XXXII - El ultimo grito del Aguila

34 1 0
                                    

=Base aérea "Assemble and Use" – Frente noreste de Sint-Denijs-Westrem, Bélgica, 1 de Enero - 1945=

*1er Regimiento Polaco-Soviético de Aviación de Combate "Warszawa"

Base Aérea de Zielonka - Septiembre 28, 1944 - 8 AM hora de Polonia.

Lamento no haber escrito durante mucho tiempo, pero incluso ahora me resulta difícil escribirles algo cuando estoy donde las tres nos conocimos... Donde todo empezó. Quizá ustedes ya se habrán enterado del Levantamiento y puedo decir que luche en él y si esta carta les llega, demuestra que sobreviví. (Apenas)

Las esperanzas de la gente que luchó con nosotros. En compañía de nuestros bravos, pero esta vez (Sin ofender) inútiles aliados fue vital... Además, nuestros hermanos de armas en otros frentes consiguieron la destrucción de la máquina de guerra alemana, la erradicación de la tiranía del eje sobre los países encadenados de Europa que aclamaban su libertad y llegamos a creer que nosotros también podíamos hacer igual.*

—Ah... Que poeta.

*Pero es 1944. Muchas cosas han ocurrido desde los irrefutables triunfos germanos. No puedo decir que lo ocurrido en Varsovia haya sido una victoria, pero fue una lección para los alemanes y una muestra de lo débiles que están, además que... Quizá puedo presumir de tener una pareja.*

—Ja, que desgraciada... Me ha ganado.

—Sigue, sigue.

*Tengo plena confianza en que su lado de Europa continuará la labor, conozco su devoción por el deber y la habilidad en combate que me han enseñado. ¡No aceptaremos otra cosa que no sea la victoria sobre el fascismo!, pero he hablado mucho ya que he escrito esto junto a Wyrick y mi general bolchevique, Yuri quienes estarán conmigo hasta llegar a Berlín donde espero encontrarlas a ustedes.

Espero sus respuestas, en verdad las extraño.

Cariñosamente, Szwarc Alina, Wyrick Warzawoski y Yuri Alekseenko*

—Aja, A Zwarzy esto le va a fascinar. —Dijo Reynna habiéndose leído la carta, que venía adjunta a un retazo de un periódico ruso, sentada junto a otro piloto conocido sobre una caja que había llegado junto a ella pero con un sueño que no le dejaba trabajar.

—Señorita Lewis ¿Como va con las reparaciones?, Espero que hacerle trabajar sola aquí no sea un problema —Pregunto un oficial norteamericano custodiado por otro cuatros soldados.

—Claro que es problema, ¿No podían traer algunos ayudantes? ¡Se me están acumulando las aeronaves y sus hombres solo me estorban! —Exclamo escondiendo las cartas y quejándose de la cantidad de Spitfires y Typhoons que eran desviados del frente para su mantenimiento

—¡Podría haber traído algunos mecánicos ingleses o canadienses con usted! ¡Me conformaría con mecánicos de Polonia o de la Commonwealth!

—Vamos, que acaso no eres una mecánica experta?, puede encargarse sola de estos quince aviones. —Aseguró uno de los escoltas sin siquiera verla a la cara.

Reynna les hizo burlas muy infantiles a los soldados que no terminaban de comprender el calvario que pasaba, las 24 horas desde que se la traslado a la base.

—¡Da gracias que no tengo ni fuerzas para romperte la cara! —Respondió cansada de la insolencia de los americanos.

Pero el general Eisenhower que a lo lejos estaba presente mientras recorría las bases de retaguardia comprendió la situación de la joven mecánica escocesa, se acerco deteniendo las acciones de los escoltas y se dirigió a la mecánica que a duras penas se mantenía en pie

𝕯𝖎𝖊 𝕳𝖊𝖑𝖉𝖊𝖓 𝖛𝖔𝖓 𝖂𝖆𝖗𝖘𝖈𝖍𝖆𝖚: Heroes of WarsawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora