Capítulo 07

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A unas horas posteriores a la hospitalización de Satoru, la cordura parecía querer abandonarla, fue gracias a cierto chupasangre entrometido que logró calmar sus impulsos de correr tras su hermano

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A unas horas posteriores a la hospitalización de Satoru, la cordura parecía querer abandonarla, fue gracias a cierto chupasangre entrometido que logró calmar sus impulsos de correr tras su hermano. Tan pronto como el ocaso anunció su llegada, presurosa, se dispuso a salir en visita a su consanguíneo.

Los tonos polar pasmados en la totalidad de los muros, el aroma de antisépticos impregnados en el ambiente profundizándose en las fosas nasales con fuerza. Ya en la alcoba el silencio inundaba cada espacio, y eso se sentía como una apuñalada justo en tu abdomen, sí, la culpa la invadía cosa que no olvidaría con el pasar del tiempo.

—Satoru, ¿quieres tomar helado?— cuestionó la ojijade con el propósito fundamental de romper el hielo.

—Por el momento no...—su respuesta fue rápida y quizás hasta más afilada que un cuchillo.

—¿No tienes apetito? ¿te sientes mal por algún lado?— protestó su hermana con una preocupación detonante en su semblante.

—No, estoy bien... el doctor dijo que si tomo regularmente mis medicinas estaré bien— un amargo silencio hizo que apartara su rostro cabizbajo —Al contrario... eres tú hermana, tuviste que sufrir tantas humillaciones en la escuela y yo...— se tomó unos breves para tragar con dificultad— Sólo he podido rogarle a un vampiro, ¿por qué soy tan inútil? nuestros padres fueron asesinados por los vampiros y yo sólo...

Cuando aquellas afirmaciones fueron procesadas, por la mente de la chica miles de pensamientos se apoderaron de ella, lo que no hizo más que intensificar su culpa. "He sido tan ingenua; siempre creí que si hacía todo sola evitaría el hecho de que Satoru no fuera lastimado, pero el resultado es..." La pelirrosa entrecerró sus luminosos ojos verdes, estrechándo aquel cuerpo yacente a su lado en un animoso y duradero achuchón.

—Satoru, nada de esto es tu culpa, has sido lo suficientemente valiente—dijo con seguridad y un semblante donde la bonanza se presentaba con gran ímpetu—Temía que tuvieras una hermana tan inútil como yo, pero, ahora que te he visto me siento más aliviada, no importa en qué tipo de situación, si estámos juntos todo va estar bien.

La sola pronunciación de estas palabras y el apacible calor que embargaba el cuerpo de su hermano, tuvo como una respuesta más que visible en la faz de Satoru, sosiego y afirmando con su cabeza.—"Por Satoru, y también por mí, ¡tengo que mantenerme fuerte!"

—Vale ya todo está bien, será mejor si comes tu helado— aseveró la pelirrosa, pues nada la hacía más feliz que compartir de un pacífico momento, él era su familia, y si lo tenía ella estaría bien.

No obstante, al otro lado de la puerta se mantenía el Uchiha, atisbando entre las sobras escuchando atentamente la conversación.

—¿Quieres manzana?—cuestionó la ojijade

—Si le quitas la cáscara por mí, claro— respondió el cenceño.

Ahora que lo pensaba, era la primera vez que Sakura emboscaba una sonrisa, verdadera y sincera durante el tiempo que habían compartido juntos, tanto que lo tomó por sorpresa bajando ligeramente la guardia patentizando una coloración carmesí en ambas mejillas y entreabriendo sus ojos negros. "Así que sí puedes sonreír"

Dulces Mordidas | Adaptación SasuSakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora