XXI

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paz

Marine abrió los ojos, dandose cuenta de que estaba acostada en su cama, y no en la reunión que probablemente se estaba llevando a cabo, por lo que se levantó y corrió hacia la oficina del comandante, y al ver que las personas recién comenzaban a entrar, aminoró la marcha, llegando junto a todos los soldados. Al entrar, Erwin la miró con una ceja levantada, pero ella asintió, comunicandole que se encontraba bien.

-La operación se llevará a cabo en Orvud, donde se dirige el titán excéntrico. Tendremos que disparar con los cañones a su nuca, no podemos arriesgarnos a acercarnos. Sin embargo, si eso no funciona, tendremos que romper su nuca desde adentro con explosivos, y luego romper el pedazo que corresponda a la nuca del titán, para lograr que se evapore- explicó el plan, ante la atenta mirada de los soldados.

-¿Y cuándo evacuaremos a las personas, comandante?- preguntó un soldado a su lado, consiguiendo que lo mirara fijamente.

-No evacuaremos- la información le cayó como un balde de agua fría a aquel soldado, quien empezó a gritar que aquella gente no podía morir, que no podía repetirse el suceso de Shiganshina en aquel pueblo, y en un rápido movimiento, Marine se encontraba en frente de él, tomandolo de la camisa con su brazo sano, para acercarlo con fuerza a su rostro sin expresión.

-En primer lugar, el suceso de Shiganshina y el de Trost, fue con titanes completamente conscientes y capaces, no con un bobo malformado, no se atreva a comparar. En segundo lugar, si movemos la población adentro de la muralla, al ser un excéntrico, se moverá hacia la muralla Rose, poniendo en peligro a aún más gente. Los habitantes de Orvud serán sometidos a un simulacro de evacuación, para no alertarlos demasiado, y conteniendolos lejos de la muralla- al decir esto miró fugazmente a Erwin, quien asintió, aprobando la idea -Y en tercer lugar, respete a sus superiores, soldado, o me aseguraré de que viva de rodillas, en un eterno pedido de misericordia, ¿queda claro?- terminó, ante la mirada aterrada del moreno, quien asintió eufóricamente, logrando que lo soltara y este cayera al suelo, levantándose y alejándose lo más posible de la jóven, quien se mantuvo a un lado del comandante. Terminaron de repasar el plan y salieron de aquel lugar, mientras los soldados se mantenían lo más alejados posibles de Marine.

◇◇◇

Marine se encontraba recostada sobre la cama del despacho del capitán, mientras leía atentamente un libro de medicina. Si no estaba lo suficientemente cansada antes de matar al titán de Rod Reiss, luego de aquella salida había terminado completamente exterminada. No escuchó que el azabache había entrado, hasta que este habló.

-Tendrías que estar descansando en tu cama- espetó, logrando que la castaña pegara un leve salto, sorprendida, y lo viera con los ojos entrecerrados.

-¿Cuántas veces te dije que no entres de repente?- se quejó ella, mientras él se acercaba a su silla, sentandose frente al escritorio.

-¿Que no entre a mi propio despacho?- la ojiazul rió, dandose cuenta de lo que había dicho.

-Touché, lo siento- se disculpó, pero no pareció tener en mente retirarse de aquel lugar, por lo que el azabache se giró para verla. Tenía puesto un pijama algo viejo, que dejaba al aire su vendaje, y una coleta alta desarreglada, él sabía que no le importaba su apariencia, y aún así se veía hermosa.

-Deberías dormir, mañana es la coronación de Historia, y no podras mantenerte en pie- se burló Levi, en realidad preocupado por el bienestar de la chica. Se había desmayado en sus brazos, una hora después estaba amenazando a un soldado, y más horas después saltaba por los techos cortando pedazos de carne.

-Si- musitó, mientras sus ojos se entrecerraban -Es solo que cada vez que voy a hacerlo, recuerdo cómo le cantaba a Armin antes de dormir, y de inmediato aparece en mi cabeza la vez en la que le dije a León que le cantaría con la guitarra cuando volvieramos- explicó ella con una sonrisa triste, realmente en privado nunca dejaba de sonreír -Y a partir de eso, son solo imágenes de su muerte. Quizás si no me hubiera apegado tanto a él, hubiera reaccionado más rápido para salvarlo- susurró, pero Levi había llegado a escuchar, por lo que se paró sentandose a su lado en la cama, mientras la castaña apoyaba su cabeza sobre su hombro.

-Si no te hubieras apegado, quizás no hubiera muerto feliz y en paz, sabiendo que cada vez te mostrabas como eras con más personas- intentó consolarla él, lo que sirvió más de lo que pensaba, ya que ella recordaba lo que le habían pedido ambos -De igual manera, no es tu culpa, la titán hembra asesinó a muchos de nuestros soldados- aseguró, y ella asintió con la cabeza, aún apoyada sobre él.

Levi se sacó los arneses y las botas ante la mirada curiosa de la chica, y se acostó boca arriba, abriendo sus brazos, dandole a entender que se acostara sobre él. Marine dejó el libro en el piso y se acostó en su pecho, mientras tapaba a ambos con las cobijas.

-Gracias, Levi- susurró ella, sentía como él dejaba suaves caricias sobre su cabeza, y cada vez sus ojos le pesaban más, relajandose al sentir su calor y el sonido de su corazón retumbando en su pecho.

-Gracias a ti, Marine- terminó contestando, mientras notaba como el sueño llegaba también a él, y cerraba lentamente los ojos, sintiendo una paz que nunca había tenido en el fondo de su ser.

marine | leviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora