XXIV - ¿Medallas a la Cobardía?

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=Complejos industriales de Bremen, Noreste de Alemania, 8 de Octubre - 1943=

=11:39 AM, despejado casi sin nubes=

—Es muy tranquilo aquí, ¿Por que hubieran querido que viniéramos a proteger Bremen? —Pregunto Edwin, mientras estaba sentado en un montón de escombros junto a otros pilotos recientemente transferidos a la zona. A pesar de no haber salido aun, Heinekel también había sufrido los estragos de los bombarderos estratégicos aliados que cada noche hacían añicos la ciudad... Y con buena razón.

—¿Que no lo recuerdas, Heinekel? Esta zona está amenazada por los británicos y americanos desde hace años, tenemos que quedarnos a toda costa. —Explico Hermann

—Lo sé pero, ¿no nos necesitan en otro lado?

—Lo más seguro es que si, pero nuestro deber esta aquí. ¿De qué parte de Alemania vienes, Heinekel?

—¿Por qué la pregunta? —Pregunto Edwin, nervioso por sus reacciones al saberlo.

—Porque nos sorprende el completo desinterés que tienes en proteger lo que queda de esta ciudad. —Exclamo un piloto Croata—. ¿Me vas a responder si o no? —Exclamaron.

—Bien, en realidad soy italiano. ¿Contentos? —Contesto esperando una burla de su parte.

—Ja, como es que tu no corriste en cuanto te intentaron reclutar?

—Ugh... —Dijo, intentando no recordar eso—. No me hagas recordar eso. En fin, ¿Deberíamos ir a revisar nuestros 109? —Pregunto para zafar del tema.

—Ve tú, ya tenemos puesto a punto los Focke Wulf. —Respondió un piloto que estaba recostado viendo el cielo.

—Está bien —Respondió al marcharse, aunque mientras estaba parado en el lugar re-calcularía lo que habían dicho—. ¡Yo también quiero uno de esos! —Grito mientras corría hacia el hangar.

Aunque para Heinekel, era costumbre que siempre que quería pedir una mejora a su equipamiento se rieran. Bajo las burlas de los mecánicos y tenientes Edwin no tendría más opción que resignarse a seguir volando aquel parcheado "Emil"... Fuera de los hangares, se encontraría reflexionando el porqué de los tratos hacia su persona, ¿Seria por ser italiano, por no ser un alemán ario?

—Heinekel... No esperaba verte. —Exclamo un mecánico al verlo sentado sobre un motor inservible—. Creí que estarías bajo la sombra de Kampfreuz. Como siempre.

—No siempre estoy bajo su sombra... —Respondió, pero... su defensa quedaría interrumpida por un sargento, que ante la mirada incrédula de todos iría directo hacia él.

—Es usted Edwin P. Heinekel? —Pregunto.

—Ja. —Respondió.

—Por orden directa de nuestro Fürher y a petición de un portador de la mit Eichenlaub und Schwertern, se le confiere a usted, cabo segundo Heinekel... la Cruz de Hierro y la Ritterkreuz de primera clase. Felicidades.

—¿Eh? ¿A mí? —Pregunto, con el estuche de la Ritterkreuz en mano y la cruz de hierro en el pecho.

—Si a usted, aunque no puedo decirle quien fue, ya que el portador pidió mantenerse anónimo —Me respondió.

Antes de que le preguntara si había sido Kampfreuz, Interrumpieron a su alrededor todos los pilotos presentes, asombrados de que alguien como él tuviera semejante condecoración.

Überraschend! ¿A cuántos mataste para que te dieran esa rebuscada medalla? —Preguntaron varios pilotos.

—Ni idea, tengo mis sospechas de quien me dio la Ritterkreuz... Pero desconozco porque merito me han otorgado.

𝕯𝖎𝖊 𝕳𝖊𝖑𝖉𝖊𝖓 𝖛𝖔𝖓 𝖂𝖆𝖗𝖘𝖈𝖍𝖆𝖚: Heroes of WarsawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora