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JaeBum había cumplido con creces. El fin de semana habían salido de compras, principalmente ropa cómoda para JinYoung, luego se escaparon a la playa, en un sector apartado para revolcarse, o al menos eso quería Im, pero su ángel estaba maravillado con el océano y la arena.

Así que, Im, para expandir la experiencia de JinYoung en el mar, compró un yate, pero por el momento, no irían hasta la noche, para que JaeBum pudiera poner algunos muebles arriba, unos cómodos donde le haría el amor a su esposo.

Luego de su compra secreta, llevó a su chico a un parque de diversiones, donde escuchaba su tierna risita. Primero pasaron a los grandes, como la montaña rusa, tagadá, incluso a una especie de columpio en forma de barco, caída libre, y otros, después pasaron a juegos de "juega y gana", donde JaeBum ganó un gran oso de peluche de dos metros para su esposo.

— ¡esto es muy grande! — exclamó JinYoung al ver el peluche. — ¿cómo lo meterás al auto?

— soy el anticristo, hago lo imposible. — respondió el hombre, dándole un beso en los labios a su esposo. — vamos a ir a casa a dejar esto, la noche aún no termina.

— ¿de verdad? Pero ya son las ocho, es algo tarde.

— querido JinYoung, es el siglo 21, y la noche tiene mejores sorpresas que el día. — contestó Im, metiendo el peluche a patadas al auto. — tomarás la ropa que más te acomode y luego volverás al auto.

Al llegar a casa, JaeBum dejó el oso en su cuarto matrimonial, y JinYoung tomó una muda de ropa. Pese a que habían pasado a tiendas de ropa de marca, su esposo insistió en comprar en lugares más económicos, aunque solo dio su brazo a torcer para comprarse una chaqueta que lo cubriera del frío.

La siguiente sorpresa, fue en el yate. De por sí, la pequeña embarcación fue una sorpresa, pero lo que estaba adentro lo fue aún más. El lugar estaba decorado con cientos de flores, y luces en un tono azul que le daban un encanto único. Había una enorme cama de tres plazas, champaña y chocolates. Todo para ellos dos, en pleno océano.

JinYoung estaba maravillado por la imagen tan encantadora, con sus ojos brillando de la curiosidad por tocar cada cosa, cada flor, pero no se separó de Im, solo tomaba su mano con cariño y encanto.

— hay algo que no entiendo. — habló JaeBum. — cualquier ser u ente entiende que si está en presencia del Anticristo, sabe que su existencia y la del mundo, está en peligro, ¿por qué tú pareces enamorado de mi esencia, en lugar de aborrecerla?, ¿por qué te atraen las promesas que puedo romper en lugar de asustarte de mi sustancia? — JinYoung tenía la respuesta, sin embargo, pensaba en las palabras correctas.

— porque... aunque seas un monstruo, eres el único que me ha tratado con dignidad. — respondió el chico, apoyando su cabeza en el hombro de su hombre. — no tan solo me ofreces placer o cosas materiales, eres el único que me ha preguntado lo que quería. Si para ti esto es un juego, mi corazón no podrá soportarlo, fue mucho el dolor acumulado, y si esto no es real, moriré del dolor, así que prefiero creerte. Amarte y creerte, porque eres un monstruo que me ha tratado mucho mejor que esos ángeles, que solo me han usado como un pañuelo. Confío en ti, con los ojos cerrados. Yo te amo, y si tú no quieres corresponderme, puedes arrebatarme la vida que me has dado para estar conmigo. Pero, si me amas, solo quedémonos juntos y sigamos nuestras vidas sin que el resto interese.

JaeBum asintió, abrazando por la espalda a su esposo y apoyando su mentón en el cabello castaño, notando sus hermosos ojos cerrados, relajado ante su presencia, aunque supiese su naturaleza.

— no te preocupes... — le dijo en un murmullo. — yo te amo...

— yo también te amo. — respondió.

JaeBum siempre sintió un deseo inexplicable hacia su ángel, poseerlo, tomarlo, reclamarlo, pero no era más que atracción física, lujuria posesiva, sin embargo, esto era diferente.

No quería tener sexo, quería hacerle el amor.

Ni siquiera sabía su podría, pero el hecho de tener el amor de su ángel, de ver que él lo apreciaba sin importar las atrocidades que hizo frente a él, lo hacían querer parar solo para quedarse a un lado de JinYoung, pero vivía de la maldad y lo podrido del mundo.

— ¿aún sabiendo que he matado a inocente como a culpables?  — esa pregunta dejó en jaque a JinYoung por unos momentos.

— eres el anticristo, nadie puede detenerte, y yo ni siquiera pude huir de ti, entiendo lo que eres, pero no me lo escondes. Eres malvado, sucio, algo maldito, pero no me has lastimado tanto como esos ángeles que dicen traer paz, y que cuando nadie los vio me hicieron hecho cosas terribles. — contestó. — tú no me has lastimado con la verdad, pero ellos me han hecho daño, me han tomado de todas las formas posibles, tomaron todo de mí, y luego dicen que debo aguantarlo y aguantarlos. Tú eres diferente, esto es lo que eres, pero me has respetado, me has protegido, y ahora tendremos una linda aventura, y quiero vivirlo todo contigo, porque ya acepté ser el esposo del príncipe de las tinieblas. Ya lo arriesgué todo, sé con qué y quién estoy, ahora nos toca ser felices.

JaeBum no necesitó más respuestas. Solo tomó a su esposo, y ambos empezaron a desnudarse. Cuando JinYoung estuvo desnudo, JaeBum acomodó flores en su cabellera, luego en su pecho, a lo largo de su pecho y en su vientre.

— ya no habrá dolor para nosotros... — habló Im, tomando una rosa blanca, pasándola por los costados de la cintura de su esposo. — quedémonos aquí, teniendo sexo con flores, café por la mañana...

— ¿y qué tal un hijo al que le enseñes a navegar? Y por las noches, los tres cenamos a la luz de las estrellas, luego, cerramos la velada con broche de oro.

Im tomó una flor con sus labios, empezando a pasarla por el cuerpo exquisito de su esposo, un lienzo en blanco para dejar todas esas marcas.

Sacó un lubricante de la mesa de noche, la abrió y huntó bastante líquido. Esta sería la primera vez de JinYoung, como humano, y esta vez, su cuerpo quedaría algo resentido, pues sentiría muchas cosas. Metió sus dedos con cuidado, mirando la expresión de dolor en los ojos de su esposo, pero a su vez, notaba su felicidad. Él estaba con alguien que amaba.

Metió sus dedos más profundo, empezando a moverlos, escuchando sus suaves quejidos, moviendo sus caderas con ternura. Ambos querían esto.

Luego de unos minutos preparándolo, por fin llegó el momento. JinYoung abrió sus piernas, preparado para recibir a su esposo dentro de él. JaeBum miró con ternura al chico, y con cuidado, empezó a penetrarlo, sintiendo su cuerpo carnal. Era exquisito.

JinYoung empezó a gemir, tomando las manos de JaeBum. Esto era más íntimo, y más cuando Im juntó sus frentes. El chico tomó el rostro de su esposo con cariño, acariciando sus mejillas, jugando con su cabello. JaeBum le sonrió a su novio.

— te amo... — susurró el chico, con una sonrisa de amor.

Sumiso Del Ángel [JJPROJECT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora