14. Cabemos la tumba de Hagakure Toru

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Jueves por la tarde

La clase de tercero se encontraba confundida, ese día parecía estar de los más normal, se suponía que ese era el penúltimo día de trabajo en aquel hospital, sin embargo, algo salió mal. Quien pensaría que Hagakure haría llorar a Midoriya, el aparente paciente más querido por todos.

solo recordarlo les daba escalofríos a los alumnos...

—Hagakure-chan, ya te desocuparse- Pregunto un enfermero. — Necesito que cuides un momento a Midoriya, si te preguntan o regañan diles que un enfermero te dio permiso, Gracias. — Le agradeció para después retirarse.

—Eres Hagakure ¿Verdad? Es un gusto,  ¿me puedes leer un libro?, ya casi es hora de que me valla a mi habitación y Kacchan está ocupado, parece que están llegando muchos pacientes y necesita organizar unas cosas. —Comenzó la conversación.

—Oh claro, mira se llama grita tu nombre al cielo, te leeré el último episodio ¿está bien? Es el ultimo que falta leer. — Pregunto Hagakure.

—Claro, igual yo me se eso de memoria, mi madre me lo solía leer. — Contestó el pequeño peliverde dejando u poco extrañada a la invisible.

-ok comenzaré... Afirmo Hagakure abriendo el libro

25.Tu nombre
El gran hombre de ojos carmín sabía lo que estaba por hacer, que importaba declarar la guerra... Todo era por su pequeño conejito, que ahora se encontraba cubierto por una fina sabana de seda, durmiendo sin inmutarse de lo que sucedía a su alrededor.
Ya parecía estar acostumbrado a vivir en una cueva sucia y para nada cálida; el príncipe no podía creer que apenas hace un par de meses conoció a pecas verdes, el chico que iluminó sus días, el chico que hizo a su corazón latir de nuevo.
Gritarlo, Gritarlo, Gritarlo...
Solo eso sonaba en su cabeza, sabía que si lo hacía, los dragones lo encontrarían y eso no le podía importar menos; despertó al pequeño pecas, para llevarlo a fuera, quería que lo viera, que lo escuchara. Yo el rey de los dragones, amo a un conejo, yo amo a pecas verdes-Grito a lo alto llamando la atención de los dragones, enseguida escucharon otro grito.
Yo amo al rey de los dragones, mi nombre se lo grito al cielo, yo pecas verdes amo al rey y no me importa lo que piensen - Grito pecas verdes.

Esa extraña pero bella declaración, que el cielo presencio, fue el inicio de algo bello.
El inicio de la vida de un dragón y un conejo...

Hagakure, ya había terminado de leer, cuando vio que el peliverde lloraba, no sabía qué hacer, trató de decirle que sólo era un libro, pero eso sólo hizo que empeorar la situación, de un momento a otro se encontraba rodeada de enfermeros y pacientes mirándola como si fuera un villano.

—No llores Midoriya, solo fue un libro, mira que te parece si te llevo con el joven Bakugou, el estará feliz de verte. — Trato de convencer un enfermero.

—Perdón Midoriya-san no quería hacerte llorar...— Se disculpó la invisible viendo cómo se llevaban, al contrario.

Todos miraron mal a la pobre estudian que empezaba a entrar en pánico, no sabía que un libro haría llorar a alguien, por la desesperación trato de huir, pero se le fue impedido por una anciana que la golpeo un par de veces con su bastón.

—Niña, como te atreves a solo decirle perdón, puede tener tu edad, pero tiene sentimientos. — Regaño la anciana.

—El pobre no puede escuchar que alguien que no sea el joven el joven Bakugou le lea esos libros, pobre, pero tranquila tu no sabías eso, no te culpes, ¿ok? — Se acercó un enfermero.

—Si tranquila, él tiene problemas que hacen que sea difícil entender algunas cosas que el todavía no supera, puede tener tu edad, pero él se quedó estancado en los catorce años, la edad en la que todo se le fue de las manos. — Termino de decir otro enfermero.

— Hagakure estas bien? Nos dijeron que paso algo malo. — Pregunto Mineta que llegaba con Shoji

—No está bien mejor vamos con nuestro enfermero. — Respondió Hagakure llevándose a sus compañeros

...

Cuando su compañera les conto a todos lo sucedido, estaban muy confundidos más por lo dicho por Momo y Todoroki que habían hablado con la señora Inko; la actividad había terminado, pues habían recibido la noticia de que ocurrió un accidente y el hospital estaría muy ocupado, para no estorbar la escuela se retiraría, no sin antes despedirse de todos, incluso aquel joven peliverde que casi hace que regañe a su compañera, el cual portaba una caja.

—Tomen, ¿se la pueden dar a Kacchan? Díganle que ya no es necesario que se disculpe y sean buenos héroes, les deseo lo mejor. — Se despidió el peliverde.

Sero cargo la caja, no era tan pesada, así que no fue incómodo el trayecto a la escuela, en la caja se podía notar un pequeño disco dentro de una caja, que tenía escrito Bakugou.

Al llegar Sero se dirijo al cuarto de Bakugou, el cual sólo sacón un par de cosas de la caja, quedando solo un extraño disco.

...

Hola soy la autora...
Me gusta la canción freaks, me gustaría que la escucharan mientras leen la historia, es probable que se los ponga al inicio cuando la publique, pero se los vuelvo a poner.

Tranquilos, solos somos raros.... J

El Libro De Bakugo (katsudeku) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora