Capítulo 4: Disputa

1.1K 96 8
                                    

Fue una noche donde el insomnio no lo dejó en paz.

Su lobo estaba inquieto.

Era una muy mala señal.

Estaba seguro que era indicio de que pronto entraría en celo. Uno producido justo después de su reencuentro con el alfa cenizo.

Debía actuar rápido y tomar sus supresores. Buscó dentro del cajón de su mesita de noche y sacó el frasco que contenía las pastillas.

Una vez que las ingirió, se tranquilizó.
Esos meses dónde estuvo apartado del alfa, siempre que se acercaba su época de celo, ingería los supresores que su nuevo tutor le había entregado.

No toleraba que un omega entrara en celo en su hogar, ya que le causaba repulsión su aroma.

Enji Todoroki había estado casado con una omega de cabellos alborotados, madre de su mejor amigo y un jóven extrovertido omega que había tenido de una relación anterior.

El nombre de ella era Tomie.

¿Cómo supo de ello? En el pasillo principal de la mansión había un cuadro de la familia dónde sobresalía esa mujer. Aunque, cuando Izuku observaba esas pinturas, notaba melancolía en su rostro.

Según relató el bicolor, la mujer siempre tuvo un alma apagada, dándole un aspecto triste y depresivo. Incluso en unos de sus ataques terminó lastimándole. Le arrojó una tetera con agua hirviendo al rostro, dejándole esa cicatriz que hoy en día lleva como un recuerdo de su madre.
Sintió pena por la infancia de su amigo. Había estado en un entorno disfuncional y poco estable, con un padre autoritario y una madre que sufría de depresión.

Y, a pesar de eso, no sentía odio por ninguno. Su madre tenía un problema que no pudieron controlar, lo que la llevó a suicidarse, arrojándose del balcón de su habitación.

Su padre, después de eso, se volvió cruel y malhumorado.

El jóven alfa concluyó que esa era su forma de lidiar con el dolor de perder a su amada.

La perspectiva del heterocromático lo hizo entender mejor a su tutor y su necesidad de que mantuviera controlado su celo.

También sabía que podría ser peligroso tomar supresores, pero no sería por mucho tiempo.

Una vez que se casara con Todoroki-kun, se iría a vivir lejos de ese lugar y podría controlar su celo de una manera menos corrosiva.

Quizás... el alfa bicolor podría ayudarle.

- ¿En qué estás pensando? - Murmuró en la oscuridad.

Obligarlo a casarse era más que suficiente. Nunca podría obligarlo a que pasara sus celos con él.

Además, era imposible para el omega entregarse a otro alfa que no fuera Katsuki.

Se cubrió la cara con un almohada por tener esa clase de pensamientos.

- Deja de pensar en él - Se dijo a riesgo de que las lágrimas aparecieran - Olvídalo de una vez.

Sollozaba mientras, ahora, abrazaba la almohada ocultando su rostro en ella.

- Vete de mi corazón, Kacchan... Déjame... No quiero sufrir más...

.

.

.

Los días posteriores a la celebración, recibió varios pedidos de la familia Bakugou para reunirse y tratar un asunto importante.

Enji no ignoraba que ese pedido urgente se debía al compromiso de su hijo con cierto omega.

Decidió que hablaría con Mizuki Bakugou para acabar con esa disputa.

Corazón SalvajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora