CAPITULO VIII: El equipo

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Eileen miraba fijamente a la joven que tenía sentada frente a ella, la incomodidad pintada en su rostro era difícil de ocultar y, solo podía pensar en la mala idea que tuvo al aceptar salir con una desconocida. Jugaba nerviosamente con sus dedos debajo de la mesa mientras esperaba su pedido: un capuchino moka, el cual Blair le había recomendado.

La ambientada cafetería se encontraba repleta de gente, algo a lo cual ella no estaba acostumbrada, ya que siempre se la había pasado dentro de las paredes de Lively, encerrada y alejada de las personas, y al estar en un lugar tan concurrido no podía evitar sentir miedo.

Comenzó a sentir ansiedad, algo que incrementaba conforme más gente entraba al lugar, se sentía tan pequeña en ese gran mundo.

Pronto la mesera llego con las ordenes de ambas, sacando a Eileen de su pequeño trance. Aquello la hizo saltar en su asiento asustada, algo que ocasiono la risa de Blair. Eso en cierta parte había relajado un poco el ambiente, al ser contagiada por la risa de su nueva amiga.

Eileen noto como Blair destapa una caja llena de una docena de rosquillas de diferentes sabores, algo que sin duda la tomo por sorpresa.

– Lo lamento – dijo Blair, mientras sus mejillas se enrojecían – Es solo que... Cuando estoy nerviosa como de más.

– Bueno... – respondió tomando una de las donas que Blair tenía, dándole un gran mordisco – Entonces las dos estamos nerviosas.

Ambas chicas soltaron una fuerte risa, liberándose de la incómoda situación en la que se encontraban momentos antes.

– ¿Eileen?

– ¿Sí?

– Ahora que lo pienso – hizo una pequeña pausa mientras analizaba a Eileen – Jamás te había visto por aquí, ni en el instituto ¿acaso eres nueva por aquí?

– Oh, eso era... – soltó una pequeña risa – En realidad llegue anoche.

– ¿Nunca habías estado en Ilvea?

– Ni siquiera sabía que era parte de los Herses.

Blair la observo y ahogo un pequeño grito. Jamás había escuchado sobre alguien que no tuviera conocimiento de sus poderes.

– Eso es imposible – respondió sorprendida – Nadie puede vivir tanto tiempo sin saber que es un Herses, alguna vez debiste usar tu poder involuntariamente.

Eileen se removió incomoda en su asiento ante lo que Blair acababa de decir. Ella jamás había usado su poder por accidente, pero el solo hecho de pensarlo la hacía sentir molesta.

– Hablo en serio, pase toda mi vida viviendo una vida normal en un orfanato, hasta que... – sus ojos se cristalizaron al recordar como era su vida antes de conocer a la señorita Dankwhorth – hasta que ella fue por mí.

– ¿Ella?

– Sí, una señorita muy hermosa llamada Dankwhorth, ella fue personalmente por mí y me convenció de venir aquí.

Blair escupió su bebida completamente sorprendida, algo que hizo sobresaltar a Eileen.

– ¿La reina en persona fue por ti?

– ¿Reina? ¿Dankwhorth es la reina?

Aquello sin duda la había tomado por sorpresa. Dankwhorth jamás lo había mencionado y parecía incluso haberse burlado de la Reina cuando pregunto por ella la noche anterior.

No lograba entender porque Dankwhorth había ocultado ese hecho tan importante.

– Ella es una de las mejores reinas que Ilvea a tenido, tan buena y generosa, siempre ayuda a quien lo necesite y se dice que es extremadamente poderosa – contaba Blair completamente encantada– Ella es mi inspiración, mi ejemplo a seguir.

Colors: La resurrección.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora