No juegues conmigo

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Era una fría tarde de invierno, Severus se encontraba en su despacho terminando de corregir los trabajos que mando durante la semana, estaba tan concentrado que no se dio cuenta cuando la puerta se abrió, dejando ver una figura femenina vestida con un largo abrigo.

La mujer se acerco hacia el, hasta quedar de frente.

-Severus cariño-dijo llamando la atención del pelinegro-

El pocionista alzo la vista y abrió los ojos cuando vio como se quitaba el abrigo poco a poco dejando a la vista el escudo de la casa Hufflepuff.

-¿Llevas tu antiguo uniforme?-pregunto algo sorprendido-

Asintió y continuo quitándose el abrigo, dejando a la vista el uniforme completo, Severus trago saliva, no sabia exactamente donde mirarle.

-Se puede saber porque lo llevas-dijo aun algo conmocionado por la vista-

-No se, quería ver si me quedaba bien, y yo creo que si ¿no?-respondió dando una vuelta que hizo que la corta falda se levantando un poco-

El pocionista asintió.

-¿Me puedo acercar profesor?-pregunto con cierta inocencia-

El hombre asintió y la joven comenzo a caminar hacia la silla del escritorio, al llegar se sentó en el regazo del hombre, levantando intencionalmente la falda.

 Guio la mano del hombre hacia su muslo y se acerco a su oído.

-Todos tenemos fantasías profesor-susurro- Y esta es la mía-

Severus comenzo a mover la mano por el muslo de la joven, hasta llegar a se trasero.

-Verónica-dijo-

-Dime profesor-respondió con una sonrisa picarona-

Verónica comenzo a moverse estratégicamente, sabia perfectamente que esta posición iba a conseguir lo que quería.

-Para-respondió como pudo-

La joven negó lentamente y sonrió, se llevo las manos hacia la camisa para quitársela, cuando Severus la paro en seco.

-Déjalo así-dijo sonriendo-

Verónica sonrió, había conseguido lo que quería, la tomo de la mano y fueron a la habitación, al llegar lo tumbo en la cama, se acerco para comenzar a desabrochar el pantalón y los bajo, dejando  puesto el bóxer que presionaba dolorosamente la erección.

Paso lentamente la mano por encima de la ropa interior del hombre, haciendo que gruñera.

Lentamente comenzo a bajar su ropa interior bajo la atenta mirada del hombre, se acerco para bajar la ropa interior dejando a la vista la gran erección que tenia el hombre, se subió, posando las manos en el gran pecho de su novio, provocándole comenzo a moverse encima del endurecido miembro.

Eso duro hasta que Severus la tomo de la cintura y la volteo de tal manera que ella quedara bajo el y la embistió de una vez haciendo que un grito ahogado saliera de la boca de la joven.

-No juegues conmigo Verónica-susurro-

-Solo quería probar cuanto tardabas en reaccionar cariño-respondió entre jadeos- Y veo que has tardado poco-

Comenzó con unas embestidas bastante rápidas y fuertes, no lo iba a admitir pero tener a esa mujer con su antiguo uniforme lo provocaba de una manera que hasta a el mismo le sorprendió.

Llevó su mano hasta el clítoris de la joven, comenzo con circulos lentos, mientras seguía con las fuertes embestidas, haciendo que en pocos minutos estallara en un intenso orgasmo, salió lentamente y bajo hasta llevar su cabeza en medio de las piernas de la joven bruja.

Comenzó embistiéndola con los dedos rápidamente, para pocos segundo después terminar corriéndose en la mano del pocionista.

Acto seguido volvió a embestirla de una estocada, sacando su miembro del todo y volviendo a introducirlo rápidamente, así lo hizo varias veces.

-Por Merlín Severus-dijo la joven entre gemidos-

Se acerco para besarla con violencia y luego se dirigió  a su oído.

-¿Que pasa princesa?-susurro-Es lo que querías ¿no?-

La joven asintió frenéticamente mientras soltaba gritos de placer, Severus volvió a acercarse a su oído.

-Dime lo que quieres-

-Ya sabes lo que quiero cariño-

-Dilo, quiero escucharte decirlo-

Una sonrisa apareció en el rostro de Verónica.

-Termina dentro de mi profesor, quiero sentirlo completamente dentro de mi-dijo con el tono de voz mas provocativo y guarro que sabia poner-

-Sus deseos son ordenes señorita-

Siguió con las embestidas cada vez mas rápidas, los gemidos de ella se fusionaron con los gemidos y gruñidos de el.

La tomo de la cintura para acelerar mas sus movimientos, hasta que con un fuerte gruñidos, acabo dentro de la joven profesora.

Complemente exhaustos se tumbaron en la cama.

-Ahora si quieres te lo puedes quitar-dijo señalando el uniforme-

La joven rio y comenzo a quitárselo para quedar en ropa interior y volver a la cama junto a su novio.

One Shots +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora