"Sakura, no puedes caer en sus trucos solo por esos favores"
Se apartó suavemente del frío cuerpo inmortal yacente a su lado, con cedas rotas, descoloridas por el contacto con tierra y sangre amalgamados entre sí; desde ese punto de vista no se miraba tan siniestro como quería aparentar ante a todos, tenía la mirada de un infante amedrentado con expresiones que bastarían para afirmar que ni en sus sueños era feliz, aquellos ojos negros para amortiguar la luz de sus pupilas, sombreados de largas y rizadas pestañas, tupidas cejas finas que tornaban su rostro de un asimétrico perfecto, una nariz recta ligeramente chata, labios robustos pero no demasiado grandes. Y esa tez cadavérica que lo conservaba como un ser impecable y poderoso. No se percató, pero el tiempo parecía ser más ágil que ella, avanzando raudamente.
Su mente sostenía que abandonarlo sería la mejor opción, pero su corazón y su moral se manifestaban en su contra. Decidió ceder a los ideales de su mente, encaminándose al sombrío bosque, alejándose de la reconfortante seguridad que sentía al estar envuelta en aquellos brazos.
Se encontró cara a cara con la oscuridad misma que parecía no querer abandonarla, pese al sueño que la embargaba, al frío que comenzaba adormecer cada extremidad de ella misma profundizándose y mezclándose con el dolor de sus resquebrajados y sucios pies, su lógica y sus pensamientos parecían no poder coordinarse con la normalidad que ella necesitaba, imaginó diferentes escenarios, todos involucrandola muerta y como nadie nunca encontraría su cuerpo que sería envuelto en la oscura y densa tierra, nadie recordaría su sola existencia en plano por el cual estaban destinados a ser tratados como esclavos; pero aún había unas migajas de esperanza en su interior donde habría una salida, imaginarse llegando al agradable y cálido pecho de su hermano, aceleraba sus pulsaciones y esperaba más que ansiosa brindarle la vida que merecía, alejada de monstruos.
Cuando todo parecía ir en calma, ramas parecía romperse sin suavidad ni sigilo pisandole casi los talones, la pelirrosa miro detrás suyo encarando al ser que no la dejaría ir por nada del mundo, aquel chico que volvió de su vida, un infierno total.
—¿Aún piensas en escapar?— demandó el azabache, con voz rasposa pero suave, acompañado de un cansancio más que notable en el tono de su voz y su mirada un poco pérdida pero puesta en el principal objetivo.
—Yo... quería ir a explorar el camino.—"Si se trata de él, no tengo ninguna certeza de poder ganarle"- respondió con un nerviosismo, con gotas de sudor que fluían por su rostro como si de grandes perlas se tratara.
Un ligero silencio se apoderó del ambiente, el corazón de la pelirrosa era más que audible, bombeando sangre con gran rapidez, Sasuke lo notó y lo divirtió ligeramente, supo que ella no confiaba en él y que no se sometería por las buenas, no comprendía del todo su comportamiento ni acciones, lo que no hizo más que enfurecerlo. Toda su vida envuelto en mentiras de todo mundo, no toleraría otra ordinariez.
—Deja de mentirme, de lo contrario, ¡dejaré que mueras horriblemente!— aquellos ojos negros se tornaron por un leve rojo flamante entre las sombras, aturdiendo a la ojijade, sólo bastó ese instante para que sus labios se mantuviesen pegados entre sí, su garganta cerrandose, pared contra pared.
Inesperadamente, y de un brusco tirón, la tuvo cerca juntando respiraciones con miradas de colores chocantes, jade y oscuro envuelto en un rojo intenso que escasamente hacía su aparición.
—¡Estoy diciéndote la verdad! caímos desde muy alto, tenemos que encontrar un camino de regreso.— espetó en respuesta sin dejar de mirar esos hipnotizantes ojos que la tenían atrapada hasta en sus peores pesadillas.
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Dulces Mordidas | Adaptación SasuSaku
Fanfiction"El amor es confinamiento y posesión, pero dedicación y libertad es la poderosa sangre de los bellos humanos. Enamorarse de la dulce sangre de la sirvienta, implica morderla gentilmente y convertirla en tu propiedad." -Primera temporada de la saga...