedido la cena y estábamos reunidos en el comedor, de repente Libardo se dirigió al baño y en eso empiezan las miradas de los chicos hacia mí, lo admito era algo incómodo, pero decidí romper el silencio incómodo.

Jean: emmm si hay algo que quisieran preguntarme con gusto lo responderé.

Ralf: te lo diré de frente, no confiamos en ti —wow nunca espere que fueran tan directos, me agrada este chico—.

Jean: mmmm lo considero justo, y que es lo que piensan de mi justo ahora.

Darían: creo que eres un estafador, o peor aún, alguien que le quiere hacer daño a Libardo, y creeme que no pienso permitirlo —se miraba tan decidida, sin duda la quería—.

Jean: haces bien al desconfiar de mí, yo tampoco confiaría en un extraño, pero creeme, no le haré daño alguno a Libardo, ni le robare ni le haré ningún mal, al igual que ustedes, han sido la familia de él, cómo podría quitarle la familia que encontró luego de qué...

Ralf: de qué? —me miró fijamente con un semblante serio, en todo sentido de la palabra, hablé de más rayos—.

Jean: olvidalo, no es algo que me incumba a mí.

Darían: basta de secretos, por lo menos dime como es que alguien que dice que era cercano a Liba no lo encontró hasta 5 años después?, ¡¿por qué no lo contactaste sabes cuanto hicimos para que su familia lo encontrara?! —habló fuerte, se ve que todo este asunto le afectaba demasiado—.

Ralf: tranquila Darían, Liba va oírte, por lo menos responde, por qué lo viniste a buscar ahora? —su rostro era más sereno, pero era entendible, el no sentía la culpa de Darían—.

Jean: lo vine a buscar ahora por qué hasta ahora lo encontré, y lo sé es muy poco creíble, pero es la verdad, y quise verlo por que... —rayos, tendré usar esa carta, supongo que es la única forma de que me crean—, antes me enamoré de Libardo, volví no solo para recuperar a mi amigo, sino que además, quiero descubrir si mis sentimientos por el cambiaron luego de los años y de su accidente, quiero saber si en verdad lo superé o solo me e mentido con eso por 5 años...

Darían: estás jugando con fuego con esas palabras, —se cruza de brazos—, tú qué dices? —le habló a Ralf—.

Ralf: la vida me ha dado la habilidad de saber cuando alguien miente, y por mas que busqué en el algo que me diera alguna duda de lo que decía, pero no. Todo lo que dijo era verdad. O sabes mentir muy bien o lo dices enserio.

Jean: no pido que me crean, sigo siendo un extraño, pero les digo con toda honestidad que protegeré a Libardo con mi propia vida.

Darían: ya de acuerdo, le dije a Liba que te daría el don de la duda, así que por él lo haré.

Ralf: lo mismo digo, aun no confío en ti, pero si te creo cuando dices que no le harás daño a Libi y mas te vale no faltar a tu palabra.

En ese momento Libardo bajo y volvimos a comer, volvimos a platicar del día y de cosas triviales, habían varias cosas que no entendía, algo llamado, fatbol?, fruta ala?, no sé ya después se lo preguntaré a Liba, pero hay algo más que debo de hablar con él...

Terminamos de cenar y nos dirigimos al cuarto al cuarto de Liba a guardar lo que habíamos comprado, creo que es el momento...

Jean: Libardo hay algo que quisiera decirte —dije viendo aún la ropa que tenía en las bolsas—.

Libardo: claro, qué sucede? —dijo fijando su visión en mí—.

Jean: sé que aunque nos hayamos conocido antes, seguimos siendo básicamente extraños que se tienen confianza pero...

Libardo: pero?...

Jean: creo que ellos merecen saber la verdad de nosotros — solté sin anestesia, espero que salga bien—.

Libardo: —quitó su mirada de mi y siguió guardando su ropa en el armario—, ya te lo dije Jean es mejor no meterlos en este mundo.

Jean: en qué mundo Liba? —traté de sonar lo más calmado y suave que pud—, estamos exiliados, ahora este es nuestro mundo, sin embargo creo que merecen, principalmente Darían saber nuestra verdadera naturaleza.

Libardo: no Jean Carlo, te expliqué el porqué, además no creo que Darían... No importa —se interrumpió el mismo—.

Jean: sabes que ella aun se culpa por lo de tu accidente y tu "perdida de memoria"

Libardo: y no crees que yo no estoy listo imbécil?! —elevó la voz, rayos está va mal—.

Jean: —mi Alfa interno estaba molesto con él por su contestación, pero me sobre puse— de qué no estás listo?

Libardo: de qué me odie por mentirle y se aleje de mí, m-me abandone y terminé olvidando con todos en mi vida —dijo con lágrimas en los ojos, e instintiva mente me fui acercando a él y lo rodee con mis brazos, empecé a  liberar más de mi olor para tranquilizarlo—.

Jean: mientras más tiempo pasen sin saber la verdad peor será, lo mejor será que lo escuchen de tí... —lleve una de mis manos a su cabeza y comencé a acariciar su cabello, mientras que la otra lo seguí pegando a mi con fuerza sin llegar a ser bruzco, sentia sus latidos con los míos, sus manos en mi pecho mientras poco a poco controlaba su respiración—.

Libardo: n-no puedo perderlos, n-no a ellos, ni a nadie más.. —Estaría refiriéndose, a mí?—.

Jean: estaré a tu lado siempre, cuando decidas decirle estaré ahí si lo deseas, no tendrás que hacerlo solo.

Libardo: la haré ahora. —dijo sin más, y aunque por mi estaba bien, no queria que lo hiciera por presión—.

Jean: no tiene por qué ser justo ahora, eres tu el que lo decidirá.

Libardo: si espero, para mañana tendré otra excusa para no hacerlo, debe ser ahora, además no falta mucho para mi celo, y no se cuanto falte para el tuyo.

Jean: aún faltan unas semanas.

Libardo: será mejor que sepa todo cuanto antes. —iba a abrir la puerta cuando de repente varios aromas de extraños empezaron a llegar a mi nariz, espera... Estos no son?... Oh no.—.

Jean: escuchame libardo, tenemos compañía allá abajo acercándose, vete por la escalera de incendios con Darían y Ralf, sacarlos yo los detendré y te buscaré luego.

Libardo: Jean qué pasa?, quienes son?, no reconozco sus olores...

Jean: parece que los perros de la tienda de ropa vinieron a intendar morderte.

Libardo: llamaré a la policía, pero tardarán en venir... —dijo agarrando su pequeña caja—.

Jean: no se que sea eso pero si pueden ayudar traelos, y Liba... —hise que me mirara a los ojos—.

Libardo: dime que no pasa algo más...

Jean: tendré que usar mi fuerza, perdón desde ya si hago ruido y quiebro algo, y creo que será bueno que les digas a esos dos que deben hablar.

Libardo: de acuerdo, solo no los mates, que empiece el juego.

Jean: ten por seguro que ganaré. —le dije sereno a los ojos, wow... había olvidado lo profundos y hermosos que son...—.

Colisión de mundos [LIEAN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora