Capítulo 3

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-Me niego- gruñó Stiles estando atado a gruesas cadenas con grilletes que lo mantenían sujeto a una incómoda silla de metal frío.

-No te estoy preguntando si quieres hacerlo o no, te lo estoy ordenando- dijo esa figura oscura que se mantenía oculto entre las sombras y solo escuchaba la fría voz escalofriante que tenía.

-No sé quién diablos eres, pero me niego a hacer eso ¡Tu no eres nadie para ordenarme!- gritó Stiles sin importarle en lo más mínimo que lo volvieran a torturar

El sujeto frente a él soltó una risa escalofriante que lo dejó más inquieto.

-¿De verdad quieres decir esas palabras, Stiles?- le susurró la sombra sacando un arma y apuntandole directo a la cabeza de su padre inconciente en el suelo.

-¡Eres un desgraciado! ¡Déjalo en paz, él no tiene nada que ver en esto!- gritó Stiles furioso y asustado por igual.

-Solo te pido que mates a algunas personas y me traigas a otros...solo eso y dejaré libre a tu padre- bufó el desconocido quitandole el seguro al arma dejando a Stiles pálido como la cera.

-No...no...esto...esto no es real ¡No es real!- gritó tratando de zafarse de las gruesas cadenas.

-Recuerda lo que te he dicho, Stiles...- le susurró macabramente esa voz antes de dispararle al Sheriff









Stiles se incorporó de golpe en la cama, jadeando asustado, con el corazón latiendole como si hubiera corrido una maratón y el cuerpo temblandole.

-Mierda...otra vez ese maldito sueño- dijo limpiandose las lágrimas con el dorso de la mano.

Llevaba mas de un mes teniendo sueños como este. Siempre aparecía ese sujeto que no sabía quién era ya que nunca pudo verle la cara.
El desgraciado siempre lo torturaba por largas horas y lo ataba a una silla, diciendole incansablemente que matara a las personas que él le ordenaba asesinar.

Stiles siempre se negó.
Siempre veía morir a sus amigos, a su padre...
Sin poder hacer nada.


Empezaba a dudar que esto fuera obra del Nogitsune.
Él jamás se había ocultado y siempre se mostraba ante él.
A demás ya se conocían, no había motivos para ocultarse.


¿Esto era real o era otra de sus alucinaciones?
¿Alguien estaba provocando que viera estas cosas?
¿O era solo su subconciente aún traumado por las muertes que provocó el Nogitsune?

-Mierda- susurró para si mismo.


Estaba volviendose loco.

Miró a su alrededor, aún era temprano y el sol no salía todavía.
Pero por lo menos había logrado dormir un par de horas.

Hizo una mueca al ver a Jackson aún dormido babeandole las almohadas.
Podrían haberlo matado y el pejelagarto nisiquiera se hubiera dado cuenta.


-Gran perro guardían que me tocó- susurró sarcástico mientras se levantaba para empezar el día.

Bajó a la cocina y la nota de su padre en la mesa le indicaba que ya se había marchado a trabajar y que le había dejado el café en la cafetera.

Para distraerse un poco, empezó a hacer unos hotcakes para el desayuno. Esta vez hizo más de lo común ya que tenía un chucho pulgoso con un gran estómago que alimentar ese día.

Por lo menos era sábado y no tenían que ir al Instituto.

Cuando terminó de hacer el desayuno subió a despertar a su indeseado huesped.
Solo tenía que despertarlo con delicadeza para que no quisiera arrancarle la garganta el despertar.

Estaré contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora