A solas Part1

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Martha Stewart una joven profesora de transformaciones, tenía un pequeño secreto, estaba enamorada de su compañero de trabajo, el profesor Severus Snape.

Incapaz de decirle todo lo que sentía por él, el simple hecho de pensar en aquel hombre avivaba sus más bajos instintos y la llenaba de calor en cierta zona de su cuerpo.

Una de aquellas noches, cálida como todas las que traía la primavera, estaba perdida en sus pensamientos, hasta que uno la hizo reaccionar.

-¿Como sería sentir tus manos sobre mí cuerpo?-

Como si de un reflejo se tratará comenzo a quitarse aquel camisón rojo que llevaba aquella noche, rozando con la seda sus pezones, haciendo que se mordiera el labio levemente.

Tomó la varita para silenciar su estancia, pues sabía que iba ha hacer ruido.

Con la habitación silenciada comenzó a recorrer su cuerpo, pensando que Severus era quien lo hacía, recorrió desde su cuello, pasando por su pecho, parando a pellizcar levemente sus pezones arrancando le algún leve gemido, siguió por su vientre hasta llegar a su zona íntima.

Comenzó acariciando suavemente la parte interna de los muslos hasta llegar a su húmedo centro, su imaginación comenzó a presentarle imágenes y su mano respondió con suaves círculos en su clítoris, haciendo que empezará a gemir levemente.

Con la mano que le quedaba libre comenzó a recorrer la silueta de su pecho, pasando las yemas de sus dedos por sus pezones provocando suspiros que solo tenían un destinatario, mientras con su otra mano introdujo dos dedos.

El nombre del pocionista en ese momento salía de la boca de la joven como si fuera un dios, acompañado de gemidos cada vez más altos, sus pensamientos hacían que cada vez estuviera más excitada.

Estaba llegando al orgasmo, lo sabía, pero no quería acelerar los movimientos, quería disfrutar de esa sensación un poco más.

Minutos después ya no aguanto más y aceleró el movimiento dentro y fuera de su húmeda cavidad, mientras que con su otra mano comenzó ha hacer círculo en su clítoris.

Llegó a un intenso orgasmo, clamando el nombre del pelinegro, que salió de su boca casi como un grito.

Pasados los segundos, aún algo conmocionada por su reciente orgasmo, se dispuso a levantarse de la cama, para tomar una satisfactoria ducha.

Ya dentro dentro de la ducha, su mente se puso a maquinar en su contra de nuevo, haciendo que repitiera la acción de hace tan sólo unos minutos.

One Shots +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora