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-Oikawa- llamó Hajime- ¿Sigues ahí?-

-Sí, lo siento- Tooru se aclaró la garganta -Es que me tomaste por sorpresa galán de doramas- soltó una risita nerviosa -Cuentame quién es la o el desafortunado que se fijó en Iwaizumi Hajime- bromeó

-Es ella- explicó- es la manager del equipo-

-¿Vienes por consejos de Cupidokawa?- inquirió Tooru

-No- respondió al instante -Sólo quería que lo supieras, eres mi mejor amigo y ya sabes-

Mejor amigo...

Iwaizumi estaba lastimando a Oikawa con esa simple palabra. Siempre había sido así, no había más que una simple amistad, nunca debió imaginar cosas de más, nunca debió enamorarse de su amigo de la infancia.

-Entiendo- contestó Tooru -¿Y ahora que piensas hacer?- preguntó curioso mientras llegaba a su casa y abría la puerta para quitarse el calzado

-Nada- contestó

-¿Qué? ¿Por qué?- bramó

-Porque no sé qué hacer o como tratarla. Ella no es tú- replicó Hajime

-Eso es obvio, idiotaa- canturreó Tooru- sólo sé amable y no le digas pedazo de mierda cada que puedas- se tumbó en la cama

Después de unos cuantos consejos por parte de Oikawa sobre cómo tratar a las mujeres transcurrió media hora, media hora que se había hecho toda una eternidad para Tooru, media hora en que él escuchó y aconsejó para que su mejor amigo fuera feliz con la chica que le gustaba a pesar del dolor que le causaba aceptarlo.

Colgaron tras una breve despedida y Tooru se hizo ovillo abrazandoce el mismo mientras unas lágrimas rebeldes se atrevían a salir.

Al día siguiente, Sugawara se levantó muy temprano para sacar la americana de la secadora , la acomodó sobre un gancho para no arrugarla y salió con dirección al instituto Karasuno, a la salida podía ir a entregarla puesto que no sabía a qué hora llegaba el castaño.

Llegó a Karasuno y más de uno le dirigió una mirada al notar la prenda blanca perteneciente al instituto rival. Se adentró a su respectivo salón y colgó la americana detrás de su asiento.

Daichi llegó y se sentó a su lado

-¿Y eso?- preguntó señalando la prenda detrás de su asiento

-Es de Oikawa- contestó con simpleza

-Eso lo sé- Daichi rió -Pero ¿Por qué la tienes tú?- cuestionó

-Pues...- un sonrojo de vergüenza invadió su cara- Por accidente la ensucie el día de ayer- explicó

-Supongo que hoy tampoco podremos hablar- inquirió Sawamura y Koushi asintió

-Debo ir a entregarla, no quiero que tenga problemas-

-Eres muy amable con él- sonrió Daichi -Y siempre estás riendo, realmente me alegro-

El corazón de Sugawara dió un vuelco mientras trataba de encontrar una explicación a tal acontecimiento, tal vez...
Negó con la cabeza tratando de espantar sus locas ideas

La profesora de inglés entró al salón y empezaron las respectivas clases del día que pasaba de manera tranquila al menos para Koushi.

-Te ves fatal- comentó Maki

-Ah- Oikawa le dió por su lado, pero luego frunció el entrecejo- Pues tú no eres miss universo-

-¿No dormiste a noche?- preguntó Matsukawa

-¿Se nota?- Tooru se levantó los anteojos y se tallo los ojos

-Pareces un zombie- bromeó Maki

-Por cierto ¿Y tú americana?- preguntó Matsukawa y como única respuesta Oikawa se encogió de hombros, se había levantado por la mañana a buscarla como loco y al no encontrarla se puso la primera sudadera que encontró

-¿Dónde tienes la cabeza?- cuestionó Matsukawa y Oikawa bostezó mientras se encogía de hombros otra vez -Bien, hoy atribuiremos tu torpeza a tu falta de sueño-

-Sí- afirmó Maki -Lo bueno es que las clases ya terminaron, deberías ir a descansar Oikawa- aconsejó y Tooru sólo atinó a asentir una vez con la cabeza antes de que los párpados se le cerrarán

-Aqui no, idiota- Matsukawa detuvo la caída de Tooru quien casi se estampaba contra el suelo

-No mamá, yo no me comí la tarta- murmuró Tooru- los cometas son naves espaciales-

-Despierta- Maki le golpeó suavemente la cara- Debes ir a casa-

-Kiwi-Chan- se escuchó a lo lejos

-¡Mamá cuervo!- Tooru abrió de golpe los ojos y plasmó una gran sonrisa en su rostro para acercarse al dueño de la voz

-Debe estar de broma- dijo por lo bajo Matsukawa y Maki negó con la cabeza mientras seguían a su capitán

Koushi se sorprendió por el aspecto de Oikawa, se notaba el cansancio en su rostro, debajo de sus ojos se marcaban una ojeras profundas que trataba de ocultar con sus anteojos, llevaba el pelo castaño desarreglado y el uniforme incompleto; llevaba el pantalón a cuadros, la camisa azul y corbata roja junto con su sudadera gris

-Aqui está tu americana- le extendió la prenda de ropa

-ah- Oikawa parecía querer hacer un esfuerzo por carburar sus ideas, su rostro lucía un puchero algo adorable mientras tomaba la prenda entre sus manos -Gracias Suga-Chan- agradeció y se acercó para darle un abrazo

Koushi correspondió, sin embargo sintió que Tooru se hizo más pesado de un momento a otro

-Tooru-llamó Sugawara, pero no hubo respuesta

-No durmió a noche- lo justificó Maki

-¿Y eso?- preguntó Sugawara que trataba de mantener en pie a un Oikawa dormido

-No lo sabemos- Matsukawa se encogió de hombros -Hey, Iwaizumi dijo que te iba a golpear-

-Iwa-Chan- murmuró en el hombro de Suga con los ojos cerrados

-Ya sé- una sonrisa maligna se formó en los labios de Matsukawa -Debiste venir a Shiratorizawa-

-Aaaaah, maldita y estúpida vaca- Tooru se despertó furioso en busca de Ushijima y en su lugar sólo se encontró tres presencias haciendo su mejor esfuerzo para no soltar una sonora carcajada -Suga-Chan, ellos son malos conmigo- se escondió detrás del platinado mientras les enseñaba la lengua a sus otros dos amigos y decía entre labios "idiota"

-Vamos, Tooru- Sugawara tomó la muñeca de Oikawa y se puso a caminar con él -hasta luego, chicos- se despidió de los amigos de Tooru y siguió guiando al capitán de Seijoh

-¿A dónde?- preguntó curioso

-A que descanses- respondió con simpleza

-Yo no necesito descansar- y un bostezó salió de los labios de Oikawa -Bueno, está bien. Sí lo necesito- Suga rió por lo bajo

Ambos siguieron caminando mientras Koushi cuidaba de que Oikawa no tropezara o cayera dormido en el proceso, algo andaba mal en él, sus ojos mostraban una insondable tristeza y él quería que  Tooru sonriera como siempre lo hacía con esa chispa y carisma que siempre lo caracterizaba.

Sonríe Mr. RefreshingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora