¿Acaso Karissa había sido una genocida en una vida anterior? ¿Una nazi? ¿Pedófila? ¿Por qué mierda le seguían pasando esas cosas a ella? Amira sentía como estaba por explotarle una vena de lo rápido que le había subido la presión arterial con esa simple frase de Quirón.
Por orden del Rey de los dioses, Karissa Rodríguez, la hija de Hades, será la encargada de esta búsqueda.
Solo con esas palabras se le aceleró el corazón entero a Amira.
¿Cómo se les ocurría enviarla fuera del Campamento? ¡Karissa ni siquiera tenía un buen agarre en la espada la mayor parte del tiempo! ¡Tropezaba consigo misma a veces!
Dios, Karissa iba a estar en tantos problemas sola, y solo imaginarlo le estaba causando taquicardia. Definitivamente, los dioses no servían para un carajo, si antes lo estaba dudando ahora estaba completamente segura, con pruebas incluidas.
¿En qué cabeza cabe?
Ah, bueno, Zeus solo pensaba con la cabeza de abajo, ciertamente, por lo que no era mucha sorpresa. Aun así, el objetivo del Campamento debía ser ofrecer un lugar seguro para los semidioses, ¿verdad? ¿Entonces cuál era la lógica de tener ese lugar si en cualquier momento, si a un dios le daba la gana podía enviarte a hacer cualquier estupidez en la que puedes morir?
En cuanto Karissa salió del pabellón con Quirón y Hermes, Amira se levantó, embobada, dispuesta a seguirlos y espiarlos con todas las de la ley, cuando Giselle la tomó del brazo para detenerla.
―¿Qué haces? ―preguntó, su ceño fruncido y una mueca de desaprobación en los labios.
―¿Cómo que qué hago? Voy a escuchar qué dicen.
Giselle respiró hondo. ―No puedes hacer eso, Karissa sabrá qué decirte.
―Karissa no sabe si le están mintiendo ―replicó Amira.
―¿Y tú sí? ―masculló la hija de Hécate, empezando a empujarla de vuelta a la mesa de Apolo―. Deja de actuar como si lo supieras todo, que fue por eso mismo que casi te conviertes en snack para un sabueso infernal, así que siéntate y termina de comer.
Amira estaba por protestar cuando Gracie le puso un plato lleno de comida en la mano, aparentemente ignorando que Amira había dejado un plato a medio comer en la mesa. De todas maneras lo tomó, poniéndolo frente a ella de mala gana mientras Yan pasaba un brazo sobre sus hombros bajo la ilusión de hablarle sobre esto y aquello, aunque todos sabían perfectamente que solo quería evitar que se levantara y se largara, pero nadie dijo una palabra al respecto.
Bajo tantas miradas expectantes y sujeta a su lugar por su hermano, Amira no tuvo de otra que empezar a comer a regañadientes, incluso si su mente reproducía una y otra vez el rostro pálido de Karissa mientras escuchaba a Quirón, incluso si su corazón se achicaba cada vez más pensando en cada pequeña cosa que podría ir mal en la búsqueda mientras ella se quedaba en el Campamento y Karissa estaba a dos segundos de morir por culpa de los dioses.
Estaba empezando a entender por qué ocurrió la Guerra de los Titanes, honestamente.
Quería levantarse e ir tras su amiga, escuchar lo que Hermes tuviera que decirle, darle algo de apoyo, tratar de convencer a alguien de que la dejaran ir con Karissa, pero Giselle seguía mirando de cerca y Yan seguía sin soltarla.
Como sea que lo mirara, se sentía más atrapada que nunca en su vida.
¿De qué servía haber estado entrenando tan duro junto a Giselle si al final iban a enviar a Karissa a su muerte, sola y sin apoyo?
Claro, razonó Amira, siempre podía escapar del Campamento e ir con ella, pero con el ojo de halcón que parecía tener Giselle dudaba mucho que pudiera llegar más allá de la Casa Grande.
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SI VIS PACEM
FanficDurante toda su vida, Karissa nunca se había sentido tan libre como lo hacía ahora, pero nada dura para siempre. En algún momento Karissa iba a tener que elegir: ser una sombra, o ser una luz. Y es que... ¿De qué sirve estar vivo... si no estás vivi...