XXXI - ¡Al demonio las ordenes!

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=Aeródromo al Oeste de las afueras de Varsovia - Septiembre 1, 12:43PM=

La noticia del asedio indiscriminado de la Luftwaffe a todos los edificios que pudieran servir de refugio para los hospitales, no causo mucho revuelo debido al rumbo de la guerra y a la conocida crueldad de los combatientes de las SS. Pero para un combatiente de preguerra como lo fue Nikolaus era claramente algo inaceptable. A sabiendas de que era una regla universal que los pilotos tenían que respetar... no por nada lo habían entrenado a él y a su escuadrón para respetar esas "reglas inquebrantables" y tomar represalias contra aquellos que no las siguieran.

Nikolaus ya había tomado su decisión, seguiría ordenes del Oberkommando der Luftwaffe... En tierra; pero en el aire, su escuadrón actuaria con total libertad. Tanto porque el OKL no podía proteger a la misma Alemania como por tener ese nivel de inhumanidad contra los indefensos. Aunque era algo irónico de su parte según sus allegados.

Después de días y días de haberse escondido de aquellos que eran sus superiores, Nikolaus estaba harto e iba a hacer que su escuadrón le escuchara. En una base temporal al noroeste, una pequeña tanqueta Renault Sicherungsfahrzeug UE que estaba de guardia diviso al Kubelwagen el cual se supuso que eran otros generales con nuevas órdenes para el reorganizado escuadrón... Pero uno de ellos se percató de que no bajaban la velocidad aunque les iluminaran y dieran tiros de advertencia, los guardias de la Luftwaffe intentaron anteponer el pequeño vehículo frente al Kubelwagen para revisarlo.

—Más vale que estos inútiles sepan lo que están haciendo. —Dijo Nikolaus con sumo desagrado. Y freno de golpe frente a la tanqueta que le apuntaba con ametralladoras

—Identifíquese. —Exigió el tripulante de la torre.

—Nikolaus von Kampfreuz, capitán del escuadrón.

—Usted no debería estar aquí, ahora está bajo el mando de las Waffen-SS —Le respondió un piloto su antiguo escuadrón—. Además, tenemos ordenes explicitas de no obedecerlo o nos condenaran a los campos de trabajo. Eso lo dejaron muy claro.

—¡Por favor! Cuando las Waffen-SS sepan lo que sois en verdad, cederé el mando de este escuadrón. Hasta entonces YO soy el líder de este grupaje de malnacidos bien disciplinados ¡Habéis entendido! Ahora, entregad vuestras armas.

No estamos haciendo nada, a estas alturas órdenes son órdenes... —Se escucho desde el puesto del ametrallador frontal, con eso la tripulación entrego sus armas a Nikolaus y a Erika, pues Fritz ya cargaba un arma propia

—Ahora, ¿Dónde está el SS que me reemplazo? —Preguntó con su pie en el acelerador, por si acaso.

—Pasando informes a Berlín, de seguro por la discrepancia del escuadrón y la mayoría de los pilotos que fueron dispersados —Afirmaron los del Renault.

—Supongo, yo —Dijo Erika— Que ya no hay Stukas, y que han reemplazados por los Focke Wulf serie F —Respondió.

—Servirán... supongo, quiero que ustedes tres vengan detrás nuestro y despierten a todos ¿Entendieron?

Ja, mein hauptman! —Respondieron los tripulantes, levantando sus brazos como si tuvieran a Hitler en frente.

—Bajad esos brazos, porque a partir de ahora restableceré la antigua seña militar. —Exigió dirigiendo el Kubelwagen hasta los FW estacionados en formación. Los tres bajaron del vehículo para revisar aquellas aeronaves y los hombres de la zona miraban atónitos que Kampfreuz fuera escoltado por un "SS"... eran mejores que los viejos aparatos de la Luftwaffe, pero Nikolaus era muy escéptico y no creía que bastaran para enfrentarse a los nuevos aparatos rusos.

𝕯𝖎𝖊 𝕳𝖊𝖑𝖉𝖊𝖓 𝖛𝖔𝖓 𝖂𝖆𝖗𝖘𝖈𝖍𝖆𝖚: Heroes of WarsawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora