XIX

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si algo sale mal

Marine tocó la puerta firmemente, esperando que el comandante le abriera, pero sólo escuchó un "adelante". Ella abrió la puerta y la cerró detrás de ella, iba a sonreír pero al ver al comandante Pixis dentro, se mantuvo firme.

-Bien, Marine, como ya sabes, el verdadero nombre de Christa es Historia Reiss- comenzó Erwin, mirandola fijamente -Sabes lo que significa, ¿no es así?- ella dudó antes de contestar, pero terminó accediendo.

-La familia Reiss es la verdadera heredera del trono- aseguró ella, entendiendo el objetivo del rubio, mientras escuchaba una pequeña risa del comandante calvo a su lado.

-Por favor, no tienes que fingir, ya me advirtió Erwin que mantienes esa expresión frente a los soldados, lo entiendo completamente, pero estamos en privado y necesitamos de tu confianza- los ojos de Marine se frenaron ante la mirada de Pixis, dudando si podía permitirse ese lujo. Observó la situación, recordó el objetivo que había supuesto de la reunión, y relajó su expresión, para dedicarle una pequeña sonrisa al hombre.

-Tiene razón- acertó ella, y volvió a mirar al rubio -Entiendo a dónde va, comandante- este la miró, esperando que siguiera -La corrupción de la policía militar y el mismo gobierno, la farsa que nos da órdenes hoy en día, debe ser detenida, y reemplazada por la verdadera realeza- analizó ella, por lo que Erwin asintió.

-Si, pero la corrupción que tú misma nombraste, hará que sea un trabajo difícil. Y la corona ya nos ordenó que entreguemos a Eren Jaeger y a Historia Reiss- por más que no lo forzaba, su rostro estaba serio. Sabía lo que tenían que hacer, sabía el paso que debían dar y sabía todo lo que ponían en juego. Pero asintió, pensando una estrategia.

-Entonces, debemos hacerles creer que les damos lo que piden- aseguró la castaña, mientras Erwin entendía su punto, sonriendo internamente.

◇◇◇

Marine se adentró en el despacho de Levi con el semblante tieso, hasta que cerró la puerta, dedicandole una sonrisa.

-¿Cómo te va, gruñón?- se burló ella, mientras se sentaba en la cama. El azabache la miró, negó con la cabeza y devolvió su concentración a los papeles sobre su escritorio.

-¿Tú me vas a acusar de gruñón?- ella rio, entendiendo la referencia de su rostro siempre serio, pero se enfocó en los papeles.

-Venía a verte porque dentro de 30 minutos salimos, supuse que ya estarías listo- dijo frunciendo el ceño, al ver como se dedicaba a firmar papeles -Si sigue así de irresponsable tendré que tomar su puesto, capitán.

-No podrías tomar mi puesto, mocosa- se quejó, mientras ella lo veía extrañada -Ser capitán se trata de estar pendiente de tu escuadrón, tú pareces estar hecha para desobedecer órdenes- ella rió, señalandolo con el dedo.

-Soy la mejor atendiendo órdenes, pero no las tuyas- el azabache bufó -Casi siempre se tratan de que me quede atrás y no haga nada- se cruzó de brazos ganadora, logrando que la mirara de reojo.

-No tendría que hacerlo si no estuvieras tan dispuesta a morir- musitó, consiguiendo que la castaña frunciera el ceño.

-Conozco mis límites, Levi. No puedo morir, no todavía, pero no daré el 50% de mi potencial en el campo- se levantó ella, tomando su hombro -Deja eso, ya tienes que equiparte- sus ojos chocaron por unos segundos, y él se levantó, dispuesto a seguirla, pero con la mirada perdida.

marine | leviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora