El tiempo de la prueba final ha iniciado y Kristal lo sabe. Desde que despertó no dejo de pensar en ello, en que será «Enfrentar un monstruo, sobrevivir a un asesino...» Las posibilidades eran infinitas, las únicas limitantes eran saber si ganaría o perdería, ella quería pasar la prueba y superar todo para superar la verdadera gran prueba, la vida.
Thana no estaba, supuso que llegaría después para decirle su tarea. Kristal se movió por su casa pensando en que sería su tarea y cómo serían sus días después de superarla, pensando en siquiera si podría superar lo que se venía en frente.
Pasaban los minutos y se estaba poniendo ansiosa, Thana no llegaba y la presión la estaba matando por dentro.
Al medio día no sabía qué hacer, se sentía completamente sola y vacía, cualquier cosa podría asustarla en esos momentos, cualquier suceso inesperado es crítico, y el corazón de Kristal tiembla de miedo.
Cada segundo era un tormento interno para Kristal, llegó a pensar en su pesadilla y que el ente que la absorbió fue la mismísima muerte, esto la hacía temer aún más.
Un mensaje a su teléfono la hizo dar un leve salto; ella se confundió, ya que nadie nunca le escribía. Ella lo leyó y no creía lo que leía, pero la foto la convenció.
Cerca de las dos de la tarde Jennifer llegó y mientras se dirigía a su cuarto cruzó miradas con Kristal. En sus ojos se notaba el miedo, la locura y la pérdida total de alma, pues no tenían brillo. Tal vez aprendió la lección, o vio algo dentro de Kristal que cambió para siempre su mente.
—Te sientes diferente —dijo Kristal.
Jennifer no la miró, solo se quedó ahí de pie sin decir nada, tampoco.
—Emanas energía de miedo, tampoco tienes control sobre tu mente y eso asusta, lo peor de todo es el hecho de que no vas a hacer nada por mejorar. Te quejabas de todo en mí y ahora que pruebas la realidad sabes que eres peor que yo.
—¿Cómo te enteraste?
—Yo no me entere de nada, simplemente es muy fácil comprender la realidad una vez que tu mente está libre.
Jennifer apretó el puño clavando sus uñas en la palma de la mano y derramando sangre.
—No te preocupes, ella siempre fue una basura, tarde o temprano se daría cuenta del daño que nos ha hecho y ella misma sería quien se golpearía con la realidad, —suspiro un segundo— la puta realidad.
Jennifer se dejó caer de rodillas golpeándose con el suelo y lloró tan profundamente, la locura de ayer era diferente, pero era un nivel increíblemente peligroso; no lastimaría a Kristal, pero podría lastimarse a ella misma.
"A todos los contactos posibles, la señora se ha quitado la vida sin razón aparente, fue encontrada sin vida en su cuarto después de la velada. Familiares, amigos y demás contactos, lamentamos el medio por el cual les hacemos llegar el mensaje, pero creemos que lo mejor es hacerles saber esto lo más rápido posible".
La tía había muerto, y fue Thana quien recolectó su alma y se la llevó directo al infierno donde sería atormentada por la eternidad por sus pecados.
A Kristal nada podía importarle menos, aquella que pudo acogerla, enseñarle, educarla y protegerla; pero en su lugar la ignoró, atormentó e hizo de la vida de dos inocentes niñas la vida más miserable de todo ya estaba muerta.
—Y no te humilles —dijo Kristal—, no es su culpa que mientras ella tratara de llamarte para despedirse tú estuvieras revolcándote con tu novio.
Jennifer sabía que era verdad, que ella era todo lo que una vez dijo de Kristal.
—Perdón —susurró Jennifer.
Thana no regresó sino hasta casi las seis, ella ya sabía lo que pasaba en la casa y de inmediato fue a hablar con Kristal a su cuarto.
—Antes de que digas que paso con mi tía, dime que hacías y cuál es mi tarea —dijo Kristal.
— Estaba con la muerte, está sorprendido. Dice que lo ha visto todo en los jóvenes, pero que tú... —se detuvo, pensó por un momento lo que iba a decir, tomó las manos de Kristal y las puso en su pecho. — Que un día solo llegaste; fuerte, decidida, firme y muy posiblemente loca por tomar este reto por los cuernos. Superadas las pruebas con tanta facilidad que afirmó que tú llegarías a verlo, pero lamentablemente...
—Si... dime.
—Simplemente duda un poco que pases la prueba de hoy, es un reto muy grande, aunque solo así podrás verlo.
Kristal le hizo la señal para que procediera. Thana tomó una bocanada de aire y con la voz cortada dijo.
—El día que yo llegue tú perdiste el derecho a vivir, sin embargo ahora tu estas a un paso de recuperarlo. Tú alma debería haber ocupado un lugar en el mundo de los muertos, pero al no entrar y optar por vivir ese espacio ha de ser llenado.
Kristal abrió los ojos asombrada y su por su cuerpo pasó un escalofrío que la hizo estremecer y tomarse la cabeza.
—Es la tarea que me negué a aceptar; porque, a pesar de comprender lo bella que es la vida para un ser humano...
—No fuiste capaz de matar a uno por tu propia vida —terminó Kristal.
—Así es, debes matar a alguien antes de la medianoche para ser juzgada por la muerte, y así reclamar tu vida.
Muchas cosas pasaron por la mente de Kristal, pero eso había paralizado sus pensamientos. Kristal lo pensó, pensó en todo lo que ha pasado y lo que pasaría, si se negaba o aceptaba, si lo lograba o fracasaba. Tenía miedo, pánico y no sabía qué hacer. Se sentía como Jennifer.
Su cuerpo temblaba con solo la idea de imaginarla en un acto tan cruel y ruin. Todo pasó en segundos.
Thana la abrazo de golpe para tranquilizar sus sentimientos.
—Pase lo que pase yo estoy acá por ti.
Kristal se mentalizó, trato de calmar sus ideas y después de una hora de pensar fue a la cocina y cada paso que daba y segundo que pasaba le daba mucho miedo, no sabía a donde salir o a quien buscar. En eso el encendido de la televisión en la sala de estar le recordó que no estaba sola, y que podría darle una lección definitiva a su prima de lo que es no estar vivo.
Kristal tomó el cuchillo y recordó cada palabra y cada golpe que recibió de parte de Jennifer, quien ahora sería la protagonista de víctima en la tarea de Kristal. Vio su reflejo un par de veces antes de ir a la sala, verla en la silla y soltar del fondo de su corazón.
—Jennifer, tengo algo que enseñarte —dijo Kristal apretando el cuchillo —. Es hora de terminar con todo lo que empezaste.
Jennifer se puso de pie como un zombi, su piel estaba pálida y sus ojos grises y sin alma. Kristal no espero nada y corrió hacia ella levantando el cuchillo en el último segundo clavandolo en el abdomen de Jennifer haciendo que esta cayera.
Mientras Kristal se ensuciaba con la sangre Jennifer sollozaba en dolor y perdía el aliento, tomó a Kristal y dijo.—Gracias... —con voz débil y apretando la manga de Kristal —por todo, perdónanos.
Kristal solo asintió y sintió como su prima la soltaba en la manga y la muerte. Thana llegó desde atrás para tomar el alma de Jennifer, y conjurar que pase la eternidad en el infierno.
Kristal siguió lo que le dijo Thana, se bañó, se arregló y se tranquilizó. Ahora solo quedaba esperar el juicio a medianoche.
Dos minutos, un minuto, segundos para la medianoche mientras se tomaban de la mano.
—El juicio se acerca, felicidades por cierto —dijo Thana.
Ambas iniciaron la cuenta atrás.
—Cinco, cuatro, tres, dos, uno.
Nada, simplemente nada pasó, ambas se alarmaron porque deberían aparecer en el juicio de la muerte. Thana miró su agenda rápido y al ojear un poco se cubrió la boca.
—¿Qué pasó?
—Debí verlo antes, Kristal; tú no fuiste la única que la pasó, otra chica también terminó las tareas.
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Siete Días con la muerte [FINALIZADA]
Kısa HikayeA punto de acabar con su vida a causa de depresión, Kristal Pinto recibe una visita que cambiara su vida por completo. Thana no es una chica normal, ya que le enseñara a Kristal a valorar su vida y será su guardiana mientras encara las siete tareas...