Aire, aire, aire. En medio del cielo, oscura nieve blanca. Peste en latifundios de Dionisio con el vino. Una marca y escalera de ángeles en el cielo infinito. Un punto, una historia y una palabra. Divorcio entre la vida y el mundo, el absurdo como infiel ignorado busca la venganza, te busca. Golpea las puertas en rayos, en tormentas esperando a que le abras. Los segundos no esperan, abres la puerta, te abraza con su fiel amistad, se enamora de las almas que danzan en círculos, en tinieblas de Dionisio. Abre paso, quizá por accidente a lo que fue una historia manchada, te acuestas con el dolor en tu pecho y en esas un malestar en el brazo, te llaman y te están llamando. Te dirán no conteste, ni contesta, no lo hagas porque tocan la puerta. Caen las nubes negras de oscura nieve, salen los rayos, las mil y una historias contadas con rostros deformados te miran con sus pupilas disecadas. En el todo y en la nada se juegan a los juegos de palabras, el vino de Dionisio, la flecha de apolo, lo oscuro y la luz, el adusto infierno blanco, en eso crees, en peste, en lo que te rodea, en lo que se divide, un ángel y la tierra.
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Locura
HorreurBajo el nombre de la mente, un recuerdo antaño de una flor marchita. Vaga el fantasma que tiempo hace ya no canta y que sus gritos de desespero acuñen al nacimiento de la humanidad.