Capítulo XXXIX

221 31 27
                                    

Emma

Me separé cuando me di cuenta de que si no lo hacía de inmediato, besaría a Troian. Nunca me había puesto a pensar en mi orientación sexual, porque con la única persona por la que me había sentido atraída hasta el momento era Hardin, a quien conocía prácticamente de toda la vida. Troian era diferente y también me estaba haciendo sentir cosas diferentes a las que sentí con él. Con ella no tenía miedo de ser yo misma en todo momento, de mostrarle de dónde venía, de bromear, porque sabía que me aceptaba tal y como soy. No me malinterpreten, pero con Hardin, al ser ambos capitanes de equipo, a veces teníamos una apariencia que cubrir, que sin querer se traspasaba a nuestra relación cuando estábamos solos.

—¿Qué pasa, Emma? —preguntó Troian interrumpiendo mis pensamientos. —Te fuiste a Marte —añadió sonriendo con esa sonrisa tan linda que tiene.

—Nada, solo estaba pensando en que esto es tan diferente —dije con sinceridad y apuntándonos a ambas.

—¿A qué te refieres? No te estoy entendiendo, Em.

—¿Puedo ser sincera? —pregunté con cierto temor en mi voz.

—Claro, pero me estás asustando —comentó con preocupación.

—No es nada malo, creo. Solo espero no arruinar nuestra amistad con lo que te diré.

—A menos que seas asesina y me quieras matar, no creo que se arruine lo que tenemos, Emma —respondió aligerando un poco el ambiente.

—Bien —sentencié —Creo que me gustas, Troian. Recién cuando te limpié los labios me dieron ganas de besarte, pero me detuve, porque no sé si sientes lo mismo por mí. No sé si tienes novio o algo, prácticamente no sé nada de ti. Además, no suelo ser así de impulsiva —confesé con sinceridad.

—No me malinterpretes, Emma, pero desde que nos conocemos nos hemos enfocado en lo que pasa con Tessa, por eso no hemos llegado a conocernos bien. Por otra parte y lo más importantes, es que no tengo novio —respondió con una sonrisa —También me atraes, no quería decírtelo, porque no creía que una chica como tú fuera a sentir algo más que una amistad por mí, pero al parecer me equivoqué —añadió poniéndose roja por primera vez.

—Me gustaría que nos conociéramos mejor, que siguiéramos saliendo como amigas, al cine, a tomar café, a caminar por la playa. Quiero que hagamos esas cosas paralelo a lo que estamos haciendo por mi hermana. —propuse.

—Estoy de acuerdo, tampoco soy de las chicas que se ponen de novia con alguien apenas lo conocen —respondió tomando el último sorbo de chocolate caliente que le quedaba.

—Dímelo a mí, conozco a Hardin prácticamente desde que éramos niños y siempre me gustó, pero recién ahora que estamos en la secundaria dimos el siguiente paso.

—Ustedes eran como el típico noviazgo de las películas tontas de adolescentes, no me malinterpretes, pero eran un cliché.

—Lo éramos, pero al menos no acabamos mal y eso fue porque éramos muy buenos amigos además de novios y nos conocíamos bien como para saber cuándo poner fin.

—Siento que eso es súper importante y tener una buena comunicación, para evitar malos entendidos.

—Sí, en eso fallamos un poco al final. Cuando llegó Tessa, me sentí extrañamente celosa, porque Vivian comenzó a meter cosas en ml cabeza. Yo nunca había sentido celos por nadie, pero no tenia amigas de verdad en ese momento y me dejé llevar por comentarios, malos comentarios. Me siento culpable por lo que hicieron contra mi hermana, porque siento que pude preverlo y frenarlo —confesé dejando caer una lágrima que Troian limpió con su dedo.

—Lo iban a hacer igual, Emma. No te atormentes por eso, porque estoy segura de que sino era Tessa, habrías sido tú. No conozco del todo a Steph y Molly, pero por lo que he escuchado y puedo percibir, son una chicas inmaduras, egoístas, envidiosas, que siempre quieren estar por sobre el resto y cuando alguien las desplaza de su pedestal, son capaces de todo. Seguro tienen un vacío enorme en sus vidas, me dan hasta pena —dijo imitando una cara de tristeza que me sacó una sonrisa.

—Siempre han sido así, desde que las conozco, pero no les prestaba demasiada atención por la misma razón.

—Es mejor así.

—¿Te parece si vamos a mi casa a ver una película? Aún es temprano.

—Vamos, después le digo a mi madre que pase por mí —respondió comenzando a tomar sus cosas para levantarse.

Nos fuimos tomadas de la mano el resto del camino hacía mi casa. Me gustaba sentirme querida y con Troian me sentía así todo el tiempo, sentía que me protegía. Me contó anécdotas de su infancia y no sabía que podía reír tanto, incluso la gente se volteaba a verme por mi risa escandalosa y Troian, tan ella, solo les sacaba el dedo medio, haciéndome rodar los ojos.

Llegamos a mi casa y cuando estaba apunto de abrir la puerta, mamá salió a recibirnos.

—Emma, hija —saludó —Me vine antes a casa, pero no te encontré en tu habitación. Te iba a llamar. —agregó percatándose de que tenía compañía.

—Salí a tomar un café con Troian, una amiga del instituto —la presenté.

—Mucho gusto Sra. Johnson —musitó Troian y quise reírme en su cara porque ella no era así, la Troian que conocía habría solo dicho "hola, qué tal?".

—¿Troian dijiste que te llamabas? —preguntó mamá, abriendo la puerta para que entráramos.

—La misma que viste y calza—dijo siendo ella de nuevo.

—¿Eres la hija de los Hastings? —preguntó mirándola de pies a cabeza, lo que me hizo sentir un poco incómoda.

—Sí —contestó Troian bajito.

—Les recomendé el instituto donde estudia Emma, así que supongo que son compañeras. Me alegro mucho, hija, los Hastings son una buena familia. Somos amigas con tu madre hace un tiempo —dijo lo último mirando hacía Troian.

—No lo sabía, creo que nunca había escuchado hablar sobre ustedes —contestó Troian y le di un codazo. —De seguro lo han hecho, pero no puse atención —dijo tratando de arreglar su primera respuesta.

—Sí, seguro. ¿Vendrá tu madre a recogerte? Me encantaría tomar el té con ella.

—No le he avisado, pero seguro está por llamar y le diré que se pase un poco antes.

—Bien, no les quito más tiempo, seguro tienen alguna tarea que hacer o conversar sobre chicos y esas cosas —dijo mamá logrando que Troian y yo nos congeláramos en nuestro lugar, antes de desaparecer por el pasillo hacia su oficina.

Subimos a mi habitación en completo silencio y una vez que entramos y nos acomodamos, hice la pregunta que me rondaba la cabeza desde que mamá reconoció a Troian.

—Ahora mismo me vas a explicar ¿Quién eres realmente Troian Hastings?

ZWILLINGEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora