❑❛Capítulo 12

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―Cariño, ―le llamo Hyebin―, preguntita, ¿ya te aceptaron en el grupo y en el fandom? ―pregunto burlona.

―Poco a poco Hyebin, poco a poco. ―le respondió.

―Bueno pues yo no diría lo mismo, es decir mírate, ―le tomo ambas muñecas y las alzo a su altura―, no tienes la suficiente belleza, ni la capacidad, ni la altura, ni el talento para estar en Stray Kids, ―rio―, ellos son profesionales, hacen todo perfecto, nena no entiendo que haces allí.

Aurora se soltó bruscamente de Hyebin, la miro con todo el odio acumulado todos estos años y se dio la media vuelta tratando de hacer oídos sordos a las palabras de la rubia.

Coloco sus auriculares de diadema y se quedó sentada en las gradas del campo, dejo que el viento golpeara su rostro, pero no impidió que sus lágrimas comenzaran a hacer acto de presencia. Lo admitía, admitía que las palabras todavía la hacían frágil, siempre se dejaba llevar por las mismas y tenían un impacto enorme que a veces ni Aurora misma podía entender por qué.

Quería hacerse entender ella misma que tenía todo para poder estar en el grupo, pero que los chicos no le dijeran algo sobre su rendimiento, su avance o algo relacionado a, tampoco ayudaba. Sabía bien que no estaba allí para que le dieran una estrellita dorada en su frente por lo bien que lo hizo, solo que a veces tenía sus dudas con respecto a su talento.

Ella tenía muchísimo que dar, solo era necesidad de que supiera mostrarlo.

― ¿De nuevo escondida aquí? ―pregunto el chico.

Aurora no lo escucho por traer los auriculares puestos casi con todo el volumen. El castaño removió un poco los auriculares blancos para tener la atención de la pelinegra, ésta le miro y sonrió al mirarlo, limpiándose rápidamente las lágrimas que dejo escapar.

―Lo siento Hueningkai, no te escuche. ―se acomodó en su asiento a lado de él.

― ¿Por qué lloras? ―pregunto preocupado, casi nunca la veía llorar.

―Cosas sin sentido, no me hagas caso. ―apretó sus labios mirando a otro lado.

―Te conozco muy bien y sé que cuando haces eso es porque te sucede algo que no me quieres decir y que me duele que no me tengas confianza porque soy tu mejor amigo, el principal. ―remarco la palabra "principal".

― ¿Celoso? ―le pregunto divertida por el puchero que formo Kai.

―Para nada, sé que soy el principal y el número uno por muchas razones. ―miro sus uñas y Aurora se echó a reír―. ¿Qué es gracioso?

― ¿Cuáles son las razones por las que tú eres mi mejor amigo número uno? ―le pregunto, dejo caer su cabeza sobre sus manos al tenerlas recargadas en sus muslos.

Kai se quedó callado por unos segundos mientras pensaba en las mil ocho mil razones por las, obviamente, era el mejor amigo número uno de la pelinegra.

―Te conocí primero, hablaste conmigo primero, pasamos mucho tiempo juntos, sabemos secretos mutuamente, nos tenemos confianza, yo soy el que más te ayuda de todos tus amigos varones, ―dejo de contar con sus dedos para mirarla―, prácticamente en todo fui número uno, hasta en tu primer beso.

― ¡Eso fue por accidente! ―se excusó tratando de ocultar su sonrojo.

―Bueno si, hay que echarle toda la culpa a Yeonjun hyung acerca de ello. ―ambos comenzaron a reír y Aurora le dio la razón.

La anécdota era bastante calmada en un principio, era un recuerdo vergonzoso para los dos menores quienes todavía no podían olvidarlo.

Un día normal mientras los cinco chicos, que aún no debutaban, estaban en la sala de prácticas jugando con Aurora diversos juegos para pasar el rato. El famoso juego del pepero estaba dentro de la lista así que los siguientes en participar eran precisamente Aurora y Hueningkai quienes, en aquel entonces, tenían 15 años.

El resto de los chicos estaban tan emocionados que a cada rato estaban gritando, ya para llegar al final de la ronda a cierto castaño mayor del futuro grupo se le ocurrió la gran idea de acercarse a ellos justamente donde el palito de chocolate se debía romper, así que con habilidad junto ambos rostros de los dos menores para así lograr que se besaran.

Un recuerdo que nunca olvidarían gracias a Yeonjun.

Volviendo a la rutina, Aurora tuvo que regresar a su respectiva aula mientras Kai regresaba a presentar sus exámenes finales. Antes de que se llegara la salida, tuvieron una hora y media para festejar aquel 14 de febrero y, como antes sucedía, Kai y Aurora se reunían para no pasar solos ese día tan especial.

― ¿Cuándo nos irás a visitar? ―la chica alzo los hombros.

―El manager nos acaba de decir que debemos estar preparados, se harán varios lanzamientos antes del siguiente comeback y pues estoy puliendo todo para no arruinar más cosas. ―sonrió muy apenas.

―Ya me he enterado todo y, al igual que el resto de los hyungs, también estoy enojado. ―se cruzó de brazos―. No es justo el recibimiento ni tam-... ―le interrumpió.

―Ningning, debes entender la situación antes de mi llegada, les comprendo la verdad, solo debo esperar a que el día llegue y seré feliz, mientras tanto debo seguir trabajando y esforzarme. ―de nuevo sonrió dándose ánimos para ella misma.

La hora de la salida llego, ambas camionetas llegaron casi al mismo tiempo por los menores, Kai grito a Aurora pidiendo que esperara un poco mientras iba por su regalo por el día de la amistad después de que la pelinegra le hizo entrega de uno.

―No sabía que él era tu amigo. ―le dijo Minho, quien venía en la camioneta junto con Chan y Felix.

―Hay muchas cosas que todavía no saben de mí. ―dijo inconscientemente haciendo que los tres la mirasen confundidos.

Miro a Kai venir hacia ella con una bolsa de regalo y un ramo de flores, el corazón de Aurora se enterneció por tal acto y le abrazo por inercia agradeciéndole por los regalos, pero...

―El ramo de rosas no es de mi parte, ―se separó de él―, es de parte de mi hyung.

Y confundida le pregunto ella: ― ¿Cuál de los cuatro Kai? ―pero el chico no le dijo, solo alzo los hombros y sonrió cómplice.

El castaño se despidió tanto de ella como de los otros tres, subió a la camioneta y le perdió de su campo de visión, Aurora miro a Felix quien estaba sonriendo burlón.

―Creo que alguien tiene un admirador. ―dijo él mismo.

ʀᴇᴄʜᴀᴢᴀᴅᴀ | ꜱᴛʀᴀʏ ᴋɪᴅꜱ ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora