CAPÍTULO XI: El duelo

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– Bien, pónganse en posición – Ordeno Wyatt.

Ambas mujeres mantuvieron su distancia, poniéndose firmes una frente a la otra. Durante unos segundos permanecieron en silencio mirándose fijamente. La sagrada dejo su gran abrigo café sobre el pasto, mientras borraba su sonrisa y relamía sus labios.

El hombre mayor miro a ambas chicas, entonces asintió con la cabeza, dando el permiso para que el pequeño duelo comenzara.

Eileen sabía que si se descuidaba sería golpeada de nuevo, tal y como había pasado con Wyatt, así que decidió concentrarse en proteger su cuerpo antes de salir a atacar. Por otro lado, Alsie miraba con atención todos los movimientos que hacía la joven, esperando el momento indicado para atacar.

Entonces, antes de que Eileen se diera cuenta, Alsie ya había desaparecido de su vista, así que comenzó a buscar con desesperación a su alrededor, sin embargo, no encontró rastro de la chica, aquello hizo que bajara la guardia, lo cual fue un gran error.

Alsie llego desde arriba, algo que la joven pelinegra no esperaba. Por suerte logro retroceder antes de que cayera sobre ella, de esa manera, el golpe que iba dirigido hacía Eileen, termino impactando contra el suelo, ocasionando que el mismo terminara con un gran hoyo, mientras la tierra temblaba.

De nuevo, entre el revuelo que se había ocasionado, volvió a perder de vista a la rubia. No cabía duda, Alsie era demasiado veloz y fuerte, todo aquello sin la necesidad de usar sus poderes.

Eileen sintió la presencia de la chica justo detrás de ella, así que cubrió con rapidez su cara mientras la rubia lanzaba una patada hacía su rostro, aquello la hizo retroceder un poco, y sin detenerse, Alsie golpeo con una increíble fuerza a la pelinegra en el estómago, tirándola al suelo.

La joven soltó un aullido de dolor y encogió las piernas, llevando sus rodillas hacía el pecho. Luego Alsie se alejo un poco, dejando en el suelo a Eileen, que chillaba adolorida.

– ¡Tiempo! – Gritó Wyatt.

Adén corrió hacía Eileen, entonces la tomo con ambos brazos y comenzó a revisarla.

– ¿Te encuentras bien? – Dijo mientras examinaba su cuerpo – ¿Te duele algo?

La joven removió con molestia sus manos y se levanto de golpe, sentía su sangre hervir y una fuerte sensación de enojo. Jamás había peleado, era la primera vez que lo hacía y no podía ni defenderse, eso le molestaba y la hacía desear vencer a Alsie.

– Bien, ahora que estas de pie, vuelvan a pelear. – Ordenó Wyatt.

Alsie ya se encontraba preparada parada justo frente suyo, a unos metros de distancia, esta vez mostraba una gran sonrisa, parecía disfrutar el momento. Adén se alejo de la pelinegra refunfuñando, conocía a Alsie a la perfección y sabía lo poderosa que podía llegar a ser si no se contenía.

De nuevo, Wyatt asintió dando inicio al segundo asalto. Súbitamente, la rubia desapareció velozmente de la vista de Eileen y, un momento después, sujeto por el cuello a la pelinegra y le asentó un rodillazo justo en la nariz para luego tirar una patada al rostro de la chica, y finalmente la lanzo contra el suelo.

Eileen se levanto con dificultad, con sus temblorosas piernas y un terrible dolor en el rostro. Ahí sintió como un caliente liquido bajaba por su nariz, hasta llegar a su mentón, entonces escucho un delicado goteo, el sonido de unas gotas estrellándose contra el frio pasto.

Adén miraba horrorizado la escena, Alsie no tenía compasión de nadie, le encantaba demostrar lo poderosa que era y su superioridad ante los demás, por eso mismo no dudo en atacar con todas sus fuerzas a Eileen, a pesar de que le habían pedido que se controlara.

Colors: La resurrección.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora