Colors: La resurrección.

CAPÍTULO XIII: Magia

La materia de Defensa personal comenzaba a volverse irritante para Eileen. La profesora Ryckford no dejaba de alardear sobre lo fabuloso que era la presencia de blanco en su salón de clases, incluso hacía notar su favoritismo por su nueva estudiante. Aquello ocasionaba una clara incomodidad sobre Eileen, lo ultimo que deseaba era que un maestro la pusiera sobre los demás solo por su marca.

– Parece que detestas la clase de Defensa.

La aparición de Ethan la hizo sobresaltar, no esperaba verlo hasta la siguiente clase.

– ¿Estás bien? Tu rostro esta pálido – Le dijo pellizcando sus cachetes – ¿Tienes fiebre?

– Ethan, me lastimas – Respondió desviando la mirada.

– Oh sí, lo lamento – de inmediato libero sus mejillas de su agarre mientras su rostro se coloraba – Yo te estaba buscando para preguntar si entrenarías con nosotros.

– ¿No pudiste preguntarme en la clase de criaturas?

– Olvide decirte, la clase fue cancelada, el profesor está en una misión muy importante, me parece que está investigando una criatura clase S.

– ¿Cómo son las criaturas clase S? – ambos comenzaron a caminar – Wyatt me explico que son muy peligrosas.

– Nunca he visto una en persona, en realidad...Nadie ha visto una, solo los sagrados y los Herses de rango alto, los aprendices solo luchamos contra criaturas de clase 1.

– ¿Qué pasa si un aprendiz se encuentra con un rango S? – Pregunto.

– Tenemos la orden de huir en cuanto veamos una.

Ethan y Eileen se adentraron al salón de entrenamiento y de inmediato fueron recibidos por gritos y lloriqueos, Blair y Adley estaban discutiendo

– ¡Eres tan molesto! Deja de decir que soy una inútil – Bramó Blair.

– ¡Eileen! ¿Entrenaras con nosotros? – Pregunto Adley desviando su atención hacía la pelinegra – Debemos trabajar como equipo.

– ¡Cuenta conmigo! – Respondió enérgica.

– Bueno, aprovechando que ya estamos todos, el profesor Wyatt me entrego hace un momento los nuevos uniformes, comenzare a repartirlos – Dijo colocando una gran caja sobre el escritorio – Aquí tienes Eileen.

La pelinegra frunció el ceño al ver la ropa que Adley le ofrecía. Un traje cuerpo completo de color negro que parecía ser más ajustado de lo que debería hecho de una tela ligera y a su vez resistente complementada con un corset de cuero con detalles blancos que conectaba a un liguero sobre sus muslos y a su vez a un cinturón que servía para guardar todo tipo de cosas, todo esto acompañado de un par de botas de combate que abarcaban hasta sus rodillas. La diferencia entre su traje y el de los chicos era más evidente, ellos utilizaban arneses color blanco en lugar del corset y sus botas eran menos altas.

Un traje sencillo y a su vez llamativo

– ¿Es necesario todo esto? – Preguntó Eileen con incomodidad.

– El traje esta hecho para soportar todo tipo de cosas, hasta las quemaduras y sus accesorios son para evitar que el cuerpo se lastime durante los combates – Explico Adley.

– Es demasiado... Ajustado – Dijo Ethan.

– Adley, a mí no me has dado un uniforme – Comento Blair con molestia.

– Lo siento, no creo que las personas inservibles deban utilizar estos trajes.

Todos miraron con asombro a Adley, quien no mostraba culpa alguna.