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En la vida, se tienen momentos de desesperación, en los que necesitas a alguien para tener un desahogo, conseguir ayuda, poder gritarle al mundo todas las desgracias. Según los religiosos, esos eran los momentos en los que entidades malignas se aprovechaban de las debilidades del alma para tomarlas y escapar por el camino fácil, sin embargo, había un enemigo oculto en todo esto. Se habla de ángeles, que en momentos difíciles ellos se acercaban a ayudar a las personas, pero no se habla de los corrompidos, aquellos que en lugar de ayudar, ofrecen un trato para seguir adelante; pedían el alma y la sumisión de la persona a cambio de lo que la persona quería, y el deseo no podía ser para sí mismo, sino que debía ser para ser alguien más. En la eternidad no hay nada. 

JinYoung solo tenía 19 años cuando lo entendió. Tenía una pareja, y no podían culpar que estuviera enamorado a temprana edad, ya que eran los años 1300 y conocía a su amor desde niño, pues era su prometido. 

Él había contraído la peste negra, por lo que ni siquiera podía ir a despedirse de él, ni darle una palabra de despedida. Estaba enamorado, en una época mortal, llena de ignorancia y donde hablar de cosas del corazón solo traía dolor. 

Por la noche, cuando le dieron la noticia de que posiblemente Mark no sobreviviría la noche, corrió a su cuarto, y le habló a la luna, suplicándole que su novio se salvara. 

En ese entonces, pensó que un demonio respondió a su llamado, que si le entregaba su alma protegería a su prometido y familia, quitando el dolor, a ellos y a sus descendientes. 

— tú debes servirme a mí. — le indicó esa entidad, en paños menores. — por toda la eternidad. 

Era un hombre de cabello corto y ojos oscuros, semi desnudo, con solo un paño blanco cubriendo sus genitales. 

— él tiene que vivir. — sollozó. — la vida no puede ser cruel con él. 

— los personas creen que vida es para todos, pero los desafíos dejan ver quiénes son merecedores de esta lucha. — dijo la entidad. — pero, qué aburrido seguir reglas en un tablero que no sabe qué juego seguir, así que algunos decidiremos darle algunas personas alguna que otra ventaja, pero tenemos un precio.

— acepto... — dijo entre el llanto, tendiendo su mano.

Repetía ese momento en su mente una y otra y otra vez, pensando en lo doloroso que fue dejar de existir y no estar muerto.

El dulce beso de la muerte sería algo que nunca conocería

Nunca sabría lo que sería la recompensa de una vida bien o mal vivida, ni el descanso de todo lo que había cargado, lo cual era un precio terriblemente alto. Un alma por otra. 

Mark vivió, y se casó con su hermano menor; YoungJae, como si toda la vida hubiera habido amor entre los dos. JinYoung los miró ser felices, tener cinco hijos, y luego tuvieron 18 nietos, y esos nietos tuvieron hijos, lo vio todo, como si estuviera leyendo sobre la vida de otras personas, y solo fuera un espectador de algo que nunca fue parte. 

Luego, pasaron los años y los siglos.

Vio a personas increíbles, con corazones enormes y bellísimas, incluso tuvo leves enamoramientos, y en algunas ocasiones, fue un amor fuerte, en las que lloró cuando se casó o murió, y lo más hiriente, es que nunca tenía la oportunidad de estar con ellos.

Y en pleno siglo 21, vivía como una persona normal. Tenía un sitio en el que descansar, lugares a los que ir, pero siempre estaba solo, sin tener oportunidad de tener un amigo. Ni siquiera tenía aventuras sexuales, ya que serían en vano, pues no podía sentir nada. Era solo un alma, un espectro, estaba en un punto entre este mundo y algo más allá del velo, como si tuviera un filtro para que las personas no pudieran verlo. 

Hoy en día, lo llamarían Voyeurismo, cuando veía a las personas desnudarse, tener sexo, incluso masturbarse de las formas más raras posibles, pero no era con mala intención, sino más algo de protección. 

A veces, súcubos se acostaban encima de los hombres, con intención de violarlos, así que su trabajo era echarlos antes que las personas se despertaran con una vista desagradable. Ahora, su dueño, lo enviaba a despertar hombres con erecciones, mientras él hacía de las suyas. 

Ahora, el hombre sobre la cama era el hermoso y sexy que había visto, podía decirlo. Abdominales, oblicuos, la V, brazos musculosos. El demonio sexual estaba sobre él, acariciando su pene, masturbándolo. Cuando JinYoung se acercó, alejó al malvado ser y puso a salvo el alma del hombre.

Era tan guapo, tan hermoso, y con un pene que le gustaría probar, si se era sincero. Era un sumiso  de un ángel malvado, así que nunca sintió el placer del sexo humano, y el sexo entre seres divinos o malditos no era tan complaciente. No es que los humanos supieran qué hacer, pero eran más sentimentales y se hacían cargo de sus parejas, mientras que las entidades eran más brutas y buscaban su propio placer.

Para JinYoung, solo hubo malas experiencias. Ángeles que se complacían a sí mismos, y súcubos que no hacían más que  daño.

— tú me la debes. — le dijo ese ser, esfumándose.

JinYoung se quedó allí mismo, mirando al humano despertarse confundido, con semejante erección. Acarició su mejilla, apreciando su rostro de confusión, aunque él no pudiera verlo.

— qué mierda... — dijo el hombre, descubriendo su erección bajo las sábanas.

— si puedas verme, si pudieras conocerme, podría ayudar a liberarte. — le comentó, sabiendo que no obtendría respuesta, como siempre. Se acomodo en la cama del hombre, mirando cómo él se masturbaba. — o si tan solo existiera, ambos podríamos desahogarnos mutuamente. Sería lindo que me tomases en cuenta, como tu pareja. O por lo menos una noche.

Se subió sobre el regazo de ese hombre, fingiendo que lo montaba. Tomó el rostro del hombre, frotando su enorme trasero contra su pene. Aunque ninguno se sintiese el uno al otro, para JinYoung no era difícil tocarse a sí mismo y llegar al orgasmo junto a la otra persona.

Sus ojos se llenaron de lágrimas, mientras babeaba un poco, apoyándose del hombro ancho de su nuevo amor. Arqueó su espalda, moliendo sus caderas contra el humano hasta llegar al orgasmo y caer a su lado, apreciando cómo él respiraba agitado, su cuerpo lleno de sudor, y su cabello largo caer por su rostro.

— ojalá pudieras oírme...







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Nuevo especial de Halloween :D

Sumiso Del Ángel [JJPROJECT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora