Capítulo 1

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ZHENYA

Me mire por última vez en el espejo, mientras trataba de calmarme, y de responder a todas las preguntas que se formulaban en mi cabeza con cada minuto que pasaba, como por ejempló:

¿Por qué acepte? ¿Qué paso por mi cabeza al decir que si? ¿Cómo lo haré? ¿Nos descubrirán? ¿Qué sentiría mi madre al darse cuenta de lo que estaba a punto de hacer?

Preguntas a las cuales no les he encontrado respuesta durante hora y media. Bueno a la segunda si: Estaba borracha y lo peor de todo es, que no puedo echarme para atrás debo cumplir mi palabra como él lo había demandado el día en que me negué rotundamente a hacer semejante cosa.

Dell y yo nos conocemos desde pequeños, y podría decir que en cierto tiempo tuve un crush con él, pero ya eso era cosa del pasado. Cuando me di cuenta que él no sentía lo mismo por mí, decidí hacer mi camino en la vida, hasta que un día en medio de una reunión con todos nuestros amigos en común, y un par de tragos en la cabeza, me hizo una propuesta a la cual acepte no gustosamente.

Debo decir que no es como hubiese puesto mucha restricción a la propuesta, se que en ese momento solo estaba mirando su boca, y pensando en como seria besarla, Dell no era de las personas que hablan mucho, pero cuando lo hacia, juro por Dios que mojaba mis bragas.

Y ahora que lo pienso, no me estaba quejando de acostarme con Dell...

¡Genial, gracias a Dios había superado el crush que tenia con el chico! Hermana, ¿notas el sarcasmo?

Armándome de valor tomé mi bolso con el otro cambio de ropa y tome un abrigo gris colocándomelo encima de la ropa interior de encaje. Si lo iba a hacer, lo haría bien.

Salí del apartamento y entre al ascensor, gracias a Dios sin ser vista por nadie, me sentía algo desnuda y no era de esperarse nada menos.

El viaje en auto no duró mucho a pesar de que iba a 10k/h.

Detuve el auto en frente al edificio donde está el departamento de Dell, uno de los edificios más famosos de Inglaterra, no solo por el hecho de los costosos que son, sino también por el hecho de que los hermanos Romanoff -Adam y Jeff- lo han construido junto a su padre, el señor, James Romanoff.

Antes de desmontarme del auto memorice la clave que Dell me había enviado y sin más preámbulos entre a la recepción, no me sorprendió el hecho de que el recepcionista no dijera nada, se que el puto de Dell lo había arreglado todo.

El viaje en ascensor se hizo rápido ¿O creo que estoy tan nerviosa que no me he dado cuenta?

Salí del ascensor para entrar en el apartamento de Dell, sintiendo como mis piernas ya se estaban haciendo gelatina.

Llegue hasta el salón en silencio y no había nadie solo una nota pegada a la mesa, me acerque para leerla, ya que supongo que era para mí, y si no lo era, bueno lo iba a descubrir.

Ponte cómoda toma lo que gustes, se presento un problema , estaré en menos de veinte minutos contigo.
-Dell.

Opte por sentarme en el sillón a esperar a Dell, no importa cuántas veces patalee o haga un berrinche, nadie ni nada me zafaría de esta. Creo que es hora de un shot de tequila.

El sonido de mi celular hizo eco en todo el salón, me apresure a tomarlo rápido de dentro de mi bolso, donde se encontraba.

-Mamá. -Respondí cuando descolgué la llamada.

-Cariño, tu papá y yo estamos en tu departamento ¿Dónde estás?

Ay mami, si supieras.

-Mama, estoy con Misy hoy es día de chicas. -dije tartamudeando un poco, por la gran mentira y sobre todo el haber involucrado a una de mis mejores amigas.

-Entiendo....Espera. -se escuchó decir muy bajito. -Tu papá quiere hablar contigo. -rodee los ojos al escuchar lo último.

-Zhenya Volkóva. -el acento ruso de mi padre se hizo más fuerte al pronunciar mi apellido.

-¿Si, Alexsey Volkóv?

-¿Dónde estás pequeña? Hemos hecho un viaje muy largo para verte. -y tan ridícula como me leas, me imaginé a mi padre haciendo un puchero.

-Papá, prometo que mañana estaré en casa y pasare lo que queda del fin de semana con ustedes. -escuché un suspiro pesado de su parte.

-¿Estás segura de que no puedes cancelar? -odiaba tener que negarle las cosas a mis padres, cuando ellos nunca me negaron nada y mucho menos cuando era la única de sus tres hijos que estaba en el país, pero tenía un compromiso y no podía romperlo.

-Lo siento papa, prometo que estaré ahí lo más temprano posible. -apreté mis labios en una delgada línea queriendo que mi papá se rindiera ante esto.

-Está bien, Zhenya Vólkova. -sonreí al ver cómo me había llamado de nuevo, demostrándome que no estaba de acuerdo del todo.

-Te amo, papá. -eso siempre lo convencía.

-Pequeña, no uses eso conmigo. -solté una carcajada al saber que le había dado en el punto exacto.

-Pásame a mamá, por favor. -le pedí.

-Esta bien. -se escuchó un murmullo, para luego escuchar la voz de mamá. -Cariño, no te preocupes calmare a tu padre.

-Espero que sea como sabes. -escuché decir a mi padre.

-Nos veremos mañana bebé. -mi madre hablo rápidamente para luego colgar.

Me quede mirando el teléfono atentamente, procesando lo que mi padre había dicho, una sonrisa se dibujo en mis labios al saber de que trataba su tan anhelada ¨Calma¨

Me levanté del sofá y caminé hasta la cocina, ya que tenía sed y tenia gusto de un jugo, no me quedaré con las ganas sabiendo que tengo el permiso para hacer y deshacer lo que quiera en este departamento, eso era lo que decía la nota.

¿Verdad?

Tomé la jarra de jugo -cosa que me pareció extraña que Dell tuviera en el refrigerador- y me serví en un vaso.

-¿Por qué no me das de ese jugo?

Estaba por llevar el vaso a mis labios cuando escuché su voz detrás de mí, haciendo que de un saltito. Él estaba justo detrás de mí, podía sentir su respiración en mi cuello, sus manos fueron hasta mí cintura por un momento hasta que empezó a subirlas y agarro mis pechos dándole un apretón.

Sus manos volvieron al recorrido para luego llegar a mi trasero y apretarlo. Me dio la vuelta ágilmente y me quito el vaso de jugo dejándolo en la mesa, no me dejo ni siquiera examinarlo, mucho menos ver como andaba vestido.

Me estaba derritiendo bajo su tacto. Sentir sus manos sobre mi piel me estaba volviendo un poquito loca, y debo admitir que no me preparé lo suficiente para esto.

Me acercó más a él, para pegar sus labios contra los míos, un beso muy desesperado, su lengua entro a la fuerza a mi boca, saboreando todo lo que había a su paso, me costaba seguirle el ritmo del beso pero luego lo tomé siguiendo tan frenético ritmo.

Cuando se separó de mí, me miro a los ojos por primera vez haciéndome sentir cosas que siempre quise ocultar, y que con las manos de Dell encima de mi, estaban saliendo a flote.

¡Maldita sea, esto fue una mala idea!

-Zhenya. -Dios, mi nombre en sus labios tan delicioso...¡joder! -Vas a ver lo que te hare disfrutar, preciosa.

Y solo así, supe que tenía que dejarme llevar, al final él y yo éramos adultos, y por lo tanto podía disfrutar mientras pudiera.

¿Verdad?

Adicta a DellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora