Capítulo 4

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Adrián

—Contacta a todos los hospitales y postas cercanas—escucho las órdenes que da Jared que ha tomado con mi acuerdo previo.

—¿Estás seguro de hacer esto?—la pregunta de Mirt me saca de mis pensamientos.

—Quiero ver con mis propios ojos las consecuencias del ataque—digo sin dirigirle la mirada.

Me siento en mi trono y recibo los medicamentos que me entrega el pelinegro.

Definitivamente esta semana no podré ir a ver a Malía.

No esperábamos recibir una invasión en un transcurso tan corto, entre la semana pasada y está ya han existido dos.

Pasamos de un atentado al mes a uno por semana, aún así no han logrado pasar más de dos regiones. Aunque estoy segura que pronto se unirán los de Tierra, eso a dejado entrever Coral y no la puedo culpar con la cantidad de disputas qué hay en su Reino. Es lo mismo que ocurre con Apolo.

Ese borracho está con una abstinencia que ni siquiera le permite pensar en otra cosa que no sea en los días que lleva sin alcohol en su torrente sanguíneo.

El nivel de corrupción de su Reino es extremo, el ochenta por ciento de la milicia no sigue las órdenes de su Dios y eso queda claro cuando son fuerzas armadas y civiles los que atacan las fronteras.

Fotsis cometió el gran error de descentralizar el poder al punto en que las decisiones no pasaban por él, otros decidían y el era el último en enterarse.

Además, siempre ha sido evidente que Apolo no está interesado en las funciones de un Dios.

Lástima que una vez eres hijo de un Dios inmediatamente tú también lo serás.

—Las naves de los guardias ya están en posición—anuncia Mirt.

—Jared, hemos recibido la confirmación de los transportadores—Ulem proyecta el holograma en la pantalla grande.

Por suerte la respuesta fue inmediata, así trasladaremos a los heridos graves más rápido.

—Envíen parte de la guardia de Palacio a la Torre, cierren las compuertas y cualquier movimento debe pasar por mi aprobación—me dirijo a Jared para que cumpla mi petición—Márcale a Fotsis—agrego.

Cuando su comunicador se activa, Mirt parte la red de los posibles intrusos.

—Si pasó algo, yo no fui—el saludo de Apolo me saca una leve sonrisa.

—¡Tarado atacaron la frontera y tú ni te enteras!—exclamo recordando el cometido.

—No jodas, Adrián yo puedo con una cosa a la vez y ahora estoy enfocado en dejar mi preciado licor—no lo he visto hace un mes, pero lo imagino con ojeras y malhumorado—¡No me pidas más!—bueno no debe estar tan mal, no se le ha quitado lo dramático.

—Concéntrate inservible—le regaño—Estoy cansado de esta mierda, además tengo bastante problemas que resolver en mi Reino para que tus corruptos ataquen a mi gente—tengo clarísimo que no es capaz de hacer nada al respecto, si embargo necesitaba descargarme.

El viaje tomará mínimo dos horas y no estaré martirizándome hasta que aterricemos.

—¿Qué pasó ahora precioso?—ignoró su risa al recordarme el diminutivo que utilizo con Malía.

—Andas chistoso, ya quisieras que Inna siquiera te dirigiera la palabra—las carcajadas de Ulem causan una sarta de insultos por parte de Apolo.

Definitivamente nunca he conocido alguien más inteso que Fotsis.

—E-ese te-ma...es tabú, y-ya...me hiciste llo-rar—pongo los ojos en blanco porque si no fuera que lo conozco diría que está exagerando.

ZONA DE FALLAS: DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora