II - Entrenamiento.

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=Base Aérea de Zielonka, unos kilómetros al este de Varsovia.=

*Agosto 28, 1939.

Después de que me aceptaran en la fuerza aérea como artillera voluntaria, me entrenaron muy apresuradamente con decenas de manuales, modelos, planes de vuelo, me sentía muy agobiada aunque aún no he sujetado un arma... En realidad no quería volar un caza o algo por el estilo, pero la teniente Zwarzy insiste que (en caso de emergencia) debo aprender a pilotar.*

Habían llegado ayer, en unos veinte minutos pero el apresurado entrenamiento consumió la mayor parte del tiempo del que disponían. Después de una noche tranquila, los estudios que continuaron al día siguiente eran formas de ataque y defensa con cazas y bombarderos. Pero el sueño daba las de ganar por lo que aquella novata en el asiento trasero del auto levanto su cansada vista del cuadernillo para notar muchos cazas P.11c.

—Teniente, ¿Por qué todas las aeronaves están camufladas? —Pregunto mientras recorrían los improvisados hangares con el vehículo.

—Simple, hemos decidido tomar precauciones ante el reconocimiento alemán. —Contesto sin detener su marcha, aunque fuere una de las pocas mujeres que se han visto era respetada como si fuere el mejor general—. Bueno esta es tu pista, recuérdala... Déjame buscar a alguien para que te instruya.

Al bajar ambas del auto, Zwarzy dio un silbido llamando a uno de los soldados de apellido Pilaski, el mencionado apareció de la nada presentándose con un saludo de dos dedos frente a su teniente. Mientras Alina veía a los mecánicos que encendían los (En palabras de Alina) "lindos aviones con ala de parasol" para observar los aires, Su teniente pregunto por otra chica, otra piloto tal vez.

—¿Whielmina? —Dijo Pilaski pensando en voz alta—. Ah, usted se refiere a Wiz, teniente. Está en una rutina de reconocimiento, sobre la base.

—Eso me sorprende —admitió Zwarzy cruzada de brazos. Volteo su cabeza solo para observar un biplano que se acercaba detrás de ellas.

Ese biplano de reconocimiento PWS-26 había aterrizado deteniéndose a escasos metros de ellos y desde el, bajó acompañada una chica que no parecía tener más de 17 años usando un uniforme de los grupos de Scouts. Se nos acerco y me reviso de arriba a abajo sin decir una sola palabra... Su mirada causaba miedo a la vez que incertidumbre.

—Que gusto me da verte Whielmina, ¿desperdiciando tus habilidades otra vez? —Pregunto Zwarzy en tono burlesco; en ese momento ese semblante autoritario que la caracterizo desapareció por una fracción de segundo.

—Si vale la pena, no es desperdicio —Respondió la pequeña adolescente.

La otra recluta se sentía fuera de lugar entre ambas... Zwarzy procedió a presentarla ante ella, iba a ser su estudiante. Le pidió que la entrenara en tácticas de vigía y uso de armas de fuego. Wiz accedió pero al responder afirmativamente con un acento alemán hizo saltar las dudas que ella quizá haya sido alemana, pero debió de nacer en Polonia o de otra forma no ayudaría.

—¿Ella me entrenara?, sin ofender teniente, ¿pero ella no es demasiado pequeña para esto? —Menciono Alina confundida por la situación tan anormal.

—Sera pequeña pero es la mejor. Te enviare sin demora a la Eskadra de Bombardeo 220 nos falta gente ahí. —Explico con lujo de detalle mientras guiaba a ambas con sus manos sujetas a los hombros de ambas—. Pero antes... Whielmina, acompáñala a los vestidores no entrenara con eso.

Sabía que hacía alusión a su vestido porque nadie en su sano juicio entrenaría así. Mientras Zwarzy se alejaba con otros oficiales, la pequeña Wiz le llevo de la mano como una niña y la guió hacia una sala llena de casilleros, unas cuantas aeronaves descubiertas bajo una enorme tela de camuflaje se dejaban ver siendo puestas a punto por decenas de mecánicos... Al caminar entre aquellas maquinas era inevitable no recordar las clases de ingeniería motriz durante la universidad, entre aquellos pensamientos y el movimiento de la zona inmediatamente un soldado se acercó a la adolescente que le guiaba.

𝕯𝖎𝖊 𝕳𝖊𝖑𝖉𝖊𝖓 𝖛𝖔𝖓 𝖂𝖆𝖗𝖘𝖈𝖍𝖆𝖚: Heroes of WarsawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora