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Tooru trataba de mantener toda su atención a la clase de historia, ya había pasado una semana desde que terminó el campamento y sus entrenamientos sólo se restringían a después de clases.

Oikawa escribió unas vagas cosas antes de que terminará la clase. La hora del almuerzo llegó y una ola de chicas invadió a Tooru

-Oikawa-san ¿Quiere almorzar con nosotras?- preguntó una chica castaña

-Tal vez en otra ocasión- sonrió amablemente -Iwa-Chan se enojara conmigo-

-Pero Iwaizumi no está- comentó otra chica

-Él sabe cosas- dijo en tono misterioso y tomó su almuerzo -Ire con el equipo señoritas- más de una hizo un puchero al ser rechazadas y Oikawa salió de ahí lo más rápido posible antes de que la chicas volvieran a insistir.

Subió hasta la azotea donde el equipo de voleibol ya estaba sentado comiendo su respectivo almuerzo

-Rubiakawa- exclamó Matsukawa

-Ahñeee- le enseñó la lengua- Ya sólo son unos pocos mechones- tomó asiento en el suelo

-Espero que no vuelvas hacer apuestas idiotas- advirtió Hanamaki

-Aún no sé porque tuvieron que decirle a Iwa-chan- reprochó

-Iwaizumi siempre debe de saber las estupideces que haces- contestó Hanamaki

Entre algunas pláticas cada uno fue consumiendo sus alimentos, hubo un momento en que todos se quedaron en silencio. Tooru aprovechó para sacar su celular y observar el número de Sugawara escrito en la pantalla.

Durante la semana que había pasado Oikawa se debatía entre mandar o no un mensaje, sus encuentros nocturnos se habían hecho tan habituales que realmente extrañaba escuchar la voz y risa del platinado.

Se armó de valor y texteo rápidamente

-Hey, señor Refrescante ¿Quieres tomar un café en la noche?-

No esperaba que le respondiera rápidamente, seguro aún seguía en clases, tal vez no debió mandarlo. No quería ser inoportuno.

Sus dudas desaparecieron cuando su celular sonó de vuelta

-Claro, pero tengo entrenamiento- se leía en mensaje de texto

-Puedo pasar por ti a Karasuno, si quieres- contestó

-Vale ¿A las 6:00?-

-Es un hecho- miró su celular con una sonrisa algo tonta

-Tierra llamando a Oikawa, tierra llamando a Oikawa- Matsukawa chasqueó los dedos enfrente de su capitán

-Ah, estoy presente en ser y mente- dijo rápidamente mientras guardaba su celular

-No creo que tu mente esté en algún momento- comentó divertido Hanamaki -¿Por qué tienes cara de idiota?-

-¿Acaso Iwaizumi ya te dijo que te odia de nuevo?- prosiguió con sus burlas Matsukawa

-Iwa-Chan me ama, pero es tímido para aceptarlo- se indignó el capitán de Seijoh

-Claro- afirmó con sarcasmo Matsukawa.

El almuerzo terminó entre algunas otras burlas entre ellos. Se había vuelto un hábito perturbar la poca tranquilidad y estabilidad que poseía el setter de Aoba quien se indignada por la más mínima ofensa dirigida hacia su persona lo cual le causaba gracia a los otros dos quienes a veces se ganaban ligeros golpes debido a su insolencia, de esta manera cada quien se dirigió a sus respectivas clases para continuar con su día.

La última clase terminó, Sugawara se estaba cambiando para ir al entrenamiento de ese día, guardó la bufanda azul y sus cosas en su respectivo casillero y partió con dirección al gimnasio donde ya estaba la mayoría del equipo

-Te ves contento- comentó Asahi -Ultimamente lucías triste, me alegro que ya no sea así

-¿Me veía triste?- preguntó con confusión -¿Alguien más lo notó?

-Daichi, - contestó enseguida- Ha querido hablar contigo, pero no ha encontrado el momento-

-Ya veo- murmuró sin convicción -Igual no es nada importante- hizo un ademan con las manos

Asahi iba a decir algo más, sin embargo el entrenador Ukai hizo acto de presencia provocando que todos se reunieran a su alrededor para recibir las indicaciones correspondientes.

El entrenamiento dió inicio, cada quien hacía jugadas Espartanas y ponían en práctica lo que habían aprendido durante el campamento, el sudor empezó a adornar el cuerpo de los jugadores de Karasuno producto de su eminente esfuerzo.

Al término de este todos guardaban sus cosas y se cambiaban dónde siempre. Koushi sacó la bufanda y se la envolvió en el cuello aspirando la poca fragancia que quedaba de Tooru provocando una sensación de tranquilidad. Porque eso le inspiraba el capitán de Seijoh; tranquilidad.

Vio la hora en su celular...

5:55

Terminó de guardar sus cosas y bajó las escaleras con dirección a la salida, Oikawa no tardaría en llegar por él, durante la semana que no se habían visto se había sentido algo inquieto tal vez se había acostumbrado a las charlas nocturnas con aquel joven castaño bastante parlanchín

Dudó en llamarlo puesto que no quería importunar, seguro estaría ocupado con sus obligaciones como capitán, estudiante y tío de un pequeño niño quién había sido protagonista de algunas anécdotas que el mismo Oikawa le contó en esas noches dónde estuvieron a solas en medio del campo y el firmamento

-Suga- una voz lo paró en seco estrujandole el corazón

-Daichi- Sugawara volteó a verlo y forzó una sonrisa

-Debemos hablar- Daichi se empezaba a acercar

-Hoy no- puso una mano enfrente para detener el acercamiento -Tengo planes- Suga hizo una reverencia -Lo siento-

-Suga, enserio necesito hablar contigo- volvió a decir el capitán

-Tal vez otro día, hoy ya...- Koushi tomó la bufanda con nerviosismo y un sonrojo en su rostro

-Koushi- exclamó alegremente Oikawa quién había acabado de llegar -Sawamura- saludó con una mano

-Tooru- Sugawara volteó a verlo como si se tratara de su salvador

-¿Interrumpo?- Oikawa preguntó al interpretar el aura algo incómoda

-Nonono- negó automáticamente Sugawara -Ya iba a alcanzarte- se justificó con tranquilidad -Lo siento, Daichi- se volvió a disculpar

-No te preocupes- Daichi sonrió con sinceridad y regresó por sus cosas

-¿Nos vamos?- preguntó Oikawa

-Sí- afirmó Koushi con una sonrisa amable 

Sonríe Mr. RefreshingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora