Capítulo XXVII

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Tessa

No fui al instituto todo el resto de la semana, pero ya no podía seguir faltando. Mi abuela sospecharía que mi dolor estomacal era solo una excusa para ocultar lo que realmente estaba pasando, así que me vestí lo mejor que pude y fui en compañía de mi madre a la Policía de Investigaciones a primera hora de la mañana. Ya teníamos las pruebas y testimonios para levantar una denuncia contra Mitchell, así que podríamos estar tranquilas de que se haría justicia. Hardin nos esperaba en la puerta de la institución junto a su padre, pese a que le insistí en que no era necesario que se saltara las clases por mí y que yo estaría bien.

Entré en compañía de mi madre y el Sr. Fiennes, que sería mi abogado en el caso. Explicamos la causa de la denuncia junto con las pruebas que teníamos para inculpar a Mitchell, le conté con detalles lo que había pasado y el padre de Hardin entregó información referente al nuevo paradero del acusado. Ahora solo quedaba esperar que revisarán el caso y citarán a una audiencia; Mitchell era mayor de edad y podría ser juzgado.

Una vez que salimos del despacho, Hardin se levantó rápidamente de su silla y se acercó a nosotros.

—¿Cómo les fue? —preguntó a su padre.

—Bien, la denuncia será procesada y nos informarán cualquier novedad del caso —respondió con seriedad y mirando su reloj en la muñeca —Me tengo que retirar, pero cualquier novedad les estaré informando —dijo y se despidió de mi madre y de mí con una abrazo.

—Yo también debo irme, tengo que llevar a tu abuela al médico —habló mi madre —¿Quieres que te acerque al instituto?

—Yo puedo llevarla —interrumpió Hardin antes de que yo pudiera decir algo —Traje mi auto y también debo ir a clases.

—Gracias, Hardin. No sabes lo agradecida que estoy de lo que han hecho por Tessa —respondió mi madre sonriendo.

—No se preocupe, lo hago con gusto —respondió educado —Ahora vamos, alcanzaremos a llegar bien para el segundo bloque —agregó despidiéndose de mi madre con un abrazo y guiándome a su auto.

El camino al East Rockport High School lo hicimos en completo silencio, solo acompañado de la música de The Fray que se reproducía en la radio del vehículo. Sabía que Hardin quería preguntarme algo, pero estaba demasiado nerviosa como para entablar cualquier tipo de conversación con él.

Una vez que llegamos al instituto, me paralicé, de alguna forma estar ahí me recordaba a Mitchell. Sentía desconfianza de cada chico que pasaba, sobre todo si eran miembros del equipo de fútbol americano.

—¿Qué pasa, Tessa? —preguntó Hardin al ver que no me movía de mi asiento. Rodeó el auto y abrió la puerta de mi lado para quedar de rodillas frente a mí.

—No quiero entrar, Hardin. No quiero toparme con algún amigo de Wilson que se quiera vengar o...

—Tessa, mírame —interrumpió tomando mis manos, que habían comenzando a transpirar un poco por los nervios. —Mitchell no puede hacer nada y dudo que diga algo a sus amigos, pero si lo hace, yo estaré ahí.

—No, Hardin, no siempre vas a poder estar y no quiero molestarte con mis miedos —dije y comenzó a levantarse.

—No lo entiendes, Tessa —suspiró frustrado.

—Tú no me entiendes a mí —respondí bajándome del auto, pero antes de que pudiera dar un paso fuera de su vista, me tomó por la cintura y me besó.

No fue como la primera vez, cuando me besó pensando que era Emma. Esta vez fue diferente, me estaba transmitiendo lo que no dejé que hiciera con sus palabras. No me alejé de inmediato, pese a que me tomó por sorpresa, así que permití que introdujera su lengua en mi boca y me besara como nunca antes lo habían hecho.

—¡¿Por qué hiciste eso?! —reclamé separándome de él y volviendo a la realidad, estábamos en el estacionamiento del instituto y cualquiera pudo vernos.

—No eres una molestia para mí, Tessa —respondió tratando de acercarse nuevamente.

—No debiste hacerlo, Hardin. No ahora —respondí y me di la vuelta, caminando en dirección opuesta al instituto.

No miré atrás, no supe si Hardin me seguía o no, solo me alejé caminando rápido, hasta que llegué a un parque que quedaba entre mi casa y el instituto. Si antes no quería pisar el East Rockport High School, ahora menos, el beso con Scott había despertado algo en mí que no supe descifrar de inmediato y me sentía culpable, sentía que de alguna forma había traicionado a Emma al corresponderle.

Llegó la hora de salida de clases y me fui a casa, nadie sospecharía que falté otra vez. Iba doblando en la esquina, cuando vi a alguien caminando hacia mi puerta, así que tuve que correr para llegar a su lado antes de que tocara el timbre y me delatara.

—¡Emma! —grité acercándome —¿Qué haces acá?

—Hola, Tessa —respondió —No te he visto hace días y Hardin me preguntó si habías ido a clases, porque te llevó al instituto —me miró preocupada -Por cierto, lucía extraño.

—No tenía ganas de ir —respondí desviando la mirada y buscando mis llaves.

—Le pedí tu dirección para verte, me gustaría hablar de algo contigo —dijo y me paralicé, porque quizás Hardin le contó de nuestro beso. —No pongas esa cara, que no es nada malo —agregó sonriendo.

—Bien, pasa —dije abriendo la puerta —Parece que mi madre salió, así que podremos hablar tranquilas, porque créeme que cuando te conozca, alucinará y más mi abuelita, que siempre quiso tener más nietos.

—Me gustaría conocerlas —respondió con timidez.

—¿Quieres algo de beber o comer? —ofrecí cerrando la puerta tras de ella.

—No, estoy bien.

—Vale —contesté —Vamos a mi habitación —dije y comencé a subir la escalera.

—Han pasado muchas cosas desde la semana pasada, Tessa —dijo sentándose en la silla de mi escritorio —Pero antes, quiero saber cómo estás, Hardin me contó que hoy pusiste la denuncia.

—Aún estoy reacia al instituto, sobre a todo a los amigos de Mitchell, pero sé que lo que acabo de hacer es un gran paso y con las pruebas que presentamos en la policía, es cosa de días para que la imagen del niño bonito cambie —expresé —Estoy más tranquila, pero temerosa.

—Lo entiendo, pero sabes, conocí una chica en el instituto, Troian. Me ha dado una idea fantástica y por eso he venido acá. Espero que no te moleste que lo sepa —expresó con preocupación.

—Si confías en ella, no. No puedo desconfiar de todos —dije sincera —Cuéntame —alenté acomodándome mejor en mi cama.

—Queremos desenmascarar a Mitchell en el instituto, hacer alguna intervención o charla, aún estamos pensando, pero queríamos saber si estabas de acuerdo en participar.

—No sé, me encanta la idea de que todos sepan la clase de cerdo que es, pero no me siento segura de exponerme a mi misma, no quiero miradas sobre mí, Emma —musité con sinceridad.

—Lo entiendo...

—Pero hablaré con mi abogado —interrumpí —Qué raro suena eso —me reí —Le explicaré, para que me diga si es conveniente hacer algo ahora que la denuncia está en curso. Mientras podemos planear algo que quizás no me incluya directamente. Estoy segura de que a ¿Troian? se le ocurrirá algo.

—Ella es genial, Tessa, te encantará —dijo esbozando una sonrisa —Ahora me debo ir, mamá no sabe que vine —agregó parándose de la silla y dirigiéndose a la puerta.

—Besé a Hardin —solté sin pensar.

Yo y mi maldita boca que no puede guardar nada.

ZWILLINGEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora