Capítulo 14

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Aquellos azabaches ojos, dulces pero que a la vez no dejaban de ser peligrosos ojos negros, contemplaban intrigado a la joven como si de un curioso gato se tratara, no supo por cuanto tiempo la miró dormir. Inesperadamente aún se encontraba despabilándose cansada, como si no hubiese descansado en días siendo recibida por el Uchiha quien tenía una media sonrisa con una acostumbrada diversión brotando de la misma.

—¿¡P-por qué estás en mi cama?!—cuestionó nerviosa Sakura.

—Ésta es mi cama, ¿acaso te olvidaste de lo que pasó ayer?—dijo sin apartar su mirada de la joven en camisón.

Los recuerdos de la noche anterior invadieron su mente como el flash de una cámara y sus mejillas instintivamente se tornaron carmesí, entreteniendo ligeramente al pelinegro.

—En realidad, quería regresar pronto y continuar en donde nos quedamos, pero resulta que apenas tocaste el colchón te quedaste dormida—afirmó con decepción en su voz. —Y en cuanto a mi, personalmene quise saber hasta cuánto lograrías dormir.

Una vez dicho eso, un silencio inundó la habitación, la pelirrosa miró sus hipnóticos ojos ónix, poco a poco se iba perdiendo hasta que por algún motivo reaccionó del tránse y se reincorporó con rapidez de la cama.

—¡Iré a clases!—confesó con premura, pero sin previo aviso el vampiro la sujetó de su cintura con seducción en su semblante, colocándola nuevamente en la orilla de la cama junto con él a sus espaldas.

—Oye, no he despegado mis ojos de ti en toda la maldita noche, ¿piensas que podrás escaparte así sin más?—protestó con arrogancia —Hace un buen tiempo que pienso, ¿no estás demasiado pequeña? con razón no puedes tolerar mis mordidas.

—¿Qué?

El Uchiha llevaba cuestionandose el por qué de los repentinos desmayos de la fémina, no era muy normal ya que no solía tomar demasiada sangre, pero aún así le preocupaba su bienestar a tal punto de que posterior a su confesión, preparara un banquete repleto de comida que una sóla persona no podría terminar.

—Bueno, come. —ofreció el azabache.

"¿Qué tendrá planeado para mí?" pensó con duda y asombro la pelirrosa debido al repentino gésto, no era muy usual esta forma de comportarse y mucho menos si se trata del pelinegro.

—Te haré ganar un poco de peso.—habló, la joven se mantenía viendo la comida con asombro, como si se tratase de una broma y el Uchiha pudo notarlo con rapidez y hacerselo saber.— ¿Tiene algúna gracia que un familiar se desmaye apenas sea mordida?

—Mi cuerpo se encuentra muy bien—añadió cabizbaja la ojijade.

—Antes sólo te mordí un poco y te la pasaste durmiendo dos días seguidos, ¿aún te parece que estés bien?— manifestó el azabache con preocupación.

Dulces Mordidas | Adaptación SasuSakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora