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Cuando JinYoung despertó, se dio cuenta que despertó. Era un pensamiento que le provocaba risa, pero a su vez, era lógico. En su forma angelical, no podía ni tenía la necesidad de dormir u algo parecía, lo más cercano era relajarse luego de haber tenido sexo con cualquier cosa que quiso tomarlo. Dormir se sentía tan bien, y ahora estaba cubierto con las sábanas de JaeBum, sintiendo la cálida tela de algodón y el aroma varonil de su... esposo.

Se casó con el príncipe de las tinieblas.

Fueron días intensos.

Poco después, entró JaeBum, con una bandeja llena de comida, que olía delicioso. La dejó sobre la mesita de noche un momento, y luego observó a su ángel.

— he vivido en cientos de épocas como un humano, pero nunca he envejecido. — le dijo, tomando la mano de su esposo. — nuestro tiempo está enlazado. Vivirás y tendrás tu cuerpo de siempre, incluso cuando cargues a nuestros hijos en tu vientre, tu cuerpo volverá a la normalidad. No envejecerás, ni engordarás, ni tu cuerpo cambiará a menos que lleves a nuestros hijos, sin embargo, ahora que eres mortal, cualquier daño que te hagan, lo sufrirás como un humano, incluso matarte.

— antes de todo esto... yo tenía asma... — comentó Jin, abrazando su almohada mientras observaba a su esposo.

— ya no es problema. — respondió Im. — eres completamente sano. Ahora, debes comer.

Lo primero que probó fue el café. Tan dulce y en armonía con el amargo. Era bastante agradable, además de sentirse calentito, algo que extrañaba tanto. Se sentía tan bien volver a sentir.

JinYoung volvía a vivir.

Luego, siguió con las tostadas. Eran tan crujientes, y el rico sabor de la mantequilla en ella. Extrañaba tanto el pan, y crujiente era delicioso.

— sé que hay muchas cosas que querrás probar por hoy, pero debes descansar. — le dijo JaeBum. — mañana iremos de compras.

— he visto cosas tan hermosas. — dijo JinYoung emocionado. — no quiero parecer interesado, pero... uh... no... no importa...

— te tengo muchos regalos preparados. — respondió. — puedes pedirme lo que quieras, no por nada soy dueño del mundo.

— no quiero parecer una molestia. — se excusó, dándole un sorbo a su café.

— cuando tengas a mi hijo, pondré el mundo a tus pies. — dijo, acariciando la ternura de sus labios. — viviste lejos de todo esto durante mucho tiempo, ahora vamos a formar una vida juntos, y necesitaré tu toque.

— es tu hogar, tu dinero. — murmuró. — yo solo soy un aparecido, y además... no sabría ser un buen esposo para ti.

— te quiero en mi vida, eso me basta y me sobra.

JinYoung no se sentía cómodo con eso, pues siempre se le enseñó a ser servicial a su hombre, pero ahora sentía que sería un trofeo en su estante. JaeBum, pese a su naturaleza, estaba siendo muy dulce con él, lo cual era algo romántico, y el chico le correspondía, sin embargo, no sabría como demostrárselo. Este no era su mundo.

JaeBum notó a su ahora esposo un poco pensativo. Estaría bastante confundido durante un tiempo, pero se encargaría de hacerlo sentir bien durante todos los siguientes años, en su camino a la paternidad. Y por el momento, empezarían a practicar hasta que le saliera un bebé.

Im sacó la taza de café ya vacía y la bandeja, con la intención de ganarse entre sus piernas, empezando a sentir la suavidad de la piel perfecta de su esposo, empezando a besar su cuello.

— yo... — JinYoung se apartó, tomando suavemente la mano de JaeBum. — sé que vamos a ser padres, realmente lo deseo, pero... quiero intentar otras cosas por mientras. Quiero volver a sentir ciertas cosas, y estar contigo un tiempo, solo los dos.

— ¿quieres una luna de miel? — preguntó Im, con una torcida sonrisa llena de lujuria. 

— yo no quiero obligarte a eso si no quieres, pero quiero, al menos, un mes para volver a la normalidad. — contestó ruborizado. — al menos quiero elegir su nombre. 

— oh, Jinnie, tomémonos un año, una década, incluso un siglo. — contestó Im, bastante feliz. — vámonos a dar una pequeña vuelta por el mundo, al Salto del Ángel un día, a Roma al siguiente,  sin maletas, y de regreso, llegamos con 20 maletas, llenas de ropa y chucherías. Y tendremos sexo donde tú lo desees, o donde podamos tocarnos.

— pero, ¿y tu trabajo, tu billetera...? 

— soy el anticristo, tengo más dinero a mi merced que las riquezas del Vaticano. Voy a regalarte una gran experiencia, viajaremos por donde queramos hasta que logre embarazarte, y créeme que me tomaré mi tiempo. — dijo, bastante feliz. — y puedo comprar un palacio para que mis hijos y esposo vivan. 

— no quiero parecer interesado. — murmuró JinYoung con timidez.

— oh, yo sí, Jinnie. — dijo JaeBum. — quiero recorrerte completo, quiero cada centímetro de tu cuerpo, porque estoy interesado en todo lo sucio que llegas a ser en el sexo. A cambio, puedes tomar y demandar de mí lo que desees.

— eso sonaría a prostitución. — dijo algo extrañado.

— los tiempos cambian, Jinnie. — respondió Im. — llegó tu tiempo, es tu retiro, y eres mi esposo. Ahora vas a vivir como un príncipe, eres mi esposo, y eso ya es mucho. Ahora, vamos a hacer un bebé, empezando en Grecia.

— pero, ni siquiera tengo ropa decente.

— vas a llevar una muda de ropa y comprarás en las tiendas de otros países. — contestó con una sonrisa. — llenarás tu closet con ropa de todo el mundo. Y... espero, que la mitad de él, sea lencería que usarás para mí...

JinYoung soltó un gemido, mirando sonrojado a su esposo. Nunca pensó que tendría una conversación así con el hombre con el que se casaría.

— creo que llevar tantas maletas cuesta dinero... — trató de excusarse.

— tengo un avión privado. Puedo tenerte de piernas abiertas durante todo el vuelo y nadie podrá decirnos nada. — contestó. — ahora, come, mañana organizaré nuestra luna de miel. Llamaré a alguien para que te lleve de compras.

— ¿no puedes ir conmigo?

— tengo trabajo. — JinYoung asintió.

— no llames a nadie, no quiero salir por hoy día. — dijo. — quiero reconocer todo. Sé cosas, pero quiero... acostumbrarme a esas cosas. Es decir...

— quieres acostumbrarte a tu nueva vida, lo entiendo. — añadió Im. — descansa, dulzura. Volveré en la tarde, y... cuando sea momento, te llevaré a muchas partes.

Sumiso Del Ángel [JJPROJECT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora