Avance

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Ryūnosuke tosía mucho en el kinder, interrumpiendo a su clase. La profesora llamó a Chūya para que pasara por él y se lo llevara.

Ahora el pelirrojo caminaba con Ryūnosuke de la mano, y Atsushi en su otro brazo luego de salir de la clínica.

El Azabache seguía tosiendo, menos frecuente que antes pero lo hacía. Era incómodo para él. Sus pulmones y garganta dolían por el esfuerzo y empezaba a sollozar de dolor. Se detuvo, jalando la mano de Chūya.

— Ryū, ¿sucede algo?

Preguntó preocupado, bajando al albino de sus brazos y dejándolo de pie sobre el suelo. Se puso a la altura de los niños para revisar a Ryūnosuke.

El ojigris parecía débil y cansado. Chūya tocó su frente y notó más cálida la piel de su hijo mayor, alertándose. Por suerte, Ryū ya había tomado medicamento y la casa de Kouyou quedaba cerca de ahí.

— Cariño, sube a mi espalda y sujétate. Iremos con la abuela.

Permitió a Ryūnosuke subir a su espalda. El niño se sujetó bien con puños cerrados, para luego continuar su camino.

Si había algo que le daba pánico al pelirrojo era que uno de sus hijos enfermara, y más en ausencia de Dazai. Era un temor tan grande que debía soportar solo y fingir ser valiente, aunque moría por dentro.

Caminó varios metros más hasta llegar a casa de su madre. Para su mala suerte, al tocar la puerta nadie respondía. Empezaba a sentir desespero. Ryū ya se había quedado dormido en su espalda y tuvo que bajar a Atsushi para sostener una de sus manos y no dejarlo caer.

— ¡¡MAMÁ!! ¡¡ABRE, POR FAVOR!! ¡¡

Gritaba ansioso. Atsushi no entendía lo que ocurría. Se mantenía junto a su mamá Chūya esperando una respuesta.

Finalmente Kouyou pudo abrir la puerta y permitir entrada a su hijo mayor.

Aunque no era muy evidente, Kouyou y Oda estaban descuidando a sus primeros hijos por la llegada del nuevo. Pero no pensaban que los mayores tenían incluso más problemas que ese bebé al tener dos hijo y uno de ellos enfermo de los pulmones.

Rápidamente recostaron a Ryūnosuke sobre la cama para ponerle trapos húmedos y bajar su temperatura mientras dormía. Ryū se miraba bastante débil en tan poco tiempo. Estaba hirviendo en fiebre.

— Chūya... ¿Qué sucede?

— Mi Ryū tiene una recaída, mamá. Ayúdame a mejorar su condición. No quiero que muera esta vez... Quiero seguir escuchando su voz y luchando con él en la hora del baño. Míralo, ni siquiera se queja por sentir lo mojado en su pancita. No sabría qué decirle a Dazai, por favor Ryū... No me dejes...

Hablaba demasiado rápido, entre llantos. Cayó de rodillas al suelo, recargándose a llorar en la cama sobre sus brazos.

— Tranquilo, hijo, no te dejaré solo y el niño no morirá. Ya fuiste a la clínica ¿No? Debe mejorar, sé paciente.

Atsushi estaba mirando al bebé que yacía sobre una carreola. Tocaba uno de sus pies con curiosidad y sonreía.

Mañana cap completo!

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