Siete Días con la muerte [FINALIZADA]

Sexto día: El obsequio.

Cuando amas tanto algo o a alguien, es difícil siquiera imaginar tu vida cuando has perdido esa motivación y esa alegría. Cuando te aferras al pasado es difícil soltarlo y decirle adiós a ese vago recuerdo de felicidad que ahora solo te destruye y te trae tanto dolor.

Kristal despertó abrazando su muñeca. Mirándola ahora... es una linda muñeca. Kristal se siente tranquila con la muñeca en sus manos, parece una niña pequeña, pero no importa.

—¿Cuál será nuestra prueba? —refiriéndose a la muñeca y a ella.

Thana se acercó, acarició a la muñeca, la miró fijamente un segundo y se perdió en sus ojos de botón, recordando su prueba y su propia muñeca.

—Hoy deberás tener un día como todos los demás, junto a tu muñeca. Yo no estaré en caso de que algo pase; llegaré poco antes de medianoche.

Después de un beso corto ella desapareció sin decir a dónde iría o que haría. Kristal estaba feliz porque estaba con su muñeca, con quien sentía una compañía agradable, mejor que una persona.

Kristal no se despegó de ella mientras se levantaba, se bañó con ella sentada en el lavamanos y se vistió con ella en la cama, mirando sus detalles tan nobles y hermosos. No quería separarse de ella.

Hasta la tarde transcurrió con normalidad. Kristal oyó que la puerta se abría, «Espera, ¿Hoy es...?»

La tía solía escoger un día aleatorio al año con sus amigas para irse por tres días seguidos, esos días Jennifer solía quedarse, ya que no tenía de quien obtener dinero, pero si obtenía entretención golpeando y torturando a Kristal.

Kristal escuchó sus pasos y no temió por ella, sino por la muñeca, así que cerró de golpe.

—Puerquita, ¿Por qué cierras?

—Lárgate, —Dijo abrazando su muñeca como una niña pequeña— no te quiero acá hoy ni nunca.

Jennifer se alejó, Kristal corrió a esconder la muñeca en su armario "No dejaré que te haga daño" dijo sabiendo que Jennifer volvería y abriría la puerta.

Kristal la espero, estaba lista para soportar lo que hiciera su prima. Jennifer estaba forcejeando con una llave mientras Kristal estaba ahí de pie, esperándola.

Jennifer entró y se acercó lentamente hasta su prima.

—Mira nada más, estás muy bonita hoy, prima.

—¿Qué es lo que quieres?

Jennifer la tomó de la cara.

—Eres adorable, ¿Sabes que pasaremos tres días juntas?

Kristal no se inmutó, antes hubiera sollozado y hubiera pensado en que sería mejor que la matara de una vez.

Jennifer se acercó a la cama y se recostó, suspiró y miró a todos lados.

—Ay primita...

Kristal no se movió o se volteó, solo pensó en todo lo que había pasado con Jennifer.

—¿Por qué hemos terminado así? —preguntó aún sin voltear —Antes solíamos ser las dos contra el mundo, éramos muy unidas y solíamos jugar todo el tiempo, recuerdo todas las cosas que hacíamos bien, pero que cuando las hacíamos juntas éramos imparables. En ese tiempo nuestra meta era crecer juntas y nuestro día a día no tenía límites ¿Por qué ahora tu único objetivo es joderme la vida? ¿Te hice algo malo? ¿Hice que te sintieras mal una vez en tu vida para que me trates como la mierda que crees que soy? ¿Quieres darme una maldita razón para que me tomes como una "perra personal" y hayas creado la tendencia diaria de hacerme la vida un puto infierno?