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Las fiestas de navidad y fin de año ya habían pasado, las vacaciones para los japoneses ya habían terminado y al día siguiente tendrían que regresar a Argentina, el equipaje estaba listo y las maletas bien cerradas, sin duda Oikawa había sido consentido por su madre una vez que piso su casa, era como un niño y claramente al castaño le encantaba la atención y los mimos que le daba su progenitora.

Se divirtieron y estuvo con su hermana y sobrino, que justo ese día traía con él camino a un pequeño parque de juegos. El atardecer era algo frío característico de la estación de invierno, la nieve se juntaba a sus pies mientras veía al hijo de su hermana jugar animosamente con sus amigos. Sintió una presencia conocida y dirigió su mirada de dónde creía que era el origen y se encontró con unos ojos avellana, una cabellera platinada, un bello lunar y la bufanda azul que le había regalado hace un año.

Su corazón dio un vuelco, tanto que podría sentir como se le quería salir del pecho, se miraron sin decir nada y el instinto del castaño quería levantarse y abrazarlo. Lo había extrañado tanto y pese a ese sentimiento melancólico, se contuvo y se quedó en su mismo lugar. Sugawara se dio la vuelta dispuesto a irse de ahí, sentía su rostro arder y sólo atinó a esconderse entre la bufanda azul y su chaqueta, no sabía que se encontraría al castaño en ese parque si lo hubiera sabido entonces hubiera pensado de mejor manera a dónde ir

-¿A dónde vas señor Refrescante? No voy a monopolizar el parque y tampoco muerdo- escuchó a sus espaldas y sintió una punzada en su pecho, esas palabras taladraron sus memorias y lo regresaron a esa noche en Shiratorizawa -Acercate- Oikawa le hizo señas para que se sentará en la misma banca, el castaño no quería que se fuera, quería saber cómo estaba, que había hecho y si le estaba yendo bien, pero estaba bien si Koushi lo rechazaba, sin embargo no sucedió y el ex cuervo se sentó a su lado y el silencio se sembró entre los dos.

Tooru lo miró y se sintió cohibido, seguía igual de bonito que siempre y el gesto de que aún tuviera y usará su bufanda se le hacía bastante tierno.

-¿Que tal Tokyo?- preguntó él con interés y tratando de romper el hielo

-Mm...- frunció los labios -Todo ha ido bastante bien a decir verdad. - contestó con simpleza -Cambie el departamento a uno más cerca de la universidad y más pequeño- suspiró. Tal vez eso no debía comentarlo, pero no sabía que decir

-Entiendo- sonrió con calidez, no obstante sintió cierto dolor al saber que se había ido del departamento que ambos habían elegido -¿Qué tal la universidad?- volvió a preguntar

-Bien- respondió -El primer año fue un poco difícil, hay que adaptarse. Pero me gusta mucho- sonrió con sinceridad robándole el aliento al castaño -Estoy algo entusiasmado porque el año siguiente vamos hacer unas pequeñas prácticas sociales- comentó con un brillo especial en sus ojos y volteó a ver a Tooru quien lo sorprendió por el cruce de miradas tan repentino y desvió su mirada hacia dónde estaba su sobrino -¿Que tal Argentina?-

-Es un país muy colorido y alegre. Aún no entiendo muchas cosas, pero agradezco no haberme perdido entre las calles- rió un poco

El pequeño Takeru se acercó a su tío y saludo a Sugawara en el proceso de forma cortez y amable, el niño era tan parecido a su madre. Realmente el gen de la familia Oikawa estaba presente y era muy fuerte entre aquellos integrantes

-Mamá dice que vayamos a casa- dijo el niño extendiendo su celular enseñando en la pantalla el mensaje de Sekai

-Mamá puede esperar- sonrió Oikawa algo juguetón -Aun es temprano-

-Mamá dice que si no vuelves antes de la cena te pateara el trasero y le dirá a tus amigos que cuando llegaste a Argentina lo primero que hiciste fue llo...- Tooru le tapó la boca con la palma de su mano mientras reía algo nervioso

-Ay estos niños, qué cosas dicen- volvió a reír -Creo que es momento de que nos vayamos. Mañana sale mi vuelo a Argentina, pero me gustaría que mantuviéramos contacto... Como amigos- se apresuro a decir -Ya si tú quieres- aclaró

-Sí- sonrió levemente -Me gustaría - se sonrojo

-¿Aún tienes el mismo número?- preguntó y Suga asintió con la cabeza -Genial- sonrió -Te llamaré-

-Te veo mañana- se despidió el platinado

-Tú... Irás a...

-Despedirte en el aeropuerto- acompleto -Mandame la hora y estaré ahí- se levantó de la banca y empezó a caminar en dirección contraria mientras el castaño lo miraba con un sonrojo en sus mejillas

-¿Ya son novios de nuevo? - preguntó Takeru una vez que el castaño le quitó la mano de la boca y le dio un ligero golpe en la cabeza

-Callate- frunció el entrecejo -Vamos, antes de que Sekai haga realidad sus amenazas-

*
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Al día siguiente todos estaban reunidos en el aeropuerto despidiendo a Oikawa y a Yoshida, los presentes se sorprendieron cuando vieron llegar al platinado, pero nadie comentó nada, sin embargo surgió cierta tención cuando la pelinegra y Sugawara se vieron las caras después de tanto tiempo. Ninguno de los dos esperaba verse ahí y ha decir verdad el ex cuervo no esperaba que estuviera a lado de Tooru, aunque si recordaba llegaba a la conclusión de que tenía mucho sentido, pues fue el mismo castaño quien había ayudado a Azami a tramitar sus papeles.

Todos estaban en la sala de espera mientras platicaban algunas cosas triviales y compartían risas y se especulaban cuando sería la próxima vez que se vieran y Oikawa prometió que regresaría para las vacaciones de verano que presumían ser las más largas, así que todos estuvieron de acuerdo y lo abrazaron para despedirlo.

El vuelo fue anunciado y los japoneses tomaron sus cosas para subir al avión, pero había algo que le impedía a Tooru a seguir.

Quizás debía decir algo más...

Koushi se había asegurado de llegar temprano esta vez, no quería que el castaño de nuevo se fuera sin que supiera lo que sentía, sin embargo...

-Tooru- llamó Suga y el mencionado volteó como si esperara algo. Se acercó y sin esperar a que el platinado dijera alguna palabra lo abrazó -Buen viaje - murmuró mientras correspondía el abrazo y se acobardaba para decir lo que encerraba su corazón

-Te llamaré- Tooru se separó y se dirigió hacía donde la azafata lo esperaba para revisar sus papeles.

Aún no era el momento...

Sonríe Mr. RefreshingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora