Sumiso Del Ángel [JJPROJECT]

Epílogo

Nunca antes en su vida había rogado, pero el amor es una fuerza que obra de maneras misteriosas, traspasando el poder que incluso Dios poseía.

De rodillas, había suplicado al Tiempo que lo llevase hasta esa fatídica noche donde ese ángel se presentó frente a ese mortal que terminó costándole la vida a todo el mundo en el futuro.

Las vidas que vivió JinYoung estaban destinadas a terminar en tragedia por haber tenido contacto divino, por lo que mucho antes que JiSung pudiera presentarse ante el joven humano, ya lo había atrapado y encadenado en el infierno, acusando sus pecados con Dios para que aquel ángel recibiera su castigo.

Ahora, el prometido de JinYoung, Mark, estaba agonizando en el cuarto contiguo por la peste negra. Miró a ese hombre con tanta envidia y celos que sería capaz de dejarlo morir, pero si estaba aquí era para proteger el corazón de Park.

— cómo me gustaría llevarte al infierno para quedarme con JinYoung. — murmuró, pasando su mano por sobre el cuello de Tuan. — pero lo amo tanto que tengo que hacer esto. Si le rompes el corazón, si te atreves a hacerlo derramar una sola lágrima, enviaré a mi carroza por tu alma para que te pudras junto a todos esos bastardos que le hicieron daño...

Había curado a Mark de todos sus males, permitiéndole así que él se hiciera cargo de la felicidad de JinYoung.

JaeBum recogió los trozos de su corazón roto y guardo sus restos en sus bolsillos, atándose a sí mismo a una vida solitaria, viendo desde la lejanía cómo la sonrisa más hermosa y humana que había alegrado sus días oscuro ahora brillaba para alguien más.

Su vida sería corta, tal vez ni siquiera acariciarían los 39 años, pero luego de haber visto todo el infierno que Park había pasado durante su eternidad le hizo entender que la muerte era una amiga que nos llevaría a un lugar de descanso, que entregaba paz y liberaba su alma.

Poco después que Mark se recuperara, contrajo nupcias con Park y esa misma noche había consumado su matrimonio, para poco después recibir a un hermoso niño.

JaeBum solo pudo verlo desde las sombras, pero observar que él era feliz con su humilde vida era todo lo que le interesaba.

La vida de JinYoung estuvo plagada de felicidad y belleza, bendecido con la luz que se le fue negada en su otra vida y protegido de todos los males de los cuales Lim no pudo defenderlo en un pasado que ya no existía.

Su risa era un poema a la vida y su alegría que irradiaba la contagiaba a quien lo conocía.

Por las noches, él dormía a un lado de su esposo, en un lugar seguro, cálido y amoroso, una burbuja especialmente hecha para criar a su bebé, quien dormía en una cuna.

Una mañana, cuando dejaron a su bebé dormir plácido en su cuna en una habitación cálida, JaeBum entró y miró al pequeño y hermoso engendro. Él era hijo de JinYoung, pero no era su hijo con JinYoung, cosa que le partió el corazón.

No pudo evitar romper en un llanto silencioso. Había tenido una familia, pero estaba lejos de ser una perfecta. Una hermosa hija que odiaba a su padre y a su hermano, un príncipe temeroso de su hermana y JinYoung con su alma cada vez perdiendo más aquella calidez humana de la cual se había enamorado. Por supuesto que amó a su familia mientras aún la tenía, y la seguirá amando eternamente aunque ya no exista, pero el origen de ella los condenaría a los 4 una vida lejos de la paz.

— nadie va a ponerte una mano encima. — le habló en voz baja, pasando su dedo entre la cálida y pequeña manita del infante. — si algún día tus padres no logran llegar a tiempo, yo te defenderé de todo mal. Nada ni nadie va a hacerte daño, y si yo llego a hacerte daño, cortaré mis manos para vengar el daño que te haya hecho. Tu padre y tú serán mis protegidos; haré un pacto con el cielo para que ni el mismo Dios les ponga una mano encima.

Mark había llegado antes que JinYoung, por lo que el padre le dio de comer al bebé en lo que el doncel llegaba. Im aprovechó la oportunidad de verlo a los ojos, aunque sea, una vez.

— disculpa, ¿nos conocemos? — le habló con ese suave y cortés tono JinYoung.

Estaban en un camino del bosque cubierto por un manto de nieve. El menor estaba algo desabrigado, con guantes y una capa, pero que no era suficiente para protegerse del frío.

— no, nunca nos habíamos visto. — 《no en esta vida》quiso decir Im.

— lo lamento, es que siento... siento como si te conociera de toda una vida. — murmuró con una sonrisa tímida. — tal vez solo estoy delirando.

— tú me recuerdas a un poema que no logro recordar, una canción que nunca existió y un lugar donde nunca he ido. — confesó, acercándose lentamente al menor.

— yo... tengo esposo. — dijo apenado. — él y mi hijo están en casa, esperándome.

— ¿no pueden esperar un poco más?

— debo alimentar a mi bebé, así que no será posible extender esta charla.

JaeBum había hecho un juramento; no dejaría que ese bebé pasara hambre un maldito un segundo, por lo que lo dejaría ir a su hogar y protegería su camino desde donde el menor no lo viera.

— antes de que continúes tu camino. — lo detuvo Im, sacándose su chaqueta. — abrígate, no me gustaría encontrarlo enfermo en nuestro siguiente encuentro.

— oh, no es necesario, mi hogar está relativamente cerca y usted seguramente la necesitará más que yo. — contestó.

— insisto. — dijo rápidamente, poniendo el abrigo en la espalda del chico y acomodándola en sus hombros. — ve a tu hogar, con tu familia y no te enfermes.

— uhm, muchas gracias. — dijo tímido. — espero volvernos a ver algún día.

— lo mismo digo.

JinYoung siguió su camino, dándole la espalda a ese misterioso hombre, pero se detuvo a inhalar el olor de la chaqueta. Volteó a divisar al hombre, pero él ya se había ido, había desaparecido.

— JaeBum...